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Según los últimos datos de la Alimentación en España ofrecidos por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), cada español consume 3,13 kilos de frutos secos al año, una cantidad que ha ido en continuo aumento desde 2015. De esta forma, según el informe, las nueces son el fruto seco preferido por los españoles, suponiendo el 20% del consumo en el hogar. 

Sin embargo, hay otros frutos secos que son más bien ignorados por los españoles, como los piñones. La semilla propia de las especies del género Pinus (familia Pinaceae) que ha sido valorada desde la antigüedad, época en la que servían como provisión a los legionarios romanos en sus campañas.

Según el Ministerio de Sanidad, una cucharada sopera de piñones aporta el 35% de los objetivos nutricionales diarios respecto al aporte en ácidos grasos poliinsaturados de la dieta. Pero además, son uno de los frutos secos antiedad por excelencia y favorecen la salud mental.

Los piñones y el envejecimiento

Los piñones, las pequeñas semillas que se extraen de las piñas de ciertos tipos de pinos, son un alimento muy nutritivo que ofrece numerosos beneficios para la salud y uno de los principales es su alto contenido en ácidos grasos saludables, especialmente el ácido linoleico y el ácido oleico.

Según el Ministerio, se trata del fruto seco más rico en grasa —después de las nueces de macadamia—. Estos ácidos grasos contribuyen a la salud cardiovascular al ayudar a reducir los niveles de colesterol LDL, conocido como colesterol "malo", y al aumentar los niveles de colesterol HDL, o colesterol "bueno".

Mantener un equilibrio adecuado de colesterol puede disminuir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y accidentes cerebrovasculares, además de servir como un picoteo excelente para quienes tienen estos niveles elevados.

Los piñones son una excelente fuente de proteínas, especialmente para aquellos que siguen dietas vegetarianas o veganas. Contienen todos los aminoácidos esenciales, lo que los convierte en una proteína completa que ayuda en la construcción y reparación de tejidos, así como en la producción de enzimas y hormonas.

Piñones. Istock.

La presencia de magnesio en los piñones contribuye a la función muscular y nerviosa, la regulación de la presión arterial y el mantenimiento de un ritmo cardíaco saludable. Este mineral es crucial para la salud ósea y juega un papel en la producción de energía a nivel celular.

Los piñones son ricos en antioxidantes como la vitamina E, que protege a las células del daño causado por los radicales libres y reduce el riesgo de enfermedades crónicas como el cáncer y las enfermedades cardíacas, por lo que promueven un envejecimiento saludable.

La vitamina E también es beneficiosa para la salud de la piel, ya que ayuda a mantenerla hidratada y a prevenir el envejecimiento prematuro, así como pueden llegar a ser un aliado muy eficaz para suavizar las líneas de expresión y arrugas del rostro.

Los piñones y la salud cerebral

En el ámbito de la salud cerebral, los piñones proporcionan beneficios gracias a su contenido en vitamina B1 (tiamina) y B2 (riboflavina), que son vitales para el funcionamiento del sistema nervioso y para la producción de energía en el cerebro. Esto puede ayudar a mejorar la concentración y la memoria.

Gracias a su alto contenido en magnesio, un mineral que ayuda a relajar los músculos y reducir la tensión, los piñones pueden ayudarnos a combatir el estrés, mejorar el estado de ánimo y disminuir la ansiedad, gracias al equilibrio de los neurotransmisores.

Además, los piñones contienen vitamina B6, que participa en la producción de serotonina, una hormona relacionada con la sensación de bienestar y relajación. Estos nutrientes, combinados con los ácidos grasos saludables presentes en los piñones, ayudan a calmar el sistema nervioso y a reducir los niveles de estrés de forma natural.

Otros beneficios de los piñones

Otro nutriente importante que se encuentra en los piñones es el zinc, que fortalece el sistema inmunológico, mejora la cicatrización de las heridas y contribuye a la salud reproductiva. También contiene luteína, un antioxidante que es fundamental para la salud ocular y que ayuda a prevenir enfermedades como la degeneración macular relacionada con la edad y las cataratas.

Los piñones tienen un bajo índice glucémico, lo que significa que no causan picos bruscos en los niveles de azúcar en la sangre. Esto es especialmente beneficioso para las personas con diabetes o aquellas que buscan controlar su nivel de azúcar.

Piñones tostados. Istock.

La presencia de fibra en los piñones contribuye a una digestión saludable, promueve la sensación de saciedad y ayuda a mantener un peso corporal saludable. La fibra también desempeña un papel en la regulación de los niveles de azúcar y en la reducción del riesgo de desarrollar enfermedades como la diabetes tipo 2.

Un aspecto interesante de los piñones es su contenido en ácido pinolénico, un compuesto que se ha demostrado que actúa como supresor del apetito al estimular la liberación de hormonas que envían señales de saciedad al cerebro. 

Los piñones también son ricos en minerales como el hierro, que es fundamental para el transporte de oxígeno en el cuerpo y la prevención de la anemia, y el fósforo, que es esencial para la salud ósea y dental, así como para la producción de energía.

Cómo consumir piñones

A pesar de los beneficios de los piñones, hay que tener en cuenta que tienen un alto contenido de grasas y no podemos abusar de ellos. La ración recomendada es de 15 piñones diarios para aprovechar sus beneficios nutricionales sin exceder en calorías.
Estos frutos secos están en cualquier supermercado de forma natural, por lo que podemos conseguirlos a buenos precios en cualquier momento. Además, al tratarse de un picoteo, son ideales para añadir en nuestra rutina.

Los piñones naturales sin tostar pueden disfrutarse crudos en ensaladas, en salsas como el pesto, en platos de pasta o como parte de rellenos. También son comunes en la elaboración de postres y repostería, destacando especialmente en dulces navideños y en los tradicionales de Semana Santa.