En España, el 10% de la población padece una alteración tiroidea, y, sin embargo, más de la mitad de ellos lo desconoce. Por tanto, no son capaces de identificar sus síntomas, así como el riesgo para la salud que esto supone. Las mujeres presentan mayor prevalencia hacia este tipo de alteración, así como la población mayor de 60 años. 

Las enfermedades tiroideas son afecciones de la glándula tiroides. Esta es "una glándula pequeña, de unos cuatro centímetros, con forma de mariposa, que se encuentra en la zona anterior del cuello y es un órgano importante del sistema endocrino", comienza explicando la doctora Alessandra Luque, especialista de la Unidad de Endocrinología y Nutrición de Olympia Quirónsalud, en Madrid.

Glándula tiroidea: dibujo anatómico explicativo Instituto Nacional del Cáncer

Dicha glándula es la encargada de producir hormonas responsables de la regulación del metabolismo, o lo que es lo mismo, las hormonas que determinan cómo nuestro cuerpo utiliza la energía para que cada uno de nuestros órganos funcionen.

"Afectan a prácticamente todos los órganos y controlan muchas de sus funciones como, por ejemplo, la respiración, el ritmo cardiaco, la digestión, la temperatura corporal, el crecimiento, el estado de ánimo o el ciclo menstrual en las mujeres" detalla la doctora Alessandra Luque.

Enfermedad tiroidea 

Cuando se produce una alteración en la producción de las hormonas de la glándula tiroidea, padeceremos una enfermedad que vendrá condicionada por cuál sea dicha disfunción. 

En el caso de producir menos hormonas de las habituales, se conoce como hipotiroidismo; mientras que en el caso opuesto, cuando la glándula trabaja demasiado, se produce hipertiroidismo. Según la edad y las necesidades de cada persona, el rango de producción de dichas hormonas será diferente.

Sin embargo, no son las únicas. "Existe otro gran grupo que son aquellas en las que existe una alteración morfológica del tiroides", introduce la doctora Noelia Gros Herguido, especialista de la Unidad de Endocrinología y Nutrición del Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón, en Sevilla. 

En esos casos, hablaremos de bocio, un aumento del tiroides globalmente; nódulos tiroideos y el cáncer de tiroides. "Una deficiencia de yodo puede provocar trastornos tiroideos, como el bocio o el crecimiento de la glándula tiroides. Puede ocurrir tanto en el hipotiroidismo como en el hipertiroidismo", suma la doctora Luque.

Condicionantes

A la hora de hablar de las mencionadas enfermedades comunes de la tiroides, es clave conocer qué factores pueden afectar a dicha glándula. La doctora Luque hace la siguiente clasificación: 

  • Trastornos autoinmunes. En ocasiones, nuestro sistema inmunológico se equivoca y ataca a nuestros órganos como si fueran un agente invasor, como un virus o una bacteria. En este caso, "ataca a nuestra glándula tiroidea, produciendo anticuerpos dirigidos contra ella y provocando que trabaje mal". No es algo que ocurra de golpe, sino que puede ser lentamente en el tiempo, pudiendo tener la persona los anticuerpos positivos, incluso con niveles muy altos, pero con las hormonas en rangos normales o mínimamente alteradas y, por lo tanto, no produce ningún síntoma relacionado con la tiroides
  • La glándula "trabaja menos". En este caso se produciría un hipotiroidismo primario autoinmune, más conocido como Enfermedad de Hashimoto. Sus síntomas son falta de energía, aumento inexplicado de peso, piel seca, tendencia a estreñimiento, sensación de frío y caída de pelo; entre otros. Hoy en día, esta es la causa más frecuente de hipotiroidismo en nuestra especialidad. El diagnóstico se hace a través de una analítica. 

Síntomas y diagnóstico

Los síntomas de las enfermedades tiroideas son tan variados como la tipología de la misma. Para poder desgranarlos, necesitamos un diagnóstico previo.

