En los últimos años, la elección de la dieta que seguimos se ha vuelto prioritario. Hemos empezado a prestar atención a términos que antes no conocíamos, con el fin de trabajar directamente sobre ellos y pararlos en el caso de que sea posible. Algo así ha pasado con los radicales libres, responsables del envejecimiento de nuestras células, que puede combatirse con los alimentos correctos.
Además, elegir qué añadimos a nuestro plato no solo nos puede ayudar a vivir más y mejor, sino también a tratar diferentes afecciones como enfermedades cardiovasculares o, incluso, mejorar nuestra vida íntima. En este contexto, una de las frutas con mayor compuestos antienvejecimiento y, además, más afrodisíacas, son las moras.
Si bien muchas frutas ofrecen una maravillosa combinación de nutrición y sabor, pocas proporcionan tantos beneficios impresionantes para la salud como las moras. Son una excelente fuente de vitamina C, vitamina K, manganeso y nutrientes esenciales de los cuales depende nuestro cuerpo para llevar a cabo una serie de funciones.
Los beneficios de las moras
Las moras proceden de la morera, árbol originario de la antigua Persia, perteneciente a la familia de las Moraceae y cuyas especies más importantes en España son la Morus alba (de moras blancas) y la Morus nigra (de moras negras). Es el nombre que reciben diversos frutos comestibles de distintas especies botánicas. Son frutas o bayas que, a pesar de proceder de especies vegetales completamente diferentes, poseen aspecto similar y características comunes.
Uno de los principales motivos por los que las moras se han vuelto populares entre expertos y aficionados de la dieta equilibrada es su contenido en antioxidantes. Cuando los investigadores analizaron el contenido de antioxidantes en las bayas, las moras contenían más antioxidantes que las fresas, las frambuesas, los arándanos rojos e incluso los arándanos azules.
Las moras son ricas en fitoquímicos (compuestos que las plantas producen para su propia protección), incluidos polifenoles, que tienen propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y protectoras del corazón. Todas ellas ayudan a neutralizar los radicales libres, partículas dañinas que se generan cuando el cuerpo realiza procesos habituales que necesitamos para vivir.
Estas pequeñas frutas son ricas en compuestos naturales como las antocianinas (flavonoides) y carotenoides que ayudan a prevenir el envejecimiento prematuro de las células. La gran variedad de todos ellos no solo ayuda a combatir los signos de la edad en mayor medida, sino a obtener diferentes ventajas.
La vitamina C es importante para fortalecer el sistema inmunológico, cicatrizar heridas y absorber el hierro. También puede actuar como antioxidante, combatiendo los radicales libres que pueden provocar cáncer. Por otro lado, la vitamina K es un elemento clave en la coagulación sanguínea y la salud de los huesos.
Añadido a ellos, el manganeso desempeña un papel en la producción de energía, la protección de las células contra daños, la inmunidad, el crecimiento óseo, la reproducción y la coagulación sanguínea.
El consumo de alimentos antioxidantes ayuda a proteger la pérdida de memoria y otros deterioros mentales asociados a la edad. Las moras, en concreto, favorecen la salud del cerebro porque su alto contenido de fibra ayuda a mantener estable el nivel de azúcar en el organismo, y, según los expertos, existe un vínculo entre la resistencia a la insulina y las enfermedades neurodegenerativas.
Además, los antioxidantes y compuestos antiinflamatorios presentes en las moras pueden contribuir a la salud cardiovascular, ayudando a reducir el riesgo de enfermedades del corazón.
Las moras son uno de los varios tipos de bayas que se cree que tienen un efecto positivo en la resistencia a la insulina y los niveles de triglicéridos. Por ello, los investigadores consideran que las moras son beneficiosas para el control de la diabetes, especialmente si se consumen frescas o congeladas.
Al aumentar la sensibilidad a la insulina, podemos ayudar al cuerpo a quemar grasa de manera más efectiva, por lo que pueden formar parte de una dieta equilibrada. Además, son bajas en calorías y carbohidratos y son una excelente fuente de fibra insoluble.
La fruta afrodisíaca por excelencia
Además de su sabor y de todos los beneficios ya nombrados, las moras tienen propiedades que las convierten en aliadas ideales para estimular el deseo sexual. Su riqueza en antioxidantes, como las antocianinas, no solo contribuye a mantener una buena salud en general, sino que también mejora la circulación sanguínea.
Esta mejora en el flujo sanguíneo es fundamental para la excitación, ya que asegura que los órganos reciban el oxígeno y los nutrientes necesarios para un óptimo funcionamiento. Además, las moras son ricas en vitamina C, que es conocida por reducir el estrés y aumentar los niveles de energía, dos factores cruciales para el deseo sexual.
Un estudio descubrió que un mayor consumo de fruta reducía el riesgo de disfunción eréctil en un 14%. Los investigadores descubrieron que las antocianinas, flavanonas y flavonas, que son tres tipos de flavonoides, tienen el impacto más significativo en la prevención de esta incapacidad.
El consumo regular de moras puede contribuir a equilibrar los niveles hormonales, ya que contienen fitoquímicos que influyen positivamente en la producción de hormonas sexuales. Estos compuestos naturales pueden ayudar a mantener niveles adecuados de estrógeno y testosterona, que son esenciales para un apetito sexual saludable tanto en hombres como en mujeres.
Otro aspecto importante es su contenido en minerales como el magnesio y el zinc. Estos minerales son fundamentales para la producción de hormonas y la salud reproductiva, ayudando a mejorar el rendimiento sexual y la libido.