El Párkinson es una enfermedad degenerativa y crónica que afecta en España a más de 150.000 personas, según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN). Y cada año se diagnostican en nuestro país unos 10.000 casos nuevos. Lo que la convierte en la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente, después del Alzhéimer.
En Madrid, y concretamente en el Hospital Universitario HM Puerta del Sur de Móstoles se ubica el único centro en España, y uno de los pocos que existen en el mundo, de investigación traslacional y especializado en este tipo de trastornos.
Desde Magas nos desplazamos hasta allí para hablar con la doctora Virginia Soler, directora médica en el Hospital Universitario HM Puerta del Sur CINAC (Centro Integral de Neurociencias Abarca Campal) desde hace tres años, aunque en el grupo trabaja desde hace 24 años.
"CINAC destaca como centro de investigación por varios temas. Primero obedece a la visión que tuvo la familia Abarca para crear este centro único en España de investigación traslacional, es decir, todas las preguntas que nos hacemos a la cama del paciente como médicos: ¿qué le pasa a este paciente?, ¿cómo puedo mejorar el tratamiento?, ¿cómo puedo mejorar su calidad de vida?… Tratamos de responderlas con investigación básica en el laboratorio, que tenemos al lado, con todos los recursos a nuestra disposición. Además, los hallazgos que encontramos se pueden trasladar rápidamente al paciente", asegura Soler.
Y añade: "Además contamos con la figura de liderazgo del doctor José Obeso, director de CINAC, que ha conseguido atraer el talento de muchos investigadores que se habían ido fuera de España, que han desarrollado su trabajo adquiriendo conocimiento y experiencia en otros centros de altísimo nivel en muchísimos países europeos, así como en Estados Unidos y en Canadá, y este proyecto les pareció suficientemente atractivo para integrarse con el objeto de trabajar conjuntamente. Obeso ha conseguido no solo traer a todo este talento sino también mantenerlo".
"Tenemos un equipo estable y multidisciplinar de más de 40 investigadores de distintas disciplinas. Tenemos investigadores básicos, biólogos, médicos, neurólogos, ingenieros, ingenieros de imagen. Diferentes áreas que trabajan conjuntamente para poder llegar a unos resultados".
¿Se conoce cuál es la causa del párkinson?
Es una enfermedad neurodegenerativa, de la que no se sabe muy bien la causa, pero empieza con la afectación de las neuronas de una zona determinada del cerebro, en las cuales se produce un daño. Esto hace que se pierda una sustancia que se llama dopamina, que participa en una serie de funciones, y cuyo déficit ocasiona un deterioro de distintas funciones neurológicas.
Las más llamativas, inicialmente, son las funciones motoras. Por eso aparecen los síntomas iniciales motores. Pero también, a medida que progresa la enfermedad, hay otras manifestaciones que no son motoras sino cognitivas.
¿Afecta cada vez a más gente?
Cada año se diagnostican 10.000 casos nuevos, siendo más frecuente en hombres que en mujeres. Con el envejecimiento de la población, el número de casos cada vez es mayor. Para que te hagas una idea, en los mayores de 65 años hay una afectación de un 2% y en los mayores de 80, un 4%. A medida que la población envejece, hay un incremento de personas diagnosticadas de enfermedad de Párkinson y en unos años será la enfermedad neurodegenerativa crónica más frecuente.
Estaremos realmente ante una pandemia mundial con una afectación de más de 10 millones de personas en el mundo. Por eso es importante trabajar en saber cuáles son las causas, porque el conocimiento de la enfermedad nos va a dar la posibilidad de frenarla.
Curarla es más difícil. Esperemos que ocurra en algún momento, pero al menos frenarla, ralentizar su progresión o tratarla de manera precoz para que el impacto sobre la calidad de vida de las personas sea menor.
¿Tiene algo que ver con el estilo de vida que llevamos?
No se conoce bien cuál es la causa, salvo algunos casos puntuales que puedan ser de origen genético, pero no es la mayoría. Pero sí que hay algunos factores de riesgo. En algunos podemos influir y en otros, no.
Sí que se sabe que algunas modificaciones en el estilo de vida pueden influir en la mejora, en disminuir algún factor de riesgo y, entre ellos, curiosamente, está la dieta mediterránea y el ejercicio.
También afecta a gente joven, no solamente a gente mayor.
Sí, hay un porcentaje de personas afectadas por debajo de 50 años, concretamente, un 15%. Esto enlaza con una de las líneas de trabajo que tenemos en el CINAC, que es diagnosticar pronto en personas jóvenes. ¿Por qué? Pues porque esto frenaría la progresión de la enfermedad o al menos durante un tiempo, añadiendo calidad de vida a los pacientes.
¿Por qué se puede tratar ahora pronto?
