El 'hombro congelado' es particularmente común en mujeres durante la perimenopausia y la menopausia, y Watts ha compartido su experiencia con diversos síntomas musculoesqueléticos relacionados con la reducción de estrógeno, como es el caso de este síndrome, que provoca una disminución severa de la movilidad y un dolor persistente.
La intérprete británica ha señalado cómo estos síntomas menos conocidos no se comprenden bien o se pasan por alto, especialmente entre mujeres que están comenzando la perimenopausia o menopausia. Se trata de una de esas condiciones que parecen salir de la nada, pero una vez que aparece, puede afectar gravemente a la calidad de vida de quienes la padecen.
Esta dolencia, aunque tiene un nombre que suena casi ficticio, es una condición médica muy real que puede durar entre uno y tres años. Afecta de manera desproporcionada a las mujeres durante la transición menopáusica, una etapa ya de por sí compleja en términos de salud física y emocional.
¿Qué es el hombro congelado?
El nombre médico para esta condición es capsulitis adhesiva. Según la cirujana ortopédica Dra. Vonda Wright, la cápsula en cuestión es la piel interna que rodea las articulaciones, protegiendo los huesos y reteniendo los líquidos que permiten su correcto funcionamiento. "Es un tejido crítico para la salud de las articulaciones", explica.
Sin embargo, esta cápsula es muy sensible a la inflamación. Cuando se hincha, se tensa rápidamente, lo que provoca una pérdida drástica de movilidad en el hombro, al tiempo que causa un dolor significativo. Este puede ser lo suficientemente debilitante como para afectar actividades diarias simples, como cepillarse el cabello o abrocharse el sujetador.
La condición se caracteriza por tres fases: una inicial de dolor agudo; una 'congelada' y marcada por una rigidez extrema; y, finalmente, una de descongelamiento, en la que la movilidad comienza a mejorar lentamente.
¿Por qué afecta más a las mujeres?
Si bien el hombro congelado afecta a los dos géneros por igual, las mujeres peri y menopáusicas parecen ser más susceptibles.
Según la Dra. Wright, el 80% de las mujeres de mediana edad experimentan síntomas musculoesqueléticos relacionados con la menopausia. Estos síntomas incluyen dolor articular, rigidez y, en algunos casos, el desarrollo del hombro congelado.
La causa suele estar relacionada con la disminución de los niveles de estrógeno, que tiene receptores en diversas partes del cuerpo, incluidas las articulaciones. El estrógeno no solo regula las funciones reproductivas, sino que también tiene propiedades antiinflamatorias. Según Wright, el cuerpo se inflama cuando sus niveles bajan drásticamente, lo que puede desencadenar problemas en los tendones y ligamentos.
Cómo tratar el hombro congelado
Si experimentas síntomas de hombro congelado, el primer paso es acudir a un médico para una evaluación del problema. Posteriormente, los fisioterapeutas juegan un papel crucial en el tratamiento de esta condición, ya que pueden recomendar ejercicios específicos para recuperar la movilidad del hombro y aliviar el dolor.
La terapia hormonal de reemplazo (HRT) también puede ser una opción viable para algunas pacientes. Según Wright, muchas de sus pacientes experimentan una mejora significativa en sus síntomas al iniciar este tratamiento.
Estudios recientes -como el realizado por la Dra. Jocelyn Ross Wittstein de la Universidad de Duke- han respaldado el uso de HRT en el tratamiento del hombro congelado. Sin embargo, la decisión de utilizar terapia hormonal es personal y debe ser discutida siempre con un profesional médico.
Cómo manejar el dolor
Además de los tratamientos profesionales, hay medidas que puedes tomar en casa para manejar el dolor y mejorar la movilidad.
Mantener una rutina de fisioterapia también es importante: ejercicios específicos para el hombro, como subir lentamente el brazo por una pared o usar bandas de resistencia, pueden ayudar a mantener el movimiento.
También es importante no dejar de hacer ejercicio tan pronto como sientas mejoría, ya que el hombro congelado puede reaparecer. Aplicar calor en la zona afectada es otra recomendación común: se puede utilizar una almohadilla térmica o una bolsa de agua caliente en la parte posterior del hombro, el brazo y el cuello.
"El calor ayuda a aumentar la circulación sanguínea y a mover la energía, lo que puede aliviar el dolor", afirma la doctora. Es importante evitar el uso de hielo, ya que puede empeorar la condición al causar más rigidez.
La dieta antiinflamatoria también puede jugar un papel importante en el manejo de los síntomas. Según Wright, una dieta baja en azúcares simples y carbohidratos procesados, y alta en fibra y carbohidratos complejos, ayuda a reducir la inflamación en todas las articulaciones.
Mantener el movimiento
A pesar del dolor que provoca el hombro congelado, la experta subraya la importancia de mantenerse activa. Aunque puede ser tentador evitar usar el hombro afectado, la inactividad solo prolongará la recuperación.
Una de las frustraciones más comunes de esta condición es que, incluso después de la recuperación, el hombro congelado puede volver a aparecer. Esto hace que la prevención sea clave, lo que incluye mantener una buena rutina de ejercicio y prestar atención a los primeros signos de rigidez o dolor en las articulaciones para acudir a un profesional médico.