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Cada vez existen más problemas digestivos en nuestra sociedad y, aunque el estilo de vida, el estrés y nuestra mala alimentación son factores que habitualmente se estudian, en el enfoque tradicional se suele pasar por alto un factor clave: la salud bucal y dental. Desde la perspectiva de la nutrición integrativa y de la psiconeuroinmunología, la conexión entre la salud bucal y el sistema digestivo es esencial.

Por eso, hoy te quiero contar cómo la boca no solo es la puerta de entrada al sistema digestivo, sino que también es un epicentro de interacciones complejas entre sistemas que influyen en la inflamación, la inmunidad y la microbiota intestinal.

¿Dónde empieza todo?

La salud bucal y dental desempeña un rol crucial en la primera fase de la digestión. Desde la masticación hasta la secreción de saliva, los alimentos que ingerimos comienzan su viaje a través del aparato digestivo en la cavidad bucal. La saliva, rica en enzimas digestivas que actúan como "soldados de la digestión", ayuda a descomponer los carbohidratos y las grasas para que sean más fáciles de absorber.

Sin una adecuada salud bucal, la calidad de este proceso inicial se ve comprometida. La maloclusión dental, por ejemplo, puede afectar la capacidad de masticar correctamente los alimentos, lo que conduce a una digestión ineficiente y a un mayor esfuerzo en el estómago y el intestino delgado.

La salud bucal y dental desempeña un rol crucial en la primera fase de la digestión. iStock

Además, las infecciones periodontales y otras condiciones bucales inflamatorias pueden afectar negativamente el proceso digestivo. Un estudio publicado en el Journal of Clinical Gastroenterology encontró que las personas con enfermedad periodontal tienen un mayor riesgo de desarrollar disbiosis intestinal.

Tu boca también tiene microbiota

Tradicionalmente, se ha hecho hincapié en la microbiota intestinal como clave para la salud digestiva, pero investigaciones recientes sugieren que la microbiota bucal también tiene un papel importante. La boca alberga más de 700 especies bacterianas, muchas de las cuales son esenciales para el equilibrio microbiano. Cuando la microbiota bucal se ve alterada, ya sea por mala higiene, infecciones o el uso de ciertos medicamentos, las bacterias "malas" pueden llegar a nuestro tracto digestivo.

La relación entre la microbiota bucal y la intestinal está mediada en parte por el sistema inmunológico, ya que las bacterias orales pueden llegar al intestino y contribuir a la inflamación crónica, la cual es un factor predisponente en diversas patologías digestivas.

Una mirada integrativa

Desde la perspectiva de la psiconeuroinmunología, la salud bucal no solo afecta el sistema digestivo a nivel físico, sino también a nivel sistémico e inmunológico. La PNI estudia cómo los sistemas nervioso, endocrino e inmunológico interactúan y se comunican entre sí. La inflamación crónica que se origina en la boca, como ocurre en las infecciones periodontales, puede poner en alerta a nuestro sistema inmunitario y esto repercute en todo el organismo.

Este vínculo es fundamental para comprender por qué muchas personas que padecen enfermedades inflamatorias crónicas del intestino, como la enfermedad de Crohn, también presentan problemas de salud bucal.

Estrés, microbiota y salud digestiva

También hay que destacar el impacto del estrés crónico sobre la salud bucal y digestiva. El estrés puede alterar tanto la microbiota bucal como la intestinal, favoreciendo el crecimiento de bacterias dañinas. En un estado de estrés elevado, el cuerpo libera cortisol, una hormona que reduce la función inmunitaria y reduce la producción de saliva, lo que aumenta el riesgo de desarrollar infecciones bucales. Este desequilibrio puede tener un efecto dominó en el sistema digestivo.

Además, el eje cerebro-intestino se ve profundamente influenciado por el estado de la microbiota, y la alteración de la microbiota bucal puede alterar la señalización entre estos dos sistemas.

¿Cómo se soluciona?

Desde una perspectiva de nutrición integrativa, tratar la salud bucal como un componente esencial de la salud digestiva implica un enfoque multidisciplinario. Las terapias que buscan equilibrar la microbiota, como el uso de probióticos, deben considerar tanto la microbiota intestinal como la bucal. De igual manera, las intervenciones dietéticas, como el consumo de alimentos ricos en antioxidantes y antiinflamatorios (cúrcuma, jengibre, frutas y verduras ricas en polifenoles), pueden ayudar a reducir la inflamación tanto en la boca como en el intestino.

Las frutas y verduras son alimentos antiinflamatorios. iStock

Asimismo, el manejo del estrés es crucial. Estrategias como la meditación pueden ayudar a reducir el impacto del estrés sobre la salud bucal y digestiva, restaurando el equilibrio en ambos sistemas. Estas intervenciones no solo mejoran la función inmunitaria, sino que también apoyan la regeneración de tejidos y el mantenimiento de una microbiota saludable.