Mujer sometiéndose a un examen de garganta en la consulta médica Freepick

"Este involucrará análisis de sangre para medir los niveles de hormonas tiroideas, ecografías, biopsias (en caso de nódulos) y, a veces, estudios de medicina nuclear", enumeran desde QuirónSalud antes de introducir el listado de posibles síntomas según el diagnóstico posterior: 

  • Hipotiroidismo. Fatiga, aumento de peso inexplicable, depresión, debilidad muscular, menstruaciones irregulares o más abundantes, sensibilidad al frío, piel fina y seca, tendencia al estreñimiento, edematización, problemas de concentración.
  • Hipertiroidismo. Pérdida de peso, intolerancia al calor, nerviosismo o taquicardia, ansiedad, aumento del apetito, sudoración, temblor en las manos, insomnio, diarrea.
  • Bocio o nódulo tiroideo. Síntomas locales en el cuello por ocupación del espacio: opresión, dificultad para tragar o respirar. 

Algo sobre lo que hace hincapié la doctora Gros Herguido es que "los síntomas a veces son inespecíficos" y esta es una de las razones por las que, en ocasiones, no se diagnostican. 

Cosa 'de mujeres'

Las enfermedades tiroideas, al igual que muchas otras enfermedades endocrinas, afectan 10 veces más a las mujeres que a los hombres. "Una de cada ocho mujeres desarrollará problemas de tiroides a lo largo de su vida. Especialmente en el caso del hipotiroidismo y el hipertiroidismo autoinmune" confirma la doctora Gros Herguido.

Estas cifras tienen una explicación multicausal que combina factores biológicos y hormonales por los que una mujer transita a lo largo de su vida, como son la menstruación, el embarazo, el parto y la menopausia. "Ocurren fluctuaciones hormonales que pueden alterar la función tiroidea y desencadenar o empeorar condiciones que ya existían", concluye Gros Herguido. 

"El estrógeno, es una hormona femenina que puede influir en la regulación de la tiroides y en la respuesta autoinmune del cuerpo", comenta la doctora Luque. "Las mujeres tienen una mayor predisposición a desarrollar enfermedades autoinmunes, que son una causa común de trastornos tiroideos. Como la tiroiditis de Hashimoto, que causa hipotiroidismo, y la enfermedad de Graves, que causa hipertiroidismo". 

Otros factores que juegan un papel fundamental en las afecciones de la glándula tiroides son la predisposición genética, antecedentes familiares, embarazo y posparto, y factores ambientales y de estilo de vida como el estrés y la dieta.

Tratamiento y riesgos 

Las enfermedades tiroideas pueden tener varios riesgos y complicaciones adicionales si no se tratan adecuadamente. 

La doctora Alessandra Luque especifica que, en el caso de las personas que padecen hipotiroidismo, su tratamiento "supone el uso diario de la hormona tiroidea sintética levotiroxina, que restaura los niveles adecuados de la hormona y revierte los signos y los síntomas del hipotiroidismo. Se trata de un tratamiento que presenta resultados a las pocas semanas y es de por vida, pero ha de revisarse de forma periódica para el ajuste de las dosis".

Si se padece hipertiroidismo, la doctora Gros Herguido explica que su tratamiento será "dirigido a bloquear la producción de hormonas tiroideas (antitiroideos)". Para los casos extremos de enfermedad o en aquellos pacientes que tienen nódulos tiroideos "tenemos la opción de tratamiento con yodo radiactivo o cirugía tiroidea" concluye.

En cuanto a los posibles riesgos, se categorizan en tres grandes grupos: 

  • Problemas cardiovasculares. Aumento del colesterol LDL (colesterol "malo"), que puede llevar al endurecimiento de las arterias y enfermedad cardíaca. Mayor riesgo de insuficiencia cardíaca y otros problemas cardíacos debido a una frecuencia cardíaca baja y una disminución de la capacidad de bombeo del corazón.

  • Problemas de salud mental. Depresión, letargo y otros problemas de salud mental. Deterioro cognitivo y problemas de memoria, especialmente en personas mayores.

  • Infertilidad y problemas reproductivos. Ciclos menstruales irregulares o ausentes. Mayor riesgo de infertilidad y complicaciones durante el embarazo, como hipertensión gestacional, parto prematuro, y bajo peso al nacer.