La mediana edad, o midlife, comúnmente definida entre los 40 y los 60 años, es un punto de inflexión en la vida de las personas. En algunos casos puede llevarnos a pequeños cambios a nivel físico y mentales, pero también puede ser una oportunidad para mejorar nuestra calidad de vida.
En la actualidad, varias celebridades en esta franja de edad están promoviendo un enfoque positivo y proactivo hacia esta fase de la vida, destacando la importancia del bienestar emocional y físico. Por ejemplo, Jennifer Lopez, a sus 50 años, es un ícono de cómo mantener un estilo de vida saludable a través del ejercicio regular y una dieta equilibrada. Su filosofía se centra en la idea de que la edad no define lo que uno es capaz de hacer o lograr.
Otra famosa que abraza esta filosofía es Gwyneth Paltrow, promoviendo la salud física, el bienestar emocional y la belleza como un todo integral. Paltrow enfatiza la importancia de cuidarse a sí misma tanto por dentro como por fuera, y de ver la llegada a los 50 como una oportunidad para redefinir la salud y la felicidad.
Margie Lachman, profesora de psicología en la Universidad de Brandeis y especialista en esta etapa que los anglosajones denominan midlife, subraya la importancia de esta fase vital: "Las cosas que haces o que suceden en el ahora pueden tener efectos a largo plazo en la vida posterior. Por eso, es un período realmente importante para prestar atención a tu cuerpo".
Una etapa desafiante
La experiencia de ir cumpliendo años es única para cada persona, pero existen preocupaciones comunes que tienden a surgir con más frecuencia:
En ocasiones, es una época en la que comenzamos a notar ciertos dolores o molestias. La disminución de la masa muscular y el aumento de la rigidez en las articulaciones son comunes en esta franja de edad. Scott Trappe, director del Laboratorio de Rendimiento Humano en la Universidad de Ball State, junto con el Dr. Arun Karlamangla de UCLA, destacan que fortalecer los músculos mediante el ejercicio puede aliviar parte de esta carga, liberando a las articulaciones del dolor.
Otra de las preocupaciones importantes es el posible aumento de peso inesperado. Aún así, contrario a muchas creencias populares Herman Pontzer de la Universidad de Duke afirma que "el metabolismo no disminuye drásticamente de la noche a la mañana, manteniéndose estable hasta los 60 años", atribuyendo, por tanto, este aumento de peso como la acumulación gradual de calorías año tras año.
La redistribución en la grasa corporal es otro de los problemas con los que lidiamos las mujeres debido a los cambios hormonales que sufrimos que pueden hacer que la grasa se acumule más en el abdomen. La Dra. Stephanie Faubion de la Clínica Mayo señala que "este cambio no necesariamente se refleja en un aumento del peso, pero sí modifica la composición corporal".
La importancia del ejercicio
Todos los médicos mencionados atribuyen al ejercicio un superpoder como herramienta para abordar muchos de los problemas que vemos aparecer en este momento de nuestra vida. El Dr. Karlamangla afirma que "el remedio milagroso es la actividad física" y que beneficia no solo a los músculos y las articulaciones, sino prácticamente a cualquier cambio relacionado con la edad o con el envejecimiento
Bienestar emocional
La calidad de las relaciones interpersonales, el manejo del estrés y la salud mental juegan roles cruciales en cómo las personas experimentan su sexualidad y bienestar general durante la mediana edad. Abordar estos aspectos puede ser tan crucial como tratar los síntomas físicos.
Aprovechar esta etapa para mejorar el bienestar físico, emocional y social puede establecer las bases para un envejecimiento saludable y satisfactorio. Con atención y cuidado adecuados, los años futuros pueden estar llenos de salud y vitalidad, transformando los desafíos en oportunidades para crecer y prosperar.
En esta etapa muchas personas se encuentran en lo que se conoce como la "generación sándwich", simultáneamente cuidando de hijos que aún están creciendo y de padres que están envejeciendo, además de manejar una carrera profesional que han construido durante décadas. Este conjunto de responsabilidades puede hacer que la vida se sienta particularmente abrumadora durante esta etapa.
Según Margie Lachman, profesora de psicología en la Universidad de Brandeis, es un momento en el que a menudo se experimenta un agotamiento considerable debido a la cantidad de tareas y obligaciones que debemos gestionar. Sin embargo, también hay aspectos positivos en esta etapa de la vida. David Almeida, profesor de estudios de desarrollo humano y familia en la Universidad Estatal de Pensilvania, señala que aunque la curva de felicidad en forma de U sugiere que la gente es más infeliz en esta etapa, los estudios indican que la capacidad para manejar el estrés mejora con la edad. Esto podría deberse a que las personas tienen más experiencia y suelen estar más a cargo de sus decisiones y de su entorno, comenzando, por tanto, un periodo relativamente estable.
Entender que esta etapa de la vida no tiene por qué suponer una crisis, sino una oportunidad para reevaluar prioridades y disfrutar de una mayor estabilidad emocional, puede cambiar la forma en que las personas experimentan este momento vital.