"La haloterapia recrea el microclima existente en las minas de sal subterráneas, desprendiendo partículas microscópicas de sal que ayudan a eliminar la mucosidad y trabajar sobre las inflamaciones de las vías respiratorias y la piel", explica Claudia Arango, Business Development Manager en Saltium, Madrid.

Arango comenzó a trabajar en el sector en 2012, tras dedicarse a la construcción. "Fue un cambio muy drástico, pero maravilloso - expresa-. Estudié naturopatía y, al terminar la carrera, uno de los socios de Saltium me propuso ampliar la investigación sobre la haloterapia. El arranque fue complicado porque en España no se conocían esta clase de terapias, pero valió la pena".

Claudia Arango, de Saltium. Cedida

El equipo consiguió contactar con el fabricante líder mundial de halogeneradores, y se convirtió en su representante en España, Portugal y el norte de África. "Somos el primer centro de haloterapia que se abrió en un país hispanohablante", cuenta orgullosa. "Trabajar aquí es una experiencia increíble, la gente se muestra muy agradecida con nosotros y, como digo siempre, la confianza se gana con los resultados".

¿A quién ayuda?

La haloterapia es buena para todo el mundo, pero puede ayudar especialmente a mujeres embarazadas, deportistas, niños y fumadores. "Las embarazadas necesitan oxigenar el cuerpo, los deportistas, tener un patrón alto de respiración y los niños suelen sufrir resfriados. Respirar sal es altamente beneficioso para curar y prevenir enfermedades del sistema respiratorio", explica. 

La terapia de sal es muy beneficiosa para curar y cuidar el sistema respiratorio

Estas cuevas aportan múltiples beneficios a la salud: al ser un antiséptico y antibacteriano natural, la sal actúa hidratando la piel y las vías respiratorias. "También resulta útil para personas con problemas de estrés y ansiedad, que suelen venir para tomar sesiones relajantes que les ayudan a descansar y a calmar la mente". Las sales, explica Arango, cuentan con un ion negativo suelto que permite unos estados de relajación muy altos.

Las sales permiten llegar a un alto grado de relajación. Cedida

Múltiples beneficios

María Teresa (73) lleva 15 años practicando la haloterapia. "Conocí las cuevas de sal en una feria de medicina natural en Chamartín (Madrid). Me pareció algo muy curioso, tras la primera sesión me fidelicé y aquí sigo", sonríe. 

La clienta asegura que, desde que acude a Saltium, no ha enfermado ni una vez: "En estos últimos 15 años no he cogido ningún constipado. Ni siquiera me contagié de COVID". También ha notado cambios positivos en la piel, el sueño y una disminución de la ansiedad: "Hace tiempo que no duermo bien por desgracias familiares, pero cuando vengo aquí me relajo muchísimo y descanso mejor".

La haloterapia evita el contagio de enfermedades respiratorias

También contamos con el testimonio de Paloma Alvite (46), que acude a las terapias de Saltium con su hijo Ángel, de 4 años. "Las cuevas de sal nos han cambiado la vida", asegura. "Ángel es un niño sano, pero tiene un punto débil desde que nació: los mocos. Desde que asistimos a las terapias de Claudia ya no nos hace falta la medicación, y a mí me ha quitado completamente la rinitis y la alergia. Además, Ángel se junta allí con sus amigos y juegan mientras se purifican sus vías respiratorias. Lo recomiendo al 100%, para todo el mundo". 

Niños en talleres de haloterapia. Cedida

Los cambios

Los efectos empiezan a notarse desde la primera sesión: "La gente empieza a notar que respira y duerme mejor, pero, al ser una terapia acumulativa, lo ideal es hacer mínimo 10 sesiones con una frecuencia de dos veces a la semana"

Se recomienda, además, que las sesiones se realicen más seguidas si se sufre algún tipo de inflamación o problema en las vías respiratorias. "Mucha gente que ya está sana se 'engancha' y sigue viniendo para relajarse y respirar mejor. Yo siempre me pregunto, ¿cómo hace la gente para vivir sin esto? Una vez que lo conoces, es casi seguro que volverás a probarlo", afirma.