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Uno de los aspectos estéticos que más preocupan a la población son causados por el paso del tiempo, mientras que las canas cada vez son más revolucionarias, las arrugas siguen siendo esas pequeñas marcas a las que buscamos una solución para que se noten menos o tarden más en aparecer.

Las arrugas se desarrollan gradualmente con el tiempo y son el resultado de la pérdida de firmeza y elasticidad de la piel debido al envejecimiento de ciertos componentes celulares. Una vez presentes, es prácticamente imposible borrarlos por completo, pero ciertos ingredientes activos pueden retardar su aparición y disminuir su visibilidad.

Una de ellas es una especia que lleva con nosotros miles de años: el azafrán. Es muy posible que hayamos oído hablar de él centenares de veces y hasta tengamos un pequeño frasco en la cocina olvidado, hasta ahora, que todas querremos utilizarlo por sus grandes ventajas.

Qué es el azafrán

El azafrán es una especia extraída del Crocus sativus. A diferencia de otras especies de Crocus, la floración de esta planta se produce de octubre a noviembre, mientras que el período de latencia se produce durante los meses de verano. Es muy posible que hayamos visto su flor, de color violeta, que tiende a destacar entre las demás. 

Es nativo del sudoeste asiático y aunque fueron los botánicos asirios quienes documentaron la existencia de la especia por primera vez en el siglo VII a.C, existen frescos de época grecorromana que retratan la recolección de azafrán, por lo que se demuestra su uso hace miles de años. 

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Más allá de sus cualidades culinarias, el azafrán también es valorado por sus propiedades cosméticas y terapéuticas, en particular sus virtudes antioxidantes y antiinflamatorias. De hecho, sus usos van desde condimento y fragancia hasta tinte o remedio medicinal.

El azafrán se incorpora a menudo en tratamientos dirigidos a los signos del envejecimiento, y a pesar de no combatir directamente las arrugas, tiene una acción preventiva con la que es capaz de producir colágeno y devolverle a nuestra piel la elasticidad que se pierde con el paso de los años. 

Cómo el azafrán puede neutralizar las arrugas

El colágeno es una proteína fundamental que se produce naturalmente en el cuerpo y es la base de nuestra piel, cabello y huesos. En el rostro y cuerpo, este compuesto ayuda a mantener la elasticidad y la hidratación, por lo que previene la aparición de arrugas y líneas de expresión.

A pesar de su importancia, con la edad el cuerpo comienza a producir menos colágeno y se estima, que esta disminución puede comenzar a partir de los 25 años, por lo que comenzar con dietas y métodos para conseguir "almacenarlo" o mejorar su producción es uno de los objetivos más buscados entre la población.

Imagen de la especia de azafrán y su flor. Istock.

Añadido a ello, el envejecimiento de la piel se ve acelerado por ciertos factores externos, como la contaminación, los rayos UV o hábitos como el tabaquismo, que generan estrés oxidativo en las células de la piel, el cual daña especialmente el ADN y las fibras de colágeno y elastina.

De todos los factores que dañan la dermis, los rayos UV por sí solos son responsables de aproximadamente el 80% del envejecimiento prematuro de la piel. En este punto, el azafrán puede comenzar a mostrar sus habilidades, ya que tiene propiedades fotoprotectoras y una gran cantidad de antioxidantes, especialmente, crocetina.

Los estudios han demostrado que el safranal, un compuesto del azafrán, tiene un factor de protección solar de 6,6. Este índice representa el nivel de protección que proporciona contra las quemaduras solares inducidas por los rayos UVB.

Los expertos también sugieren que este mismo compuesto es capaz de bloquear la actividad de la elastasa, la colagenasa y la hialuronidasa. Tres enzimas que aceleran el deterioro de la elastina, el colágeno y el ácido hialurónico, lo que favorece la aparición de arrugas y flacidez de la piel. Al inhibir estos procesos, el extracto de azafrán ayuda a retrasar el envejecimiento de la piel y a producir colágeno.

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Añadido a ello, esta especia contiene varios principios activos con propiedades antioxidantes, como la crocina, la crocetina y el safranal. Estas moléculas protegen las células, las proteínas y el material genético del daño oxidativo, por lo que combaten contra los radicales libres y evitan que dañen nuestra piel. 

Los antioxidantes se contemplan como los compuestos antiedad por excelencia gracias a todas sus ventajas frente al envejecimiento. De hecho, los estudios que han investigado acerca de los cosméticos con una formulación de azafrán y aceite de aguacate han verificado su eficacia frente al rejuvenecimiento de la piel. 

Otros beneficios del azafrán

Además de sus usos cosméticos, el azafrán tiene grandes beneficios para nuestra salud, entre ellos, es capaz de fortalecer el corazón y un muy buen preventivo frente a las enfermedades cardiovasculares gracias a su contenido en crocetina, el pigmento de color rojo de la especia que reduce el colesterol. 

El azafrán ayuda a mejorar las habilidades cognitivas y de aprendizaje y es un complemento excelente para quienes sufren de estrés y ansiedad, y de hecho, se dice que tiene un efecto antidepresivo gracias al pigmento anteriormente nombrado. 

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Gracias a sus efectos antioxidantes y antiinflamatorios, esta especia también puede ayudar a combatir el daño oxidativo y la neurotoxicidad, reducir la neuroinflamación y puede mejorar la producción de neurotransmisores.

Según los expertos, el contenido de flavonoides y betacarotenos del azafrán ayudan a retrasar el crecimiento de tumores, alargando la esperanza de vida y reduciendo el daño renal que causan algunos medicamentos.

Cómo añadir el azafrán a nuestra rutina

El azafrán es una especia que tiene miles de años, por lo que muchas personas ya sabrán como pueden emplearlo para obtener todos estos beneficios. En la cocina se puede consumir a modo de infusión, hirviéndolo en agua caliente.

La manera más habitual es consumirlo en la comida. Se deben deshacer las hebras y añadir el azafrán a la preparación lo más roto posible para poder sacarle el máximo rendimiento, además de proporcionar a la receta los beneficios gastronómicos, también se obtienen los medicinales.

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Y por último, muchas marcas cosméticas ya añaden el azafrán a sus formulaciones, por lo que podemos aplicarlo tópicamente. El aceite de azafrán se utiliza como astringente y su aplicación proporciona brillo y aspecto saludable a la piel.

Por otra parte, resulta posible elaborar aceite de azafrán con métodos caseros. Su receta se basa en agregar un poco de azafrán a medias tazas de aceite de almendras y de oliva, con los cuales haremos una mezcla y herviremos.

El producto obtenido ha de enfriarse antes de ser aplicado, como nutriente de la piel, a la hora del baño. En Marruecos existe otra receta para conseguir un producto hidratante, la cual consta de una mezcla de azafrán, aceite de argán, rosas y henna.