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De todos los mitos que rodean a la alimentación, qué comer y qué no en las cenas acapara muchos de ellos. Desde aquellos que defienden con firmeza que no comer nada a última hora es esencial para adelgazar hasta quienes sostienen que hacerlo es un grave error, si no queremos despertarnos con más hambre.

Además de las comidas, la hora a la que cenamos también es objeto de debate para miles de personas, especialmente en España, donde estamos acostumbrados a tomar la última comida del día muy tarde. Y aunque siempre se haya dicho que es fundamental hacerlo pronto para nuestra salud, los expertos como Boticaria García consideran que no es así exactamente.

La farmacéutica y nutricionista Boticaria García ha indicado en el programa Saber Vivir que, a pesar de que los estudios sugieran que cenar pronto es mejor, la realidad es que "no tenemos una hora marcada".

Que se sabe sobre el cenar a partir de las 20:00 de la tarde

Son muchos los estudios que afirman que cenar tarde puede afectar negativamente a nuestro metabolismo, impidiendo, entre muchas cosas, perder peso. Así lo sugiere un estudio publicado en la revista Sleep, desde donde indican que postergar hasta altas horas de la noche la última comida del día es contraproducente.

"Hay investigaciones que apuntan que comer más tarde en el día puede tener varios efectos como aumentar la liberación del colesterol, disminuir el gasto energético en reposo y disminuir la tolerancia a la glucosa", explica Boticaria García.

Mucha glucosa en el organismo nunca es buena, ya que podría aumentar la grasa corporal y el peso, algo que está relacionado con la obesidad y otras enfermedades como la diabetes: "¿Y todo esto es lo que me va a ocurrir a mí si ceno a las 21:00 de la noche?", se pregunta la experta.

Sin embargo, y a pesar de la información, la realidad es que nuestro cuerpo "no tiene una hora marcada". Lo que sí es cierto, e indica la ciencia, es que "es conveniente concentrar la mayor parte de la ingesta en las horas del día" y, por tanto, evitar pegarnos "un banquete" a última hora del día.

Además, "para favorecer el proceso digestivo, siempre es conveniente que la última comida se realice al menos dos horas antes de irnos a la cama", explica, dejando así tiempo suficiente para que se haga la digestión y esta no interfiera con el sueño.

"Lo que comemos y cuánto sigue importando más que cuando", finaliza la experta. Al final, como ya ha comentado, es fundamental tener una rutina alimentaria en la que priorizamos las cinco comidas del día: desayuno, media mañana, comida, merienda y cena.

Aunque parezcan muchas, comer cinco veces al día nos ayuda a sentirnos satisfechos, quemar calorías a través de la digestión, mantener activo el metabolismo y, sobre todo, no llegar a la cena con hambre excesiva.

Según los expertos de Santa Lucía, las cenas ligeras —sin llegar a ser nulas— son importantes al facilitar las digestiones, ya que el organismo no tiene que realizar ningún sobreesfuerzo. Además, ayuda a descansar por las noches.