En el período de perimenopausia y menopausia, el cuerpo de las mujeres sufre modificaciones significativas, incluyendo la redistribución de la grasa hacia zonas como el abdomen, creando el temido 'cinturón abdominal'.
['Somos menopáusicas, ¿y qué?'. La trascendental realidad de un momento vital tabú]
Ante esta situación, muchas mujeres recurren a dietas restrictivas como las populares en los años 80: excesivamente proteicas y eliminando por completo los hidratos de carbono.
Sin embargo, este enfoque puede ser contraproducente, ya que el cuerpo puede interpretar esta restricción como una señal de escasez, almacenando más grasa y ralentizando el metabolismo.
Estrógenos y digestión
El proceso digestivo está controlado por varias hormonas, entre ellas los estrógenos. Aunque tendemos a pensar en los estrógenos solo como hormonas sexuales femeninas, tienen muchas otras funciones en el organismo, incluida la regulación del sistema digestivo.
Los niveles de estrógenos controlan también nuestro ciclo digestivo. La disminución de los niveles de estrógenos a partir de los 40 años puede afectar varios aspectos del proceso gastrointestinal:
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Motilidad intestinal: los estrógenos influyen en la motilidad del intestino. Su disminución durante la menopausia puede provocar cambios en la regularidad intestinal, contribuyendo a problemas como el estreñimiento.
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Secreciones digestivas:Los estrógenos afectan la producción de ácido gástrico y enzimas digestivas. Estos cambios pueden influir en la eficiencia de la digestión y la absorción de nutrientes.
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Microbiota intestinal: los estrógenos también pueden afectar la composición de la microbiota intestinal. Un cambio en los niveles hormonales puede alterar el equilibrio de las bacterias en el intestino, afectando la digestión y la salud general.
Sensibilidad alimentaria
La reducción de estrógenos durante la menopausia también puede afectar el metabolismo, influyendo en el aumento de peso y en la distribución de la grasa corporal, especialmente en el área abdominal.
Además, la menor cantidad de estrógenos puede llevar a un aumento de la inflamación en el cuerpo, afectando los procesos digestivos y dificultando el funcionamiento óptimo del organismo.
Algunas mujeres pueden experimentar cambios en la sensibilidad a ciertos alimentos durante la menopausia, lo que puede estar relacionado con los cambios hormonales. De hecho, hay un considerable incremento de intolerancias en mujeres durante los procesos de perimenopausia y menopausia.
Malos hábitos
Además de los cambios hormonales, ciertos hábitos adquiridos a lo largo de la vida pueden afectar el proceso digestivo. Por ejemplo, comer de manera irregular o consumir muchos alimentos ultraprocesados puede dificultar que el organismo mantenga un metabolismo eficiente. La falta de nutrientes esenciales y el exceso de azúcar pueden ralentizar el metabolismo y dificultar la absorción de vitaminas y minerales.
Ingerir poca fibra y agua también puede afectar la digestión. La fibra y el agua son cruciales para procesar los alimentos, distribuir los nutrientes y eliminar los residuos del cuerpo. La falta de estos elementos puede impedir la eliminación de toxinas y afectar la salud general.
Además, la cantidad de medicamentos que ingerimos diariamente puede ser un obstáculo para que nuestra flora y nuestra microbiota estén en óptimas condiciones. Los antibióticos, por ejemplo, pueden alterar significativamente la composición de las bacterias intestinales, afectando la digestión y la absorción de nutrientes.
La edad
Con el paso del tiempo, el aparato digestivo no funciona igual que en la juventud. El estómago se vuelve menos flexible, reduciendo su capacidad para soportar grandes cantidades de comida.
Si además los intestinos pierden fuerza, el transporte de los alimentos se vuelve más lento. La válvula llamada cardias, que conecta el estómago con el esófago, se debilita con la edad, provocando reflujo e irritación del esófago.
Mejora la salud digestiva
Para mantener una buena salud digestiva durante la menopausia, considera las siguientes estrategias:
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Una dieta balanceada: consumir una dieta rica en fibra, con muchas frutas, verduras y granos enteros, puede ayudar a mantener la regularidad intestinal y apoyar una microbiota saludable.
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Hidrátate: beber suficiente agua es esencial para mantener la salud digestiva y prevenir el estreñimiento.
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Haz ejercicio regular: la actividad física regular puede ayudar a mejorar la motilidad intestinal y reducir el estrés, que puede afectar negativamente la digestión.
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Suplementación: algunas mujeres pueden beneficiarse de suplementos de fibra o probióticos para apoyar la salud intestinal, pero siempre es mejor consultarlo con un profesional de la salud.
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Gestiona tu estrés: utiliza técnicas de relajación como el yoga, la meditación o la respiración profunda para ayudar a reducir el impacto del estrés en la digestión.
La menopausia trae consigo suficientes cambios y desafíos, pero entender cómo los estrógenos influyen en la digestión puede ayudar a mitigar algunos de los efectos negativos. Adoptar hábitos saludables, mantener una dieta equilibrada y gestionar el estrés son claves para mejorar la salud digestiva durante esta etapa crucial de la vida.
Al hacerlo, las mujeres pueden mejorar su bienestar general y su calidad de vida en la menopausia y más allá.