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Una de las cosas que más preocupan cuando nos hacemos mayores es la aparición de arrugas y líneas de expresión. Como parte del proceso natural del ser humano, nuestro cuerpo va perdiendo colágeno, la proteína más común en el cuerpo humano que se encarga de formar la estructura del organismo, uniendo los tejidos como la piel, músculos o huesos. 

La presencia de esta vitamina es vital para el desarrollo de una persona; sin embargo, a partir de los 25 años su producción va disminuyendo. Esto supone tener que buscar la solución de conseguir preservar el almacenamiento o, simplemente, encontrar de dónde podemos obtenerlo. 

Así como todos sabemos que alimentos como las patas de pollo contienen hasta un 70% de colágeno y, por tanto, su consumo es muy beneficioso para eliminar las arrugas, algunas frutas al alcance de nuestra mano también lo son. Tales como la piña, una fruta tropical que contiene una poderosa enzima llamada bromelina, responsable de muchos de los beneficios para la piel.

La fruta tropical que produce colágeno 

La piña es una fruta con aroma distinguible y sabor agridulce, originaria de Brasil. Está catalogada como 'Ananas comosus' y su nombre significa "fruta excelente". Se consume especialmente fría y aunque se suele preferir como postre, tiene una gran flexibilidad en diferentes platos como ensaladas, vinagretas, zumos y hasta en la pizza.

Denominada superfruta por sus grandes beneficios, la piña contiene una poderosa enzima llamada bromelina, que es responsable de muchos de los beneficios para la salud de la fruta, pero también es una de las principales razones por las que se afirma que este alimento es beneficioso para la piel. 

Los estudios han demostrado que la bromelina tiene propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y antibacterianas, compuestos que suponen múltiples ventajas en la dermis, especialmente si buscamos neutralizar o prevenir la aparición de los temidos signos de la edad o, incluso, manchas

El contenido de vitamina C de la piña también puede promover la salud de la piel. Según las investigaciones, una taza de piña contiene el 88% del valor de vitamina C, un poderoso antioxidante y, además, un compuesto que promueve la producción de colágeno. 

La vitamina C puede prevenir el daño a las células de la piel causado por los radicales libres, los principales responsables de que aparezcan arrugas en nuestra piel o algunas otras marcas. Añadido a ello, puede llegar a promover la cicatrización de heridas al favorecer la producción de nuevas células. 

Esta vitamina se necesita para el crecimiento y reparación de tejidos en todas las partes del cuerpo. Fomenta la producción de colágeno y, por tanto, le aporta a nuestra piel una estructura óptima y tersa, manteniendo su plasticidad.

Imagen de una piña cortada. Istock.

La piña también destaca por su contenido en vitamina K, un compuesto que estimula la circulación sanguínea y facilita el suministro de oxígeno a los tejidos. Al activar la microcirculación cutánea se reducen las arrugas, mejora la luminosidad de la piel y se incrementa la producción de colágeno.  

Pero además de los múltiples beneficios que tiene la piña para el rostro, también es un excelente aliado capilar. Diferentes marcas de cosmética emplean su formulación para desarrollar mascarillas y champús por sus grandes ventajas, entre las que encontramos su aporte de brillo, fortalecimiento y su capacidad de hidratación.

La piña para bajar de peso

El consumo de la piña también ayuda a adelgazar de una forma muy efectiva y sencilla. Al ser una fruta diurética y con alto contenido en fibra, combatimos la retención de líquidos y elimina el exceso de agua y sales en nuestro cuerpo, por lo que nos sentiremos mucho más ligeros y deshinchados.

Además de su exquisito sabor y la hidratación que provocan gracias a su alta proporción de agua, tiene una gran cantidad de vitamina C, minerales como el manganeso y otros nutrientes que la convierten en una gran aliada en épocas veraniegas.

Una ración de 100 gramos de pila solo aporta 50 calorías, además de una buena cantidad de potasio. La mezcla de fibra y agua en el organismo ralentiza el proceso de la digestión y, por tanto, nuestro cuerpo percibe que estamos llenos antes de tiempo y evitamos ingestas innecesarias. 

Pero no solo la carne de la piña puede ayudarnos, sino que incluso su cáscara puede convertirse en una alternativa para perder peso. Según un estudio del Journal of Agricultural and Food Chemistry de Estados Unidos, la piel de esta fruta contiene fibra y polifenoles, compuestos que contribuyen a la pérdida eficaz de peso. 

Obviamente, no podemos comernos la cáscara de la piña, por lo que podemos realizar un té diurético. Solo necesitamos la piel de media piña, medio litro de agua y una rama de canela, lo hervimos y una vez frío, está listo para tomar.