Los huevos son uno de los productos más consumidos, en gran parte porque son un ingrediente utilizado para una infinidad de recetas. En los supermercados podemos encontrarlos en las estanterías a temperatura ambiente, pero cuando llegamos a nuestra casa de la compra, puede llegar a haber la duda de si es mejor conservar los huevos en la nevera o fuera de ella.
La solución a esta cuestión se relaciona con un equilibrio entre la temperatura y las variaciones térmicas. Durante el proceso de comercialización, los huevos se mantienen a temperatura ambiente para prevenir cambios bruscos de temperatura, una práctica que la nutricionista Boticaria García ha explicado recientemente a través de su cuenta de Instagram.
Según ella, los huevos tienen poros en la superficie que permiten la entrada de microorganismos si se forma condensación en la cáscara. Por eso, mantenerlos a temperatura ambiente en el supermercado evita que la humedad entre al interior y contamine el huevo.
"Si en el súper los huevos estuvieran refrigerados, y luego los metes en tu coche con la calefacción a tope, se podría producir una condensación de gotitas en la superficie", comenta Boticaria García. Esto podría arrastrar la suciedad del exterior y, a través de los poros, filtrarse al interior, lo que convertiría el huevo en un caldo de cultivo para bacterias.
En cuanto a la conservación en casa, se recomienda guardarlos en la nevera. Mantenerlos refrigerados alarga su vida útil y preserva sus propiedades. Para evitar el riesgo de condensación, Boticaria García aconseja sacar del frigorífico solo la cantidad de huevos que se vaya a usar en cada ocasión, minimizando así el tiempo que pasan a temperatura ambiente y protegiendo su integridad.
El huevo, un alimento muy nutritivo
Según recoge la Fundación Española de la Nutrición (FEN), el huevo es un alimento de alto valor nutricional, con un contenido energético de 84 kcal por cada unidad de tamