Ir a trabajar y parar siete veces por el trayecto debido a la necesidad de orinar. O quedar para ir a un concierto y, según entras, divisar de inmediato todos los baños que hay alrededor. Tener cuidado con los cambios de temperatura o con el bikini húmedo en la playa. Estas son situaciones por las que pasan constantemente aquellas mujeres que viven con una infección de orina de repetición.
Es el caso de I. Fernández, publicista de 41 años, que confiesa llevar 10 arrastrando las consecuencias de la cistitis: "He estado muy frustrada y enfadada. He llegado a tener 3 al mes, tratándome una semana completa con antibióticos que, prácticamente, ya han dejado de hacerme efecto. Se puede decir que ahora tengo el control de la situación, pero no la solución".
El Dr. José Medina Polo, miembro de la Asociación Española de Urología, que lleva el caso de Fernández, cuenta que las infecciones de orina de repetición afectan a un 3% de la población. Se considera recurrente cuando suceden más de 2 en 6 meses o más de 3 en un año. Estas infecciones son uno de los 3 motivos más frecuentes de consulta en urología.
"Las relaciones sexuales no causan infecciones del tracto urinario"
"Los que nos dedicamos a ello cada vez nos estamos preocupando más. A fecha de hoy lo que podemos ofrecer no es quitar la infección de orina al completo, sino tener una mejoría de 70% - 80%, lo que consideramos un tratamiento adecuado", asegura.
El diagnóstico correcto
La publicista pasó por varios hospitales antes de llegar a la consulta del Dr. Medina. No supieron llevar su caso correctamente, por lo que terminó con una pielonefritis muy grave y 15 días ingresada. "A partir de ahí se agravó todo, cuando tienes eso y luego una bacteria complicada, sacarlo es muy difícil", relata.
Finalmente, también fue diagnosticada de vejiga hiperactiva, de ahí sus ganas constantes de miccionar. En estos casos los músculos de la vejiga se contraen para orinar, aunque no haya mucha orina almacenada. El ir tantas veces al baño o aguantar demasiado puede provocar, a su vez, más infecciones.
Para el Dr. Medina el diagnóstico debe ir más allá del cultivo y de una ecografía: "Hay que evaluar los síntomas que tiene la paciente, los posibles factores desencadenantes, los hábitos intestinales, el estado hormonal, preguntar sobre el tipo y los hábitos sexuales, porque quizás no sea infección de orina y se trata de otro cuadro urinario".
Gran problema epidemiológico
La Dra. Fernanda Lorenzo, jefa de servicio de urología del Hospital Universitario de Salamanca, las considera "un gran problema epidemiológico porque las mujeres, en general más de la mitad, van a tener en algún momento una infección del tracto urinario (ITU)". Esto no tendría tanta importancia si no fuese porque 1 de cada 4 va a hacerse de repetición.
"Los antibióticos son solo parches que me facilitan la vida"
Lo más frecuente en las mujeres que lidian con ello es cancelar planes y evitar viajes. El impacto en la calidad de vida recorre la esfera social, laboral y sexual. La toma de antibióticos de larga evolución se ha visto como la solución más frecuente. No obstante, presenta dos grandes problemas, según explica esta profesional.
En primer lugar, altera el equilibrio del ecosistema del cuerpo, sobre todo de las bacterias y hongos del intestino; y, en segundo lugar, aumenta la resistencia a los propios antibióticos. Por eso, considera que estos deben ser el último escalón y ante un signo de alarma, la fiebre.
Asimismo, la Dra. Lorenzo trabaja en la investigación de la relación entre infecciones de repetición y relaciones sexuales. Aquí es contundente: "Las relaciones sexuales no causan ITU, lo que sucede es que muchas mujeres tienen un nicho de germenes en la uretra o en la vejiga y que con un cambio de temperatura o una relación sexual esa infección se activa".
¿Son las vacunas efectivas?
El uso regular de probióticos puede considerarse una estrategia efectiva para mejorar la calidad de vida de estas personas. Sin embargo, los profesionales coinciden en que es un tema controvertido porque no todos son iguales, y hay que establecer el tipo y la dosis adecuada para que sea efectivo.
"1 de cada 4 infecciones de orina se convierte en recurrente"
Por ello, ante una infección recurrente, es importante que los médicos de atención primaria deriven al urólogo. Porque, según asegura la Dra. Lorenzo, "si las personas no tienen fiebre hay que aumentar la inmunidad". Y de hecho, eso es lo que hacen las vacunas disponibles para ello, entrenar al sistema inmune. Este método lleva usándose más de 40 años en Europa y en todo el mundo; en nuestro país están disponibles desde hace más de 15 años.
Las vacunas introducen en forma de spray -debajo de la lengua- las bacterias inactivas que producen esas infecciones. Estimulan el sistema inmune que tiene la vejiga y facilitan la formación de anticuerpos e interleuquinas -factores que progresivamente van eliminando las infecciones-.
Sin embargo, aunque está demostrado que mejoran la calidad de vida y reducen la frecuencia de las infecciones en torno a un 70% durante un largo tiempo, no las eliminan al completo. En el caso de Fernández, señala, "la vacuna hizo 0 sobre 0. Pero también es cierto que la vejiga con tantas infecciones tiene cicatrices que permite que estas aniden muchísimo más fácil".
Esta paciente, que ha pasado durante una década por diferentes tratamientos, cuenta que en la actualidad lleva "un tiempo mejor". Y aunque no hay resultados evidentes, las cinco sesiones para inyectarse ácido hialurónico en la vejiga la están ayudando. Aun así, concluye: "Vivo en una zona de confort. Tiro de antibióticos y lo tengo controlado. No es una solución, son parches que me facilitan la vida, pero es frustrante porque no deja de truncarse".