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Quien no ha escuchado alguna vez que el desayuno es la comida más importante del día. No obstante, no todos los desayunos son igual de saludables, y lo que solemos consumir al inicio del día, aunque sea muy popular en España, no siempre es la mejor opción.

En nuestro país, es particularmente frecuente empezar el día con tostadas, ya sea con aceite de oliva, tomate, mantequilla o mermelada. A pesar de lo arraigada que está esta costumbre, la nutricionista Estíbaliz García advierte sobre los posibles inconvenientes de esta práctica tan extendida.

Según la especialista, ciertos tipos de tostadas, o mejor dicho, el acompañamiento del pan, pueden ser contraproducentes para nuestra energía y salud, además de sentirte hambriento al cabo de pocas horas. 

Por qué no desayunar tostadas

La base de la crítica de García se centra en la falta de nutrientes esenciales en el desayuno tradicional español. Muchas personas optan por tostadas simples, que a menudo consisten únicamente en pan con aceite o mantequilla y mermelada.

La especialista señala que este tipo de desayuno, en lugar de brindar energía, puede provocar sensación de fatiga y hambre poco tiempo después de haberlo consumido. Por esta razón, afirma que "es mejor que no desayunes".

El problema radica en que estas combinaciones carecen de una cantidad adecuada de proteínas y grasas saludables. Asegura que estaremos "cansados y hambrientos al cabo de unas horas". 

Cómo deben ser las tostadas

Aunque para algunas personas estas afirmaciones puedan resultar un tanto radical, la solución estaría en añadir a las tostadas las proteínas que necesitamos para comenzar el día. 

"Desayunar unas tostadas con aguacate y un par de huevos, o añadir jamón ibérico a tu tostada con aceite", continua García y subraya que, un desayuno que no incluya estos nutrientes puede llevar a una caída rápida de energía, lo que provoca que a media mañana busquemos un tentempié poco saludable.

La nutricionista propone que un desayuno equilibrado debe incluir:

  • Hidratos de carbono complejos. Estos se encuentran en el pan integral o la avena. Son más saciantes y ayudan a controlar los niveles de azúcar en sangre.

  • Proteínas. Incorporar alimentos como huevos, yogur o jamón ibérico aporta saciedad y contribuye a un metabolismo saludable.

  • Grasas saludables. El aguacate, el aceite de oliva y los frutos secos son excelentes opciones que aportan nutrientes esenciales sin perjudicar la salud.

Sugiere, además, alternativas a las tostadas tradicionales, como unas tostadas de pan integral con aguacate y huevos revueltos, o añadir jamón ibérico en lugar de optar por la mantequilla o mermelada.

Combinaciones que no solo mejoran el perfil nutricional del desayuno, sino que también aseguran una liberación de energía más sostenida a lo largo de la mañana.

La trampa de los zumos

Otro aspecto que menciona Estíbaliz García es el consumo de zumos de frutas en el desayuno. Aunque muchas personas los consideran saludables, en realidad suelen ser ricos en fructosa y bajos en fibra, lo que provoca picos de azúcar en sangre y una posterior caída de energía.

Para aquellos que pasan gran parte de la mañana sentados, es preferible optar por la fruta entera, que proporciona fibra y ayuda a mantener estables los niveles de energía.

La elección de un desayuno adecuado puede marcar la diferencia en nuestro rendimiento diario. Un desayuno que proporciona los nutrientes necesarios no solo nos ayuda a sentirnos mejor, sino que también puede mejorar nuestra concentración y productividad.

Ignorar esta comida o hacer elecciones inadecuadas puede tener un efecto negativo a lo largo del día. Estíbaliz García enfatiza que un desayuno equilibrado es fundamental, especialmente para quienes llevan un estilo de vida ajetreado.

Desayuno equilibrado y saludable. iStock

Comenzar la jornada con un aporte adecuado de energía y nutrientes puede prevenir la tentación de picar entre horas y facilitar elegir comidas más saludables durante el resto del día.