Descubre si estás padeciendo el síndrome de la Superwoman, esa figura invencible que intenta equilibrar una carrera profesional, responsabilidades familiares y la vida personal haciendo malabarismos por llegar a todo. Puede que esta constante presión llegue a tener un costo significativo durante etapas de menopausia, un momento vital que de por sí viene cargado de cambios físicos y emocionales significativos.
Superwoman
La idea de la "súper mujer" ha sido promovida en gran parte por la sociedad moderna, que celebra la capacidad de las mujeres para desempeñar múltiples roles con éxito. Sin embargo, lo que a menudo no se discute es el precio que esta multifuncionalidad tiene sobre la salud mental y física de las mujeres, particularmente durante la menopausia.
Este mito de la Superwoman nos lleva a creer que es posible y deseable hacerlo todo, sin parar, sin pedir ayuda, y siempre con una sonrisa en la cara.
Su impacto en la salud
Diversos estudios han demostrado que enfermedades como el cáncer o el Alzheimer afectan a las mujeres en mayor medida que a los hombres, duplicando incluso las tasas de incidencia a medida que envejecen. Durante mucho tiempo, se ha atribuido a que las mujeres poseen una esperanza de vida superior, pasando más años en la etapa adulta. Sin embargo, nuevas investigaciones sugieren que hay algo más en juego, y ese "algo" es el estrés crónico.
Este estrés crónico no solo proviene de la acumulación de responsabilidades, sino también de la presión interna para hacerlas todas a la perfección. El estrés crónico que acumulamos por ser Superwoman tiene un impacto real y significativo en nuestra salud. No es solo que tengamos más responsabilidades, sino que también nos exigimos hacerlas todas a la perfección. Esta presión constante no es saludable, y a menudo conduce a problemas como la depresión, la ansiedad, e incluso agrava los síntomas de la menopausia.
Trabajo y Familia
No es un secreto que, históricamente, han sido las mujeres las que han asumido la mayor parte de la carga familiar: cuidando a nuestros hijos o a nuestros padres mayores. Nos sentimos responsables de que todo funcione.
Este deseo de hacerlo todo perfecto tiene un costo. A veces nos encontramos manejando más de lo que podemos soportar, pero seguimos adelante porque creemos que es lo que se espera de nosotras. Es un ciclo en el que nos exigimos más de lo que realmente podemos dar, y eso termina afectando nuestra salud y bienestar.
Síntomas
¿Te suena familiar? ¿Te encuentras diariamente en alguna de estas situaciones?
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Te encargas de todo. No delegas tareas porque sientes que nadie puede hacerlas tan bien como tú. Este sentimiento puede ser una señal de que estás sobrecargando tus capacidades y que tu cuerpo y mente están pagando el precio.
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No pides ayuda. Aunque la necesites, prefieres cargar con todo antes que admitir que necesitas una mano. A menudo, esto se debe al miedo de ser vista como débil o incompetente, pero la realidad es que pedir ayuda es un signo de fortaleza.
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Te esfuerzas por no mostrar fragilidad. Mantienes una fachada de fortaleza, aunque por dentro te sientas completamente abrumada. Este comportamiento puede llevar a un agotamiento emocional, donde la fachada comienza a desmoronarse bajo la presión.
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Evitas deber favores. Prefieres no deberle nada a nadie, ni siquiera a tu propia familia o amigos. Este deseo de autosuficiencia puede ser perjudicial, ya que aísla y te deja sin el apoyo necesario.
Si has contestado 'sí' a gran parte de las situaciones descritas, es probable que estés sufriendo el síndrome de Superwoman. Aunque pueda parecer que mantener este estilo de vida es la única opción, es crucial reconocer que este tipo de estrés constante no es sostenible y puede tener serias repercusiones en la salud, especialmente durante la menopausia.
La Menopausia
El estrés crónico agrava los síntomas de la menopausia al aumentar los niveles de cortisol en el cuerpo, lo que a su vez puede desencadenar más sofocos, mayor irritabilidad y problemas para dormir.
La falta de sueño y el agotamiento físico pueden reducir la capacidad del cuerpo para hacer frente a estos cambios, lo que aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades relacionadas con el estrés.
Es en este momento cuando el síndrome de Superwoman realmente muestra su lado más destructivo. La combinación de los cambios hormonales con el estrés constante y la falta de autocuidado puede llevar a un colapso físico y emocional. No es raro que durante la menopausia, muchas mujeres se enfrenten a un "choque" en su vida, donde su cuerpo dice "basta" y las obliga a reevaluar sus prioridades.
¿Cómo romper el ciclo?
Es hora de que empecemos a pensar en nosotras mismas, de que rompamos con ese ciclo de autoexigencia. No se trata de ser egoístas, sino de reconocer que no podemos dar lo mejor de nosotras si estamos constantemente agotadas.
Aquí te compartimos algunas estrategias para romper con este ciclo y mejorar tu bienestar durante la menopausia:
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Aprender a delegar. No tienes que hacerlo todo sola. Aprender a delegar no te hace menos capaz, sino más sabia. Confía en que otros pueden ayudarte y permite que lo hagan. Delegar no solo reduce tu carga, sino que también empodera a quienes te rodean.
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Pedir ayuda. Pedir ayuda es un acto de fortaleza, no de debilidad. Aceptar que no puedes con todo es liberador. Ya sea en casa o en el trabajo, identificar cuándo necesitas apoyo y solicitarlo es crucial para mantener tu salud y bienestar.
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Practicar la autocompasión. Permítete cometer errores, no siempre tienes que ser perfecta. La autocompasión es esencial para tu bienestar. Acepta tus limitaciones y entiende que ser humana implica tener fallas. Al practicar la autocompasión, te permites ser más flexible y amable contigo misma.
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Cuidar tu salud. Haz del autocuidado una prioridad. Come bien, haz ejercicio, encuentra tiempo para relajarte. Recuerda que tu salud es la base sobre la cual puedes construir todo lo demás. No se trata solo de mantener un cuerpo sano, sino también de cuidar tu mente y tus emociones.
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Redefinir el éxito. Deja de medir tu éxito por cuántas cosas puedes hacer a la vez. En lugar de eso, enfócate en la calidad de las experiencias y en tu bienestar general. El éxito no se trata de cumplir con todas las expectativas externas, sino de sentirte satisfecha y en paz con tus propias decisiones.
Este es un momento para reevaluar tus prioridades, aprender a delegar, pedir ayuda y practicar la autocompasión y al final del día, recuerda que lo más importante es que estés bien contigo misma tanto física como emocionalmente.