Porque ahora tenemos las herramientas que sabemos que son eficaces y con pocos efectos secundarios. Hace unos años a lo mejor no te planteabas un tratamiento quirúrgico o de ultrasonidos porque, hasta que el paciente no estaba con una afectación muy importante o no le afectaba de una manera muy severa a la calidad de vida, ofrecerle un tratamiento que a lo mejor pudiera tener determinados efectos secundarios o consecuencias era más difícil. Ahora ya sabemos que son eficaces y seguros.
¿Párkinson y Alzhéimer tienen algo en común?
Tienen en común que las dos son enfermedades neurodegenerativas. Es decir, que afectan a una parte del sistema nervioso central y que progresivamente van empeorando. Pero la enfermedad de Alzhéimer fundamentalmente afecta a las funciones cognitivas, es decir, se asiste a la pérdida progresiva de funciones de memoria y de lenguaje. El comportamiento y demás hace que esas personas tengan una alteración en sus funciones cognitivas importantes y terminan en demencia.
Y la enfermedad de Párkinson fundamentalmente afecta al área motora, pero también en su progresión puede tener alteraciones cognitivas un poco distintas que tienen más que ver con otras alteraciones a lo mejor del sueño, del estado de ánimo o alguna alteración neuropsiquiátrica distinta. En fases muy avanzadas de la enfermedad o en algunos puntos determinados puede haber demencia, pero es diferente.
Por eso, ambas hacen que las personas sean dependientes de un tercero, pero con distintas necesidades. En el Alzhéimer una persona puede asearse y vestirse sola, pero a lo mejor no le puedes dejar salir a la calle sola porque se pierde o no sabe volver. Y en el Párkinson las cuestiones motoras inicialmente están más afectadas y quizá a una persona le puede costar mucho vestirse, pero tiene su capacidad cognitiva inicialmente intacta, aunque también tiene una dependencia de una tercera persona.
¿Cuáles son los síntomas iniciales de esta enfermedad?
Normalmente, son sutiles y aparecen en un lado. Es decir, es una enfermedad que se presenta de una manera asimétrica en un lado del cuerpo. Y lo que suele aparecer al principio es un temblor leve, que progresivamente va haciéndose más importante. Luego hay una cierta rigidez, una falta de braceo al caminar, una falta de expresión en la cara, una dificultad con el lenguaje... Esos son los síntomas motores principales.
Cuando va avanzando la enfermedad, se presentan síntomas cognitivos como alteración del sueño, alteración del ánimo, depresión, algunas veces alucinaciones, pero eso es más tardío.
Por eso, en este punto si quiero recalcar que en el CINAC le damos importancia a que el tratamiento sea integral. No solamente tratar que el trastorno del movimiento mejore, sino que si necesita una evaluación neurocognitiva con un neuropsicólogo, haya un buen neuropsicólogo; si necesita tratamiento con fármacos que tiene que prescribir un psiquiatra, haya un psiquiatra. Es decir, que sea integral con un equipo multidisciplinar en el que estén todos los especialistas necesarios.
¿Por qué es tan importante el CINAC?
El equipo está centrado en conocer cuál es la causa, por qué unas neuronas son vulnerables y otras no. Por qué esas neuronas dopaminérgicas están afectadas unas sí y otras no. Buscamos la respuesta al porqué, y si encontráramos la respuesta podríamos buscar la forma de combatirlo. También buscamos nuevas perspectivas terapéuticas.
Este centro fue el primero en el mundo que logró demostrar primero de manera experimental, y después con pacientes, la eficacia del tratamiento con ultrasonidos de alta intensidad dirigido a un punto concreto del cerebro. Antes se trataba en una zona determinada y aquí se estableció que si ese tratamiento iba dirigido a una zona muy concreta que se llama el subtálamo, los resultados iban a ser mucho mejores porque era actuar sobre una zona muy específica.
Eso tiene algunas dificultades técnicas y se demostró que sí, que la subtalamotomía, que es como se llama esta aproximación a este núcleo concreto, logra mejorar mucho el tratamiento con ultrasonidos en la enfermedad de párkinson. Fuimos los primeros de todo el mundo en publicarlo.
En segundo lugar, porque la capacidad de investigación y llevarlo a la asistencia en pacientes nos ha dado una experiencia que nos convierte en el centro de España que más experiencia tiene en su tratamiento. En conjunto entre enfermedad de Párkinson y temblor esencial llevamos más de 400 casos tratados con una incidencia de efectos secundarios muy baja y unos resultados clínicos muy buenos.
¿Qué os diferencia de otros centros?
Nos diferencia el poder contar con un equipo estable, liderado por una persona que es referencia mundial, no solamente porque lo digamos nosotros, sino que logran que sus trabajos tengan un impacto real en la vida de los pacientes. Porque haber logrado demostrar que este tratamiento específico mejora los síntomas de la enfermedad me parece que es importante.
Tenéis algo revolucionario en torno al Párkinson…
Seguimos trabajando en otras posibles armas terapéuticas y ahora mismo se está incidiendo en una cuestión muy específica que si se logra encontrar una molécula adecuada va a ser algo revolucionario.
