Es posible que para saber si estás en tu "peso ideal" siempre te hayas guiado por el Índice de Masa Corporal o IMC, una fórmula que resulta de dividir tu peso entre tu altura al cuadrado, y que se ha utilizado en medicina para clasificarnos durante décadas como saludables, con sobrepeso u obesos. Sin embargo, este índice no tiene en cuenta otros aspectos, como la composición corporal o la distribución de la grasa del cuerpo, no distinguiendo, por tanto, entre el peso que proviene de la masa muscular o de la grasa.
Según un artículo del New York Times que hace referencia a este tema, el actor y exfisicoculturista Arnold Schwarzenegger podría haber sido catalogado como obeso en su época de gloria debido a su Índice de Masa Corporal, cuando no sufría un exceso de grasa. Y es que el IMC, de acuerdo con la Asociación Médica Americana, no logra captar las diferencias raciales, étnicas, de género y de edad, por lo que es una medida imperfecta para evaluar el estado real de tu salud.
Los últimos estudios sugieren que este índice no es un buen indicador de la salud y se está promoviendo el uso del medidor de la cintura abdominal o 'B.R.I' -por sus siglas en inglés (Body Rounded Index)- o índice de redondez.
La circunferencia abdominal
A diferencia del IMC, el índice de perímetro abdominal (B.R.I.) tiene en cuenta el contorno de la cintura, que es un mejor indicador de la grasa visceral, es decir, aquella que se almacena en el abdomen y que por tanto, rodea órganos vitales como el hígado.
La grasa visceral está estrechamente relacionada con problemas de salud como la diabetes tipo 2, la hipertensión y las enfermedades cardiacas. Según Diana Thomas, creadora de este nuevo índice, esta nueva fórmula también tiene en cuenta la forma del cuerpo, y no solamente el peso y la altura.
Thomas se dio cuenta de que no somos cilindros, sino más bien somos óvalos, y de ahí la necesidad de medir cómo somos de 'redondeados'. Es decir, cuanto más redondeado o circular sea nuestro cuerpo, mayor riesgo tenemos de desarrollar problemas de salud graves.
Un estudio reciente publicado en la revista científica JAMA Network Open respalda esta noción, encontrando que aquellos con las puntuaciones más altas de B.R.I -o de circunferencia abdominal- tenían un riesgo de mortalidad casi un 50% mayor en comparación con quienes se encontraban en el rango medio de esta medida.
También aquellos que se encontraban por debajo, es decir, con poco músculo o grasa, presentaban un riesgo que podía ser consecuencia de una desnutrición o atrofia muscular, como ocurre en ocasiones con personas mayores.
La grasa abdominal
La razón detrás del foco en la circunferencia abdominal es clara: la grasa que se acumula en esta área es la más peligrosa para nuestra salud y es la que tenemos que controlar.
La grasa visceral no solo comprime los órganos, sino que también afecta el metabolismo, promoviendo resistencia a la insulina y otras complicaciones metabólicas. Según el investigador Wenquan: "El exceso de grasa visceral es como un asesino silencioso que acecha en nuestro cuerpo, y puede aparecer sin síntomas visibles, especialmente en personas aparentemente delgadas".
¿Hora de decir adiós al IMC?
A pesar de su popularidad y uso generalizado, muchos médicos están de acuerdo en que el IMC es una medida obsoleta que no refleja con precisión nuestra salud.
Como destaca el Dr. Wajahat Mehal, director del Programa de Salud Metabólica y Pérdida de Peso de la Universidad de Yale: "Si mides solo la cintura, puedes obtener un mejor indicador de cómo está tu salud". Esto es especialmente cierto para aquellos que tienen una alta proporción de músculo en relación con su grasa corporal, como los atletas, o para aquellos que han perdido masa muscular con la edad.
Si bien el IMC puede seguir siendo útil como un indicador inicial, está claro que no debería ser el único medidor. La circunferencia abdominal, en cambio, es más precisa al evaluar el riesgo de enfermedades metabólicas y cardiovasculares.
Así que la próxima vez que te enfrentes a la báscula olvídate de ese número y presta más atención a tu cintura. Como sugiere la ciencia, ese puede ser el verdadero indicador de tu bienestar.