El refranero español es sabio. Algunos de sus dichos no están probados científicamente, pero otros, no solo están respaldados por la sabiduría popular, sino que también la medicina los apoya. Con el descanso sucede lo mismo.
Quién no ha escuchado alguna vez refranes que hacen alusión a la importancia de dormir bien para levantarte descansado y poder rendir durante un nuevo día. Y es que, un sueño reparador, es clave para mejorar las funciones cognitivas.
Resulta más frecuente de lo que pensamos levantarnos doloridos, quejándonos especialmente de la zona de las cervicales. Está demostrado que aquellas personas que duermen menos horas, son más proclives a desarrollar enfermedades neurodegenerativas o musculares.
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Los especialistas coinciden en lo mismo: descansar correctamente es parte fundamental de nuestras vidas, por lo que prestar atención a nuestro descanso es clave para nuestra salud, incluido atender a una óptima posición para dormir.
Ello no quiere decir que una mala posición al dormir sea la principal cusante de los padecimientos y contracturas que nos pueden surgir en la zona cervical, pero sin duda, sí uno de los principales efectos de un mal descanso y consecuentes dolores.
¿Cuál es la postura correcta para dormir?
La columna vertebral es la protagonista de esta recomendación para evitar lesiones y molestias en la zona del cuello y espalda. Así lo confirma el último estudio científico relacionado con la calidad del sueño: dormir de manera que nuestra columna esté alineada de la cabeza a las caderas, es la mejor manera.
Para lograr ese ansiado sueño reparador que nos permita levantarnos sin dolor de espalda, los expertos recomiendan dormir de costado con una manta o almohada entre las rodillas.
No solo un cojín, almohada o manta entre las rodillas bastará. La conocida como postura fetal es perfecta para evitar esas dolencias que tantas personas sufren. Hacerlo hacia el lateral izquierdo nos resultará la posición más beneficiosa al favorecer el drenaje linfático, tan importante para depurar los residuos acumulados.
También es muy recomendable esta postura para evitar los molestos ronquidos además de para frenar el reflujo gástrico. Cuatro beneficios que tan solo una posición en la cama nos aliviará.
¿Por qué una almohada entre las piernas?
Poner una pequeña almohada entre las piernas, preferiblemente a la altura de las rodillas, consigue una serie de efectos que agradeceremos cada mañana al levantarnos de la cama.
- Por un lado, esta costumbre evita que las caderas roten mientras dormimos, lo que consigue que nuestro cuerpo no se desplace.
- Esta posición aporta confort y, por tanto, elimina cualquier tipo de tensión que podamos tener en la zona de las cervicales.
- Reduce los dolores provocados por la lumbalgia o ciática, además de esa dolorosa rigidez producida por las lesiones y contracturas.
- Beneficia a la parte baja del cuerpo. La presión ejercida por la pierna de arriba nos obliga a adoptar una alineación correcta de nuestro cuerpo favoreciendo a las rodillas, piernas, caderas y columna.
- Alivia el dolor de las varices al incentivar la circulación sanguínea y, por consecuencia, esos incómodos hormigueos al aliviar la tensión muscular de las piernas.
Cada vez es más frecuente encontrar en las tiendas de descanso almohadas que salen de la cotidianidad. Cojines especiales para favorecer el sueño, poner en las rodillas o en el cuello, aparte de las comúnmente utilizadas para las mujeres embarazadas que son más envolventes.