Probióticos especiales para la salud bucal

Los probióticos son microorganismos beneficiosos que ayudan a equilibrar la microbiota, tanto a nivel intestinal como en la cavidad oral. Existen cepas probióticas específicas que han demostrado ser útiles para la salud bucal y que pueden tener un efecto sinérgico en el equilibrio de la microbiota intestinal; las más conocidas y recomendadas son lactobacillus reuteri, streptococcus salivarius, bifidobactterium lactis.

La suplementación con probióticos orales, ya sea en forma de pastillas masticables, colutorios o polvos disueltos en agua, puede ser una herramienta eficaz para equilibrar la microbiota bucal y promover un impacto positivo en la microbiota intestinal.

Alimentos antiinflamatorios y ricos en polifenoles

Los polifenoles son potentes antioxidantes y antiinflamatorios que encontramos en las plantas. Estos compuestos ayudan a reducir la inflamación en la boca, y al hacerlo, también reducen la inflamación sistémica que puede afectar al intestino. Además, muchos de estos alimentos tienen propiedades antimicrobianas que ayudan a equilibrar la microbiota bucal.

  • Té verde: Rico en catequinas, el té verde ha demostrado ser efectivo en la reducción de la placa bacteriana y las caries debido a sus propiedades antimicrobianas. Además, su consumo regular puede ayudar a reducir la inflamación oral y sistémica, impactando positivamente en la salud digestiva.

  • Cúrcuma: Este potente antiinflamatorio natural, rico en curcumina, puede utilizarse como enjuague bucal o consumirse en la dieta para reducir la inflamación y mejorar el equilibrio microbiano. La cúrcuma también tiene un efecto positivo en la microbiota intestinal, lo que refuerza su papel como un suplemento integral para la salud digestiva y bucal. Recuerda combinarlo siempre con pimienta negra y con una fuente natural de grasa.

  • Frutas y verduras ricas en flavonoides: Alimentos como las manzanas, las uvas, los arándanos y los cítricos son ricos en flavonoides, que tienen propiedades antioxidantes y antibacterianas. Consumir estas frutas regularmente ayuda a mantener una microbiota bucal saludable y reduce la inflamación sistémica que puede afectar negativamente al intestino.

Aceite de coco y "oil pulling"

El oil pulling es una antigua técnica ayurvédica que consiste en hacer enjuagues con aceite (generalmente de coco) durante 15-20 minutos para eliminar toxinas y bacterias de la boca. El aceite de coco contiene ácido láurico, que tiene propiedades antimicrobianas, y se ha demostrado que reduce significativamente las bacterias dañinas en la cavidad bucal, incluyendo las que contribuyen a la formación de placa dental y a la enfermedad periodontal.

El 'oil pulling' es una antigua técnica ayurvédica. iStock

Además, al reducir la carga bacteriana patógena en la boca, el oil pulling ayuda a prevenir que estas bacterias lleguen al tracto digestivo, mejorando indirectamente la microbiota intestinal.

Enjuagues bucales con aceites esenciales

Los enjuagues bucales naturales a base de aceites esenciales pueden ser una alternativa eficaz a los enjuagues comerciales, que a menudo contienen alcohol y pueden alterar la microbiota bucal. Algunos aceites esenciales como el de menta, clavo y árbol de té tienen potentes propiedades antibacterianas y antiinflamatorias, que ayudan a equilibrar la microbiota bucal sin destruir las bacterias beneficiosas.

Estos aceites esenciales pueden añadirse a un enjuague bucal casero con agua y sal marina para obtener un producto suave pero eficaz que promueve el equilibrio microbiano en la boca y ayuda a reducir la inflamación sistémica.

Dieta baja en azúcares refinados y alimentos procesados

El consumo elevado de azúcares refinados y alimentos procesados es uno de los principales factores que promueven el crecimiento de bacterias patógenas tanto en la boca como en el intestino. Las bacterias que causan caries prosperan en entornos ricos en azúcar. Para estabilizar la microbiota bucal, es esencial reducir el consumo de azúcares y alimentos ultraprocesados que alimentan a las bacterias dañinas y promueven la inflamación.

En su lugar, se debe optar por una dieta rica en fibras, frutas, verduras y grasas saludables (como las del aguacate y el aceite de oliva), que apoyan un entorno saludable tanto en la boca como en el intestino.

En conclusión, la boca no es solo el punto de entrada de los alimentos, sino un componente integral del sistema digestivo y del equilibrio inmunológico del cuerpo. Ignorar la salud bucal en el tratamiento de trastornos digestivos es pasar por alto una pieza fundamental del rompecabezas. Mantener una buena salud bucal no solo beneficia a los dientes y encías, sino que también contribuye a una mejor salud digestiva y un bienestar general más completo.