La búsqueda de ejercicios eficaces en ocasiones se hace cuesta arriba, en especial, a medida que crecemos y nuestro cuerpo experimenta diferentes cambios por la edad. Ya no solo tenemos que encontrar los movimientos adecuados para conseguir resultados, sino también aquellos que se ajusten a nuestro nivel, que no sean muy desafiantes o que no ocasionen molestias.

En esta búsqueda interminable, quienes ya han encontrado la solución nos hacen el camino más fácil y nos recomiendan ejercicios como los saltos con una sola pierna. Un entrenamiento que, aunque parezca sencillo, realmente tiene grandes beneficios para nuestra salud y también, nuestro aspecto.

Como su nombre indica, los saltos con una sola pierna es un ejercicio en el que saltamos hacia arriba y hacia abajo sobre un solo apoyo, en este caso, nuestra pierna. La forma más común de realizarlo es con saltos pequeños; sin embargo, podemos hacerlo más desafiante y dinámico si es lo que buscamos. 

El mejor ejercicio antiedad

Los saltos con una sola pierna son una herramienta poderosa para desarrollar fuerza en la parte inferior del cuerpo, pero también, moldear la parte superior, ya que conseguimos quemar calorías. Además, es capaz de mejorar nuestro rendimiento general, equilibrio, coordinación y evitar posibles lesiones. 

Al ser un ejercicio que podemos realizar en cualquier lugar, se convierte en una excelente opción para implementar en nuestras rutinas. Podemos o bien realizarlo de forma individual o añadirlo a alguno de nuestros entrenamientos, ya que de cualquiera de las dos maneras podemos conseguir grandes beneficios.

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A pesar de que muchos deportistas lo realicen con el fin de mejorar la fuerza y potencia, no es necesario ser profesional para incluirlo en nuestro programa de ejercicios. De hecho, el salto con una sola pierna se puede utilizar para acondicionamiento físico, pérdida de peso u objetivos generales de fuerza de la parte inferior del cuerpo. 

Beneficios de los saltos a una pierna

Los saltos con una pierna cuentan con grandes beneficios, es la forma más eficaz de trabajar la parte inferior del cuerpo, incluidos los glúteos, los cuádriceps y los isquiotibiales, pero también, de adelgazar y tonificar el cuerpo de manera muy simple.

Así como mejorar la rapidez, los saltos a una pierna mejoran nuestro equilibrio. Gracias a él podemos realizar diferentes actividades de nuestra vida diaria, como caminar hasta simplemente mantenernos en pie sin marearnos. 

Mientras realizamos saltos con una sola pierna, nuestro cuerpo tendrá que trabajar para mantener el equilibrio. Esto obliga a los músculos y las articulaciones a activarse de una manera a la que no están acostumbrados durante las actividades cotidianas. Con el tiempo, estos nuevos patrones de movimiento se volverán más naturales y eficientes y, como resultado, mejorará nuestra estabilidad.

Los saltos con una sola pierna también son excelentes para mejorar la propiocepción, la capacidad del cuerpo para sentir dónde está en el espacio. La propiocepción se refiere no solo al equilibrio, sino también a la coordinación y la agilidad.

Y aunque parezca que el saltar con una sola pierna es para hacerlo entretenido, lo cierto es que es mucho más eficaz que los saltos con dos piernas. Esto se debe a que nos obligan a mantener la vista en alto y mirar hacia adelante, manteniendo una postura fuerte y una técnica adecuada.

Un estudio publicado en el Journal of Strength and Conditioning Research encontró que realizar saltos con una sola pierna sobre una caja era más efectivo para quemar calorías que los saltos en tradicionales.

Así como pasa con otros ejercicios que contemplamos como simples, tales como caminar, el saltar sobre una pierna es capaz de ayudarnos a adelgazar y quitarnos esos kilos que durante tanto tiempo han estado rondando en nuestra cabeza. 

Los saltos con una sola pierna son una forma sencilla, pero eficaz de mejorar la fuerza y el equilibrio de la parte inferior del cuerpo. Cuando aterrizamos sobre un pie, la otra pierna actúa como contrapeso para mantenernos estable. Esto ayuda a prevenir lesiones al obligar a cada grupo de músculos de las piernas y el núcleo a trabajar juntos para apoyarse mutuamente.

Cómo realizar los saltos a una pierna

Aunque este ejercicio resulte sencillo y en gran parte lo sea, es cierto que hay que seguir una serie de recomendaciones para evitar lesiones y dolencias. La fundamental es el calentamiento de los músculos y articulaciones, con el fin de que estén preparados para el movimiento. 

  1. Una vez estemos de pie, lo primero que tenemos que hacer es levantar una pierna del suelo.
  2. Si la acción ya se nos complica, lo ideal es apoyarnos en un objeto resistente o usar los brazos para mantener el equilibrio.
  3. Salta arriba y abajo con la pierna elegida.
  4. Dependiendo de las partes del cuerpo que quieras activar, puedes cambiar los músculos que utilizas. Puedes utilizar las pantorrillas o los cuádriceps de la pierna de apoyo o los flexores de la cadera de la pierna en el aire.
  5. Debemos asegurarnos de que nuestra pierna de apoyo esté un poco menos estirada para que pueda doblarse un poco en el impacto.
  6. Repetiremos la misma cantidad de saltos con una sola pierna o minutos con la otra pierna.

En un primer momento, es normal que los saltos a una pierna resulten desafiantes, especialmente en equilibrio. Esto debería corregirse a medida que lo practicamos, así como nuestra postura que debería quedarse siempre erguida. Este mismo desafío será el que con el paso del tiempo de resultados.