La noticia de tener una masa creciente en tu útero no es algo que se reciba con agrado o alegría. Más aún cuando eres joven y en tus planes a largo plazo entra el quedarte embarazada. La incertidumbre por conocer qué es, se confunde con el miedo de saber cuál será el tratamiento y desenlace final de aquello que te acontece. 

Para despejar las dudas y encontrar tranquilidad, lo mejor es rodearse de un equipo de profesionales médicos expertos, por ello hemos hablado con el equipo del Servicio de Ginecología y Obstetricia de los hospitales universitarios Fundación Jiménez Díaz y La Luz, del grupo Quirónsalud, sobre los miomas uterinos. Una patología que afecta a 1 de cada 2 mujeres y que no tendría por qué tener un desenlace catártico. 

Qué son los miomas uterinos 

Un mioma es una patología benigna. Es un tumor, porque lo que significa esta palabra es una proliferación celular, pero en este caso no tiene capacidad o componente oncológico. 

"Los miomas son tremendamente frecuentes. Si decimos que una de cada dos mujeres desarrolla miomas a lo largo de su vida, probablemente estamos diciendo la verdad", sentencia el doctor Manuel Albi jefe de departamento de Ginecología y Obstetricia de los hospitales universitarios Fundación Jiménez Díaz y La Luz.

Lo afirma con vehemencia haciendo un símil, diciendo que "el mioma es al útero, lo que una peca a la piel", algo muy frecuente. 

Predisposición al mioma

Estos tumores benignos sin componente maligno vienen predispuestos en ciertas ocasiones por un componente familiar pero también de raza. Se ha percibido que las mujeres negras presentan mayor prevalencia que las caucásicas, así como se sabe que estos solo se dan en edad reproductiva. 

"Las niñas antes de su primera regla no tienen miomas y una mujer mayor tampoco, a no ser que estos sean de cuando estaba en edad reproductiva", comentaba el doctor Albi González. 

Diagnóstico

Pese a su alta incidencia, lo normal es no tener miomas y en caso de tenerlos, no tienen por qué ser patológicos o dar algún tipo de clínica, comentaba la doctora Laura Pineda Domínguez, ginecóloga adjunta en el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz.

Debido a esta naturaleza silenciosa y exenta de síntomas, la mayoría se encuentran de forma casual o incidental, por una exploración, por una revisión ginecológica o por una mujer que se ha ido a hacer una ecografía de su abdomen o cualquier otra prueba de imagen de la zona y en ellas ha salido que tiene miomas. 

La doctora Raquel Senosiain Echarte, ginecóloga adjunta en los hospitales universitarios Fundación Jiménez Díaz y La Luz comenta que "la ecografía a día de hoy en la valoración de los miomas es el gold standard (prueba de referencia)".  

Posibles síntomas de mioma uterino 

Si bien nuestros médicos especialistas adelantaban que los miomas uterinos no suelen presentar síntomas, hay que tener siempre en consideración que cada mujer y tumor es un caso particular que requiere ser estudiado a detalle y de manera individualizada. 

Dichos estudios al respecto han encontrado que, en aquellos casos que el mioma sí presenta sintomatología, el síntoma más recurrente es un sangrado menstrual abundante y/o anormal. También el dolor, apunta el Dr. Manuel Albi González, del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz.

Las pacientes, por su parte, dan testimonio de que estos pueden reproducirse, crecer. Y por eso es importante intervenir a tiempo, así como darles seguimiento. 

Tratamiento del mioma uterino

Los tratamientos podemos dividirlos en dos tipos. El primero es un abordaje médico que mediante medicación busca que el mioma deje de provocar síntomas. El segundo tratamiento implica cirugía, o bien para destruir el mioma o bien para quitar el mioma mediante cirugía convencional. 

