Tener como objetivo la pérdida de peso en nuestra vida rutinaria puede llegar a ser muy frustrante. Solemos preocuparnos más de todas esas "cosas prohibidas" que tenemos que evitar, más que en todas aquellas alternativas que, sin demasiado, esfuerzo, nos ayudan a tener una vida más sana y a bajar de peso.
En la alimentación es donde más se da este suceso. Desde tiempos inmemorables hemos entendido que el pan engorda, que saltarse el desayuno ayuda a perder peso o que dejar el gluten ayuda a adelgazar. Mitos que poco a poco están despareciendo, pero que perjudican en ese objetivo de pérdida de peso.
La realidad es que ese adelgazamiento es muchas veces más sencillo de lo que nos creemos, nutricionalmente hablando. Para los expertos como Boticaria García, una gran parte de ello se puede resumir en el almidón, un hidrato de carbono complejo que se hace más digerible cuando los calentamos.
El truco de la nutricionista Boticaria para adelgazar
El almidón es un hidrato de carbono complejo (polisacárido) digerible que pertenece al grupo de los glucanos. Se encuentra en una amplia variedad de alimentos, siendo las principales fuentes los cereales como el trigo, el arroz, el maíz y la cebada, así como en tubérculos como la patata y la yuca.
"Los alimentos ricos en almidón no hay quien se los coma crudos", explica la nutricionista. Se hacen más digeribles cuando los cocinamos o los calentamos, que es cuando se forma lo que conocemos como almidón resistente, y donde se crea el truco de Boticaria García para perder peso.
El almidón resistente, como su propio nombre indica, se trata de un carbohidrato que se resiste parcialmente a la descomposición por parte de las enzimas digestivas en el ser humano. Actúa de manera parecida a la fibra, alimentando a las bacterias del intestino y ralentizando el proceso digestivo.
Lo ideal, según la experta, es crear este almidón resistente en los alimentos que tengan almidón por naturaleza. "El truco es que, una vez que están cocinados, los dejemos enfriar. Cuando hacemos eso, el almidón cambia su estructura. Las moléculas que lo forman se recolocan, no se pueden digerir y se convierte en resistente", explica la experta en el programa Zapeando.
Con este truco, la experta corrobora el mito sobre que enfriar alimentos como las patatas o la pasta ayuda a que "engorden menos". Sin embargo, no todo almidón se convierte en resistente, por lo que aclara que nadie piense que " la solución para la obesidad está en comerse espaguetis".
Los beneficios del almidón resistente
Al almidón resistente se le han atribuido numerosos efectos positivos sobre la salud, pero uno de los más llamativos es su capacidad de reducir el peso corporal. Al tener beneficios compartidos con la fibra, "tiene efecto prebiótico en el colón y es más saciante, por lo que va a provocar antes la sensación de estar lleno", explica la nutricionista.
"Sabemos que los almidones resistentes tienen menos calorías, 2,5 por gramo, que los almidones normales, 4 por gramo. O sea que puede hacer que reduzcamos el total de kilocalorías en 10-15% y, por consecuencia, que perdamos peso", indica Boticaria.
Además de su capacidad de perder peso, en diversos ensayos clínicos ha mostrado efectos beneficiosos similares a otros prebióticos. Así, parece tener efectos positivos sobre la prevención del estreñimiento o sobre la disminución de la incidencia de algunos tipos de cáncer como el de colon.
Se ha demostrado que el almidón resistente juega un papel importante en la reducción de las concentraciones de glucosa, especialmente en sujetos con exceso de peso corporal y con riesgo de desarrollar diabetes. Una propiedad aceptada por la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA).