¿Para qué está el verano si no es para disfrutarlo plenamente? Los excesos en estos meses del año son totalmente frecuentes, pero con mesura y sabiendo que hay una manera muy efectiva de compensarlos, no tenemos por qué renunciar a ellos. La lactocena, una novedosa práctica nutricional, podría ser la solución que necesitas.
Este término, acuñado por el doctor Leo Cerrud, médico estético, se refiere a la práctica de cenar exclusivamente productos lácteos tres veces a la semana. Este hábito puede ayudarte a mantener tu peso ideal sin que ello te suponga un gran esfuerzo ni sacrificar tus vacaciones.
Se trata de una estrategia nutricional que consiste en consumir únicamente productos lácteos en la cena en determinados días. La idea es simple: cenar un yogur, un vaso de leche desnatada o un par de trozos de queso fresco y light. Sin más. Gracias a su efectividad, siempre y cuando no seas intolerante a la lactosa, cada vez más personas siguen este hábito para compensar los excesos del verano.
Ventajas de la lactocena
Según el doctor Cerrud, la lactocena ayuda a controlar el peso al reducir considerablemente la ingesta calórica en la última comida del día. Una rutina alimenticia muy efectiva, especialmente después de unos días en los que se come y se bebe más de la cuenta.
- Control del peso. La lactocena ayuda a limitar la ingesta calórica nocturna, lo que puede ser beneficioso para quienes buscan perder peso o mantener un peso saludable.
- Digestión más ligera. Los productos lácteos son fáciles de digerir, lo que facilita una buena noche de sueño sin molestias estomacales.
- Nutrición más equilibrada. Los lácteos aportan proteínas de alta calidad, calcio y otros nutrientes esenciales que pueden contribuir a una dieta equilibrada.
Como siempre que queremos ponernos a dieta tras unas vacaciones o para perder algo de peso, es fundamental adoptar la lactocena conscientemente, e incluso bajo la supervisión de un profesional en nutrición. Recuerda que no hay soluciones mágicas en la dieta, y la clave del éxito radica en un enfoque equilibrado y adaptado a tu estilo de vida.
¿Es sano cenar solo lácteos?
Los expertos en nutrición advierten que no todas las estrategias dietéticas son adecuadas para todos. Paloma Quintana, dietista-nutricionista, por ejemplo, subraya la importancia del contexto y los hábitos alimenticios de cada uno.
Si una persona ha consumido poca proteína durante el día, una cena basada únicamente en lácteos puede resultar insuficiente. Y viceversa. Si has apostado por una comida equilibrada y rica en nutrientes a lo largo del día, una cena ligera con lácteos puede ser una opción viable.
Pero la experta en nutrición alerta de la importancia de tener una actitud muy concreta con respecto a la lactocena. Si la motivación es una desesperada pérdida de peso, esta práctica podría no ser saludable. En cambio, si se utiliza como parte de un enfoque consciente y equilibrado hacia la alimentación, puede resultar una rutina muy beneficiosa.
Cómo practicar la lactocena correctamente
Para implementar la lactocena de manera efectiva, es importante seguir algunas recomendaciones básicas para que, además de que nos ayude a perder peso, no resulte perjudicial para nuestra salud:
- Variedad y moderación. No se trata de consumir grandes cantidades de lácteos. Un par de yogures desnatados, un vaso de leche o un trozo de queso fresco son suficientes.
- Complementar con otros nutrientes. Aunque la lactocena se centra en los lácteos, es fundamental asegurarse de que el resto de las comidas del día sean nutritivas y equilibradas.
- No abusar. Practicar la lactocena todos los días puede llevar a una rápida tolerancia y pérdida de efectividad. Limitar esta práctica a tres veces por semana es lo ideal.
Para quienes no pueden consumir lácteos, existen otras opciones como la "proteicena", que implica cenar solo alimentos ricos en proteínas como huevos, pollo o pescado. Sin embargo, el doctor Cerrud advierte que esta opción puede no ser tan completa en términos de vitaminas y minerales como la lactocena.
Otras vertientes afirman que los lácteos pueden ser beneficiosos si se acompañan de otros alimentos bajos en calorías, como frutas o vegetales. Enfoque que no solo aporta variedad y equilibrio, sino que también ayuda a alcanzar una sensación de saciedad.
Pero lo que sin duda es crucial elegir lácteos que sean saludables. Los yogures naturales y sin azúcares añadidos, como el kéfir y los quesos frescos, son opciones recomendadas. Del mismo modo, los yogures de sabores y los batidos azucarados deben evitarse, ya que pueden contener azúcares ocultos y otros aditivos no saludables.