Según la Fundación Española del Corazón, los antioxidantes son compuestos sintetizados por las plantas en sus diferentes partes caracterizados por poseer grupos hidroxilos (OH) unidos entre sí. En otras palabras, son sustancias naturales o fabricadas por el hombre que pueden prevenir o retrasar algunos tipos de daños a las células.
La función que desempeñan en el organismo es esencial, ya que son reductores del estrés oxidativo, un problema que se agrava con la edad y que se presenta cuando hay demasiadas moléculas inestables llamadas radicales libres en el cuerpo. Cuando los ingerimos, nos protegemos de enfermedades y retrasamos el envejecimiento celular.
Los antioxidantes tienen una gran capacidad estética y es que al combatir la acción de los radicales libres, ayudan a disminuir las arrugas tempranas, la falta de luminosidad en el rostro y hasta las manchas. Están presentes en muchos alimentos que conocemos, pero uno de los más eficaces se llama astaxantina.
Qué es la astaxantina
La astaxantina es un compuesto natural de la familia de los carotenoides. Se encuentra presente en el salmón, la trucha, los camarones y langostas; ya que es la responsable del color que tienen estos organismos y es considerado uno de los mejores antioxidantes del mundo.
Este pigmento es responsable de los tonos rojos, naranjas y rosados que tienen diversas especies marinas como las ya nombradas. No solo tiene un papel estético, sino que también juega un papel crucial en la protección celular de estos organismos.
Lo cierto es que nuestro organismo es capaz de sintetizar antioxidantes; sin embargo, necesita otros que únicamente se consiguen con una alimentación variada y equilibrada y con la ayuda de compuestos naturales como este tipo. De esta forma, no solo protegemos nuestra salud, sino que promovemos un envejecimiento saludable.
En este contexto, la astaxantina se ha convertido en la opción ideal para miles de personas y expertos. Desde el punto de vista de la salud, se ha demostrado que es mucho más potente que otros antioxidantes más conocidos, como la vitamina C o el betacaroteno.
Beneficios de la astaxantina
Al ser uno de los antioxidantes más poderosos del mercado, la astaxantina ayuda a retrasar el envejecimiento, protege el ADN y puede prevenir el desarrollo de diversas enfermedades degenerativas. Se ha demostrado que tiene un impacto en la salud cardiovascular, ya que contribuye a la reducción de la inflamación y disminuye el colesterol malo (LDL).
Otro de sus beneficios clave es su capacidad para mejorar la resistencia física y favorecer la recuperación muscular. Al reducir la fatiga y el daño muscular tras el ejercicio, la astaxantina es muy valorada en el ámbito deportivo. Puede aliviar el dolor muscular y articular, lo que también es útil en personas que sufren de enfermedades como la artritis.
La salud ocular también se ve beneficiada por la astaxantina, ya que es capaz de atravesar la barrera hematoencefálica y llegar a la retina, donde ayuda a proteger los ojos de los efectos dañinos de la luz ultravioleta y de la fatiga visual.
Otro de los aspectos más interesantes de la astaxantina es su potencial para mejorar la apariencia de la piel. Sus propiedades antioxidantes protegen la dermis de los daños causados por los rayos ultravioleta y otros agentes ambientales. También favorece la hidratación y la regeneración celular, por lo que la piel luce más joven, firme y saludable.
Cómo añadir la astaxantina a nuestra rutina
La astaxantina se comercializa principalmente en forma de suplementos dietéticos y está disponible en una variedad de presentaciones. Las más comunes son las cápsulas o tabletas, que suelen contener extractos de Haematococcus pluvialis, la microalga rica en astaxantina. También se encuentra en presentaciones líquidas o en polvo.
Para consumirla, depende de la forma que escojamos, aunque de forma general es una cápsula al día. Sin embargo, la astaxantina también está presente en ciertos alimentos de origen marino, como el salmón silvestre, la trucha y los mariscos, por lo que consumir estos alimentos puede ser otra forma natural de obtener este carotenoide.
Es importante tener en cuenta que la astaxantina es un suplemento que se acumula en el cuerpo de manera gradual. Por lo tanto, sus beneficios suelen apreciarse después de varias semanas de uso continuo. Aunque de forma general sea bien tolerada, la ingestión en grandes cantidades puede alterar la pigmentación de la piel y provocar dolores de estómago, por lo que siempre debe ser controlado.