Establecer un proceso de pérdida de peso es complicado. Por mucho que la nutrición haya avanzado, hay comidas que sí o sí tenemos que eliminar de nuestra dieta porque no traen nada bueno, de hecho, acarrean consigo consecuencias contrarias a lo que tenemos en mente. Al final, siempre acabamos pecando en todos esos placeres culposos y perjudiciales porque, por mucho que nos gustaría, lo cierto es que pocas personas están viciadas al brócoli o a las espinacas. De hecho, en ocasiones nos obligamos a desarrollar una relación que nos permita cogerles el suficiente cariño como para añadirlas a nuestro plato habitualmente.
Eso, por ejemplo, no nos pasa con los dulces o la bollería. El azúcar actúa como una adicción en la vida de muchas personas, quienes ven imposible dejar de consumirlo. La ciencia lo demuestra, los donuts, magdalenas, tartas, galletas o las chucherías favorecen la liberación de endorfinas, la comúnmente llamada la hormona de la felicidad. Por lo que resulta bastante habitual querer romper nuestra rutina cuando nos ponen un trozo de chocolate delante. Por muy pequeño que sea.
La Organización Mundial de la Salud, incluso, comparó el azúcar con 'el nuevo tabaco', pues se encuentra detrás de una tendencia adictiva que parece no divisar la luz al final del túnel. Este mismo organismo sitúa la cantidad diaria recomendada de azúcar en 25 gramos, una cifra que España supera con creces; de hecho, los niños españoles consumen más del doble de los que recomienda la entidad.
Lejos de justificarlo, para muchos consumidores resulta muy complicado evitar su presencia en su cesta de la compra. Ya no solo hablamos de los bollos o chucherías en los que caen los más pequeños, sino que los adultos no se alejan de esta adicción: refrescos, postres lácteos, salsas preparadas, zumos envasados, cereales, productos congelados, pan de molde… la lista de productos que abusan de esta sustancia cristalina es interminable, siendo la mayoría de ellos de consumo diario.
El problema del azúcar no es solo que no podamos librarnos de él, o que en ocasiones tengamos que comerlo a escondidas, sino que puede ser un gran perjudicial para nuestra salud. Puede aumentar la obesidad, el sobrepeso y hay otras muchas enfermedades ligadas a su consumo como la diabetes, presión arterial alta o enfermedades hepáticas no alcohólicas.
En este punto, la mejor opción es saber qué hacer para controlar las ganas de consumir azúcar. Por mucho que pensemos que simplemente encerrar toda la bollería con llave es una opción, esto puede tener un efecto rebote que cause estrés y ansiedad o que, también, nos haga ingerir sin conocimiento cuando tengamos la oportunidad. Expertos como Marian García o más conocida como Boticaria García, doctora en Farmacia, dan las claves para conseguirlo sin sufrir en el proceso.
Esto es lo que tienes que hacer para controlar las ganas de comer azúcar
Tal y como recoge el medio Cuidateplus, Boticaria García explica en su libro Tu cerebro tiene hambre, uno de nuestros principales errores en cuanto a eliminar o reducir el azúcar en nuestra vida: tomarlo en el desayuno. Cuando damos un bocado a nuestra bollería favorita y el azúcar pasa a la corriente sanguínea, hace un pico como una montaña rusa. En el momento en el que este mismo pico baja, nuestro cuerpo busca el equilibrio y entramos en un bucle infinito en el que estamos constantemente buscando la sustancia cristalina para reequilibrar. Por eso, la experta recomienda evitarlo a primera hora para no caer en ese bucle a lo largo del día.
Ese desayuno que nos han vendido como saludable durante años, leche con colacao, bollería, cereales y zumo, no solo nos hace superar la cantidad diaria recomendada de azúcar antes de salir de casa, sino que además, cuando pase un determinado tiempo, buscaremos esa sensación en otros alimentos.
Como alternativa, lo que debemos hacer es aumentar el consumo de la fibra. Cereales integrales, frutas, hortalizas, legumbres o frutos secos que puedan proporcionarnos ese efecto saciante que nos impida pensar en otros alimentos, pero también, si los añadimos a nuestro desayuno estamos formando un gel en nuestras tripas que dificulta la absorción del azúcar y hace que el pico de glucosa sea más lento.
La experta en farmacia también nos da otra opción para controlar nuestra ingesta de azúcar que consiste en encontrar esa sensación que nos produce la sustancia en otras cosas. Como ya hemos explicado, esta sustancia tiene una capacidad de hacernos sentir placer y felices cuando lo consumimos, por lo que podemos buscar la dopamina que nos dan esos alimentos en otras cosas.
Se trata de la estrategia más sencilla para eliminar el azúcar de nuestra vida o bien, limitarlo en gran medida. Al final, estamos generando la misma sensación, pero sin perjudicar nuestro deseo ni dejando que nuestro cuerpo ingiera grandes cantidades de alimentos que pueden ser dañinos.
Según la experta, esa dopamina también se genera haciendo otras cosas, como tocando instrumentos, cantando, mandando un WhatsApp a una amiga a la que llevamos tiempo sin escribir, escuchando nuestra canción favorita, haciendo ejercicio o echándonos una siesta revitalizante.