El ultrasonido de alta intensidad trata directamente en el núcleo subtalámico, lo que hace es producir una pequeña lesión que anula unos circuitos que de alguna manera son anómalos. Sin embargo, cuando utilizamos ultrasonidos de baja intensidad, que esto es experimental, lo que hacemos es abrir la barrera hematoencefálica.
Esta barrera actúa como una protección que tenemos todos en el sistema nervioso central. Es buena porque no deja entrar anticuerpos, ni virus ni moléculas que fueran dañinas para el cerebro, pero que tiene una contra, que es que si yo quiero administrar un tratamiento específico que llegue a una zona específica del cerebro, esa barrera no le deja pasar.
Entonces, aquí lo hemos logrado con LIFU, (Low intensity Focus Ultra Sound), es decir, con los ultrasonidos de baja intensidad abrimos esa puertita en un punto concreto del cerebro, y hemos logrado demostrar que puede entrar una molécula y fijarse en un sitio concreto. ¿Para qué sirve? Eso sirve para que si en alguna enfermedad, no solo en Párkinson, sino en una enfermedad depósito que se llama donde se acumulan sustancias extrañas, voy a ser capaz de meter la enzima que falta para metabolizar esa sustancia.
En algunas enfermedades de depósito metabólicas ya está demostrado que funciona. Hemos logrado demostrar que abrimos la barrera con seguridad. No hacemos daño al cerebro entra a la sustancia y se vuelve a cerrar la barrera y no hay lesión. Ya se ha hecho experimentalmente con animales. Se ha logrado también la parte experimental en humanos, sin introducir moléculas, simplemente abriendo y cerrando la barrera sin dañar.
¿Y ahora qué falta?
Pues la parte más importante. Nos falta encontrar la molécula, el anticuerpo o el vector que nos sirva para intentar tratar. Ahí se está trabajando en ese campo porque hay muchas teorías, pero la técnica ya la tenemos. La llave para abrir la puerta y para cerrarla ya está. Ahora necesitamos las moléculas.
Este es uno de los mayores avances.
Ese es uno de los avances de investigación muy importante. Otra cosa que aquí también se ha logrado en el plano de tratamiento es que la enfermedad de Párkinson fundamentalmente es asimétrica. Empieza en un lado y después con la progresión afecta al otro.
Tradicionalmente las técnicas quirúrgicas se aplicaban en un solo lado porque no deja de ser una manipulación en el cerebro. Ahora estamos trabajando y ya hay trabajos de este grupo que demuestran que el tratamiento bilateral es eficaz y es seguro. ¿Por qué? Porque yo te trato ahora un lado, mejoras unos años, pero la enfermedad no se frena, sigue progresando y te afectará al otro. Entonces el tratamiento bilateral también es una propuesta y una realidad en el temblor esencial. Y en el Párkinson, en un futuro será también técnica habitual.
Un tema que a mí me parece increíble es que el paciente entra con temblores y sale casi sin ellos, o con una mejor calidad de vida.
En el plano terapéutico de tratamiento siempre hay técnicas quirúrgicas para tratar el temblor o para tratar las manifestaciones motoras de la enfermedad. Existen y se hacían de manera quirúrgica.
Ahora con el IFU, que ya lleva unos años, lo que se hace es un tratamiento no invasivo. Es decir, no hay incisión, no hay herida, no hay quirófano, no hay anestesia. Hay una pequeña sedación para evitar molestias, pero nada más.
Entonces se trata y es hasta emocionante, porque ves la gente que entra con una discapacidad muy importante por el temblor y que no puede hacer cosas tan básicas como tomar un plato de sopa o abrocharse el botón. Y en ese mismo momento en que termina el tratamiento deja de temblar y sale sin temblor.
Del temblor esencial, podríamos decir técnicamente que salen curados. De Párkinson, salen con una mejoría de los síntomas motores muy relevante, pero la enfermedad no se cura con esto.
¿Por qué es importante un diagnóstico temprano de la enfermedad?
Si bien es verdad que no hay un factor conocido de producción, sí que sabemos que hay algunos factores que pueden influir. Entonces, cuanto antes empieces a modular, antes puedes poner freno a la progresión.
Segundo, porque el cuidado multidisciplinar que necesita la persona con enfermedad porque no todo el mundo se trata con IFU y la gente empieza a tratarse con medicación y demás. Cuanto antes empieces a tratarlo, cuanto antes empieces a trabajar de manera multidisciplinar, ganas calidad de vida.
Hace unos años, cuando los tratamientos eran más invasivos o los tratamientos tenían más riesgo porque eran quirúrgicos, tardabas más tiempo en tratarlo. Esa persona estaba un montón de años sufriendo con los síntomas sin haberlos mejorado antes. Creo que es importante tratarlos precozmente, porque añades calidad de vida al tiempo de estas personas.