Cada vez es más común buscar una vida saludable. Los avances en la nutrición y alimentación nos han permitido eliminar ese prejuicio que hemos creado alrededor de las dietas, que ya no destacan por rutinas exigentes o ayunos interminables. Desde hace unos años, bajar de peso es mucho más que dejar de comer o pasar horas en el gimnasio, si no que podemos llegar a disfrutar con ellas.
El paso del tiempo ha permitido que alimentos desconocidos ganen fama en España, que la ciencia nos dé a conocer partes del organismo que facilitan la bajada de peso o que descubramos hábitos que pueden influenciar directamente a la forma de nuestro cuerpo. Pero, sobre todo, que cada vez tengamos más al alcance de la mano los consejos de los expertos.
Sin embargo, por mucho que en la actualidad todos esos avances nos hayan beneficiado, existen alimentos y bebidas que llevan con nosotros toda la vida y hasta ahora no les hemos dado el lugar que merecen. Podríamos estar hablando de todos esos remedios caseros o, incluso, de bebidas como la kombucha.
Los remedios caseros nos han demostrado que lo natural tiene más efecto sobre nuestro organismo que lo que habíamos pensado. De hecho, muchos de esos productos que consideramos como novedosos tienen una base muy antigua, que servía como medicina tradicional o, incluso, el secreto a voces del cuidado de millones de personas. La kombucha era, hace 2.000 años, el elixir de la eterna juventud.
Por mucho que veamos ahora en todos los supermercados esta bebida y desconozcamos de donde viene, lo cierto es que tiene tanta historia que es normal que se haya diferido con el tiempo. Se dice que en el año 221 a.C., la aristocracia china ya tomaba kombucha y unos 200 años más tarde, ganó fama mundial cuando sanó a un emperador de Japón de sus males digestivos.
Durante muchos años permaneció viva gracias a la elaboración casera que las familias llevaban a cabo, que se cedía de generación en generación, hasta el día de hoy. Sus beneficios eternos, su capacidad de favorecer la pérdida de peso, ayudar con la diabetes y ser el té de la inmortalidad han hecho que siga siendo la bebida protagonista en la rutina de millones de personas.
Qué es la kombucha y cuáles son sus beneficios
La kombucha es una bebida con burbujas y no alcohólica que se prepara a base de té. De la misma manera que cuando se fermenta el zumo de manzana lo llamamos sidra, cuando hacemos fermentar una infusión de té azucarada se llama kombucha. Tras su llegada en España, se ha convertido en la primera opción de quienes quieren llevar una vida saludable y además, añadir algo diferente gracias a los variados sabores que ofrece.
Entre sus principales beneficios, el que más ha sorprendido a los investigadores es que tiene la capacidad de ayudar a adultos con diabetes. A pesar de no reemplazar los tratamientos médicos, su consumo devuelve a la normalidad los niveles de azúcar en la sangre y fortalece el sistema inmune.
Además de esto, la kombucha cuenta con grandes propiedades para el organismo, ya que está cargada de bacterias beneficiosas. Esta bebida milenaria contiene fitoquímicos o fitonutrientes que tienen propiedades antimicrobianas y antioxidantes, especialmente cuando se hace con té verde. Según algunos estudios, estos compuestos son mejores para la salud que los propios suplementos.
El consumo regular de esta bebida milenaria puede ser un excelente aliado de cara a perder peso. Según describe el estudio publicado el año 2000 por los investigadores Dufresne & Farnworth, la kombucha puede ayudar a reducir la obesidad y dosificar el hambre. Al mantener nuestro sistema digestivo en forma, también mejora las digestiones, la flora intestinal y regula las digestiones.
La kombucha es rica en probióticos naturales, por lo que equilibra las bacterias, procesa mejor los nutrientes y filtra los desechos de forma más eficaz. Además, al favorecer nuestras digestiones, ayuda con la reducción de la hinchazón y la acidez. Como se trata de una bebida dulce, también puede ayudarnos a satisfacer todos nuestros antojos de dulce y evitar ingestas de otros alimentos.
La pequeña cantidad de cafeína que se encuentra en la bebida fermentada puede ayudar a acelerar el metabolismo para quemar más calorías, tal y como afirman las investigaciones. Además de la diabetes, esta bebida milenaria también puede disminuir la presión arterial al evitar la vasoconstricción de las arterias o reducir el riesgo de las enfermedades del corazón.
La importancia de elegir la kombucha 'verdadera'
A pesar de todas sus ventajas, su popularidad ha hecho que centenares de empresas quieran copiar la formulación, tal y como pasa con todas las bebidas que se ponen de moda. La elaboración de kombucha requiere entre tres y cuatro semanas para que la fermentación sea correcta, unos tiempos que la industria no puede asumir, por lo que debemos prestar mucha atención a los ingredientes de la bebida que vayamos a comprar.
Muchas de las marcas que hay en el mercado en realidad son vinagres a los que se añade edulcorantes y agua con gas, por lo que debemos tener en cuenta los tres ingredientes obligatorios: agua, azúcar, té y cultivo de kombucha, a los que se le puede añadir alguna fruta, raíz o infusión. Y tratar de evitar aquellas que incluyan agua con gas. Los ingredientes que contenga tienen que ser naturales, descarta una bebida con ingredientes concentrados, con saborizantes y colorantes.