Cuando este es el abordaje elegido, la doctora Pineda Domínguez tranquiliza explicando en qué consiste: 

"La histeroscopia es una intervención menor. Lo que hacemos es introducir una cámara muy finita a través del cuello del útero y entramos dentro de la cavidad uterina, de tal manera que mediante la cámara vemos directamente este mioma que está deformando esta cavidad. Lo que se hace es que con un bisturí acorde al tamaño de esa cámara de tres milímetros vamos recortando ese mioma hasta que lo terminamos de trocear, lo sacamos y esa cavidad queda otra vez normalizada." 

El mayor miedo que asalta a las pacientes en este tipo de intervención es el riesgo de que, por algún tipo de complicación, te quiten el útero. Bajo la opinión del doctor Albi González, la histerectomía (cirugía para extirpar el útero y el cuello uterino) no debería ser la primera opción de tratamiento, más bien debe relegarse a los casos más extremos. Tampoco se debe decir que es la última opción, hay que individualizar diagnósticos y abordajes.  

En caso de que todo salga bien, una vez la paciente se somete a la intervención, pasa a la Unidad de Reanimación o recuperación. "Allí el personal de enfermería, una vez que la paciente se ha recuperado, le dan unas recomendaciones muy sencillas, fáciles de comprender y de llevar a cabo", explica la doctora Paula Lupión Miranda, coordinadora de quirófano en el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz y enfermera instrumentista en el Hospital Universitario La Luz.

Descartar sarcomas 

Frente a los miomas y su cariz benigno, se encuentran los sarcomas. Tumores de elevada malignidad. "Siempre que tenemos un mioma delante, cualquier ginecólogo se hace la pregunta: ¿esto no será un sarcoma?", relata el doctor Albi González. 

Lo que hace pensar en esto es un comportamiento poco normal del mioma. Nos comenta la doctora Pineda Domínguez. Son los compañeros de Anatomía Patológica los encargados de estudiarlo bajo el microscopio para saber al 100% de qué se está hablando.

Si esos tumores presentan bordes muy delimitados, redondos y están compuestos por células del músculo liso idénticas a las del músculo normal. Eso ya es un indicativo de benignidad. Incide la doctora Ana Suárez Gauthier, patóloga adjunta en el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz.

"Si parece un mioma y se comporta como un mioma, es que es un mioma"

"Aparte de eso, buscamos parámetros de malignidad que son: la necrosis, la presencia de figura de mitosis, y la atipia de las células. Si descartamos esto nuestro diagnóstico va a ser leiomioma benigno. Es absolutamente infrecuente que podamos encontrar un sarcoma cuando la evolución y lo esperable era que fuera un mioma normal. Lo más frecuente es que si parece un mioma y se comporta como tal, lo sea. 

Mioma uterino y embarazo

"Lo que importa es la localización. Es una de las pocas indicaciones que tenemos para hacer un tratamiento previo al embarazo antes de buscar una gestación. Cuando el mioma está dentro de la cavidad uterina, actúa como el hueso de un aguacate, interfiere, dificulta, hace diferente el entorno donde se va a localizar el embrión y lo puede dificultar", explica la doctora Senosiain Echarte.

Embarazo y mioma uterino Pexels

La asociación entre embarazo y útero miomatoso es muy frecuente y la mayoría de los embarazos transcurren de forma normal. De hecho, "no llegan a un 10% y eso no debe interferir, ni debe presionar, ni debe condicionar la búsqueda de completar un deseo gestacional de una mujer que quiere quedarse embarazada a pesar de tener un útero miomatoso". 

"En mi experiencia profesional he recibido muchísimas lecciones de humildad y en el contexto de la maternidad a mí me cuesta tirar la toalla. He visto situaciones insólitas que me han demostrado que la biología ocasionalmente es mucho más sabia que lo que nosotros nos podemos adelantar. ¿Qué quiero decir? Que a mí me costaría mucho decir a una mujer que tenga un útero miomatoso que no lo intente si quiere quedarse embarazada", declara la Dra. Raquel Senosiain Echarte, del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz.