Según los datos, de las casi 4.000 millones de mujeres que hay en el mundo, aproximadamente, 1.8 millones se encuentran en edad fértil. En otras palabras, 1.8 millones de mujeres deben enfrentarse, cada mes, al ciclo menstrual, ese período que puede durar entre 23 y 35 días, y que ocurre como respuesta de natural del cuerpo ante la ausencia de un embarazo. 

Los estudios aseguran que entre el 20 y el 30% de estas mujeres experimenta flujos menstruales abundantes, es decir, empapar una o varias compresas o tampones cada hora durante varias horas seguidas o necesitar doble protección sanitaria para controlar el flujo menstrual, entre otras medidas. 

Sin embargo, y aunque es más común en quienes tienen menstruaciones abundantes, prácticamente todas las mujeres han experimentado alguna que otra fuga durante sus días de regla. Un problema que no solo es incómodo, sino que también puede ser sinónimo de ansiedad o limitación en las actividades diarias con el propósito de evitar este tipo de accidentes. 

Mejorar la calidad de vida

Por este motivo, con el objetivo de eliminar estos momentos incómodos y hacer de los días de la menstruación algo llevadero, un equipo de científicos de Virginia Tech ha realizado un prometedor descubrimiento que podría cambiar por completo el cuidado menstrual tal como se conoce hoy en día. 

En el estudio, publicado en la revista científica Matter, se describe cómo esta innovadora técnica puede convertir la sangre menstrual en un gel espeso y semisólido, reduciendo así las fugas y derrames.

El equipo, liderado por el microbiólogo Bryan Hsu, se propuso encontrar un material que pudiera solidificar la sangre. No fue hasta después de probar varios polímeros y tratar de hacer diferentes combinaciones, que descubrieron una molécula biodegradable derivada de las almas marinas, conocida como alginato. 

De este modo, los expertos concluyeron que la combinación de alginato con glicerol era altamente efectivo para formar un gel duradero a partir de un líquido como la sangre. Hsu afirma que es "una de esas cuestiones relacionadas con la calidad de vida" en un sector donde parece no haber avances desde "hace un siglo". 

Pero el descubrimiento no se quedó ahí y, con el objetivo de atajar las infecciones, los investigadores incorporaron trimetilquitosano, una molécula antimicrobiana que ayuda a inhibir el crecimiento de la bacteria conocida como Staphylococcus aureus. El germen responsable del desarrollo del shock tóxico, una compilación rara, pero potencialmente mortal y asociada con el uso de tampones y copas menstruales. 

La revolución en la menstruación

Los investigadores probaron la eficacia del polímero utilizando una vagina artificial y, a partir de ahí, crearon una fórmula en polvo que se convirtió en el relleno de una compresa. Del mismo modo, hicieron con la copa menstrual, y enrollaron un trozo pequeño de tela dentro del propio elemento. 

Los resultados fueron imbatibles: el alginato retenía significativamente mejor la sangre en comparación con los remedios habituales. En ambos métodos sanitarios, los derrames se eliminaron como resultado de la formación del gel. 

Ahora, el equipo está trabajando en el desarrollo de compresas y copas menstruales que incorporen esta tecnología de gelificación. Junto a ello, investigan la potencialidad de este descubrimiento y su aplicación en tampones, lo que podría ser la solución definitiva.