La forma de relacionarnos amorosamente está cambiando a pasos de gigante. Más allá de las aplicaciones de ligue, surgen cada año nuevos conceptos y tipos de relación que se asientan de forma progresiva en la sociedad.
El 41,4 % de los españoles está de acuerdo en que se pueden mantener relaciones sexuales fuera de la pareja y un porcentaje un poco superior, el 47,4%, cree que una persona puede mantener dos o más relaciones afectivosexuales a la vez. Así lo reflejan los resultados de la tercera oleada de la encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) sobre relaciones sociales y afectivas tras la pandemia.
¿Pero cómo se definen estos nuevos fenómenos? ¿A qué llamamos poliamor? ¿En que se diferencia de una relación abierta? Lo analizamos con Cecilia Bizzotto, socióloga y portavoz de JOYclub España.
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¿Existe una forma de poliamor?
"No hay un modelo único de vivir una relación poliamorosa, esto es como preguntar sobre cómo se vive una relación monógama. En sí, la orientación relacional (en este caso, el poliamor) no determina necesariamente el 'cómo se vive', igual que no lo hace la monogamia.
Todo dependerá de las personalidades individuales de cada cuál, del contexto social en el que se encuentren, del tipo de acuerdos o límites que se establezcan, del tipo de poliamor que elijan (por ejemplo, si es jerárquico o no)...
El punto en común será que, en lugar de centrarse en una sola pareja exclusiva, las personas que se vinculan desde el poliamor tendrán la voluntad de mantener múltiples vínculos afectivos y/o sexuales de manera ética y consensuada. A partir de allá, cada persona y relación es un mundo".
¿Promiscuidad o falta de compromiso?
"La falta de compromiso o la promiscuidad asociada al poliamor son dos de los mitos más frecuentes sobre este tipo de relaciones. Lo de la promiscuidad no tiene sentido ya que no necesariamente se prioriza la sexualidad en el poliamor. Por ejemplo, hay personas poliamorosas asexuales o que ni fantasean con el sexo en grupo o con acostarse con mucha gente.
Para muchas y muchos, el poliamor es una ideología ética, una forma de amar libremente sin las ideas de control, posesión, celos… asociadas a la monogamia. En cuanto a la presunta falta de compromiso, el poliamor es poder vincularte sexual y afectivamente con más de una persona al mismo tiempo y de forma consensuada. Eso implica responsabilizarte afectivamente de todas las personas con las que te vinculas, ejercer cuidados y compromiso".
¿Y las relaciones abiertas?
"No considero que haya un tipo particular de persona más predispuesta a abrir la relación o que haya personas que necesariamente vengan 'preparadas' para ello de serie. No creo que haya unas características innatas, algo que haga a las personas no-monógamas cualitativamente distintas de las demás.
Sí que considero que hay personas que, por diferentes razones, no se acomodan a imposición social de vivir en monogamia. Ese imperativo resulta disonante para mucha gente que, por ejemplo, tiene ideales diferentes sobre la fidelidad; maneras de amar más libres o un deseo mayor de experimentar sexualmente con otras. Ese tipo de personas suelen, o bien investigar las posibilidades de las relaciones abiertas, o bien utilizar la infidelidad como salvoconducto.
Al final, tener una relación abierta implica una valentía a la hora de aceptar los propios deseos y los de tus vínculos. Pero las personas no-monógamas tienen miedos, inseguridades, celos... como todas las demás. Todas hemos sido socializadas en el amor romántico, en las medias naranjas y la posesión del otro. La cualidad diferencial es el 'atreverse' a deconstruir todo eso.
Y recordar siempre que puedes abrirte a las relaciones no-monógamas y descubrir que eso no es para ti en ese momento de tu vida. ¡Y no pasa nada! No siempre tenemos las herramientas, el tiempo para la gestión, la capacidad o simplemente la suerte de poderlo vivir de forma positiva".