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"Fueron cuatro años de incertidumbre, de muchísimos dolores pélvicos, de no tener calidad de vida. El alivio más grande fue cuando me diagnosticaron que tenía varices pélvicas", con este testimonio la paciente Vanessa Rosa Ramírez visibiliza un problema que afecta a la calidad de vida y que tiene serias consecuencias para la salud. 

Aproximadamente un 39% de las mujeres padecerán dolor pélvico en algún momento de su vida. Hay muchas patologías que pueden producir este síntoma; sin embargo, una de las principales causas son las varices pélvicas, una enfermedad  infradiagnosticada y mucho más frecuente de lo que pensamos.

Las varices en las piernas son de sobra conocidas, pero quizá muchas personas no sepan que también pueden aparecer en otras zonas del cuerpo, como la pelvis. Lo explica el doctor Santiago Zubicoa Ezpeleta, radiólogo intervencionista especializado en patología vascular del Hospital Ruber Internacional: "Hay un componente importante hormonal en las varices pélvicas. Antiguamente, no se conocían, y se relacionan en gran medida con los embarazos".

De hecho, cerca del 80% de las mujeres que están encinta sufren de alguna dilatación varicosa y, sobre todo, esta dolencia se da en pacientes que ya han pasado por varios partos. "Sucede por el efecto de los diferentes embarazos sobre la circulación de retorno", explica la ginecóloga Elena Carrillo de Albornoz.

Paciente tratándose varices leves en las piernas. iStock

Así lo manifiesta Vanessa: "Era como si constantemente notara una presión dentro de mí. El dolor era como si literalmente me estuviera quemando por dentro. El cuerpo y la cara se me inflamaba cuando tenía estos dolores. No podía bajar y subir escaleras, no me podía montar en el coche porque los baches de la carretera eran para mí una cosa agobiante del dolor".

Lo primero de todo es saber exactamente qué son las varices de manera genérica y el doctor Pablo Gallo González, jefe de la Unidad de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Ruber Internacional, lo explica: "Son venas dilatadas y tortuosas que se forman cuando se debilitan o dañan. Esto dificulta el flujo sanguíneo de retorno al corazón y tiene como resultado una acumulación anormal de sangre en el interior de la vena que puede ocasionar síntomas molestos y generar problemas de salud".

En cuanto a las causas de su aparición, resalta que "hay un componente importantísimo hereditario. También influye mucho el estilo de vida de cada uno, como la obesidad, el sobrepeso, estar mucho tiempo de pie, el calor, el sol... Pero hay un factor que hace que afecta especialmente a las mujeres, que es el hormonal. El embarazo, sobre todo en el segundo y al final del tercer trimestre, ejerce un peso extra que hace que se dificulte la circulación de retorno venoso y esta sangre se acumula y dilata las venas".

Cuando el origen de las varices es pélvico, los profesionales pueden indicar una flebografía y la embolización para tratarlas a través de un catéter, colocando unos dispositivos que ocluyen las venas problemáticas y detienen el flujo sanguíneo anormal. Es la técnica que ayudó a la paciente consultada a solucionar el problema: "La vida me ha mejorado al cien por cien".

Es importante tratar este tipo de varices poco conocidas, ya que pueden causar el llamado síndrome de congestión pélvica, con síntomas como menstruaciones más abundantes, dolor en las relaciones sexuales, micción frecuente, dolor pélvico crónico o varices en las piernas y en los genitales. Además de no realizar el tratamiento adecuado, existe la posibilidad de que desemboque en una trombosis que "puede migrar al sistema pulmonar y originar tromboembolismo pulmonar, que es una enfermedad grave", según explica el Dr. Zubicoa.

En cuanto a las varices en las piernas, los síntomas más comunes son pesadez, hinchazón y prurito, que es el picor en las piernas, sin pasar por alto el componente estético que afecta a las pacientes que ven esas venas abultadas en sus extremidades inferiores. Si la situación no es muy grave, se puede tratar directamente en consulta. En otros casos habrá que pasar por quirófano para navegar a través de ellas, pero sin extirparlas como se hacía antiguamente.

Cómo prevenir las varices

  • Mantener un peso adecuado.

  • Llevar una dieta equilibrada, mediterránea.

  • Caminar todos los días y hacer ejercicios como la natación.

  • Evitar estar muchas horas de pie o sentadas en la misma posición.

  • Hacer ejercicios de 15 minutos como tumbarse y elevar las piernas varias veces al día ayuda a mejorar la sintomatología.

  • Acudir a una valoración en una unidad de patología vascular, si existen antecedentes familiares de varices.

En cuanto a la detección, es crucial ver de dónde vienen, qué las provoca, dónde está ese punto inicial que hace que esa vena no funcione bien. En el 20% de los casos las varices vienen de la pelvis, pero en el resto suelen estar afectadas las venas safenas que dan las varices típicas de las piernas.

Una vez diagnosticadas, se comienza  por las medidas dietético-higiénicas junto al tratamiento con un venotónico, sobre todo en verano. Además, los médicos recomiendan utilizar una media elástica hecha a medida que se lleva todo el día y evita que las venas se puedan dilatar.

También en los varones

Dentro de las varices pélvicas, los hombres no están exentos de presentar esta patología. Cabe resaltar el varicocele testicular, que padecen el 15% de los hombres y hasta el 40% de los que tienen infertilidad. Se trata de una dilatación de las venas del testículo, generalmente el izquierdo por una cuestión puramente anatómica.

Los pacientes suelen presentar pesadez testicular, molestias tipo pinchazos y venas dilatadas en los testículos. Ante estos síntomas es importante acudir rápidamente al urólogo y a una valoración en una unidad de patología vascular, donde se realiza el tratamiento endovascular sin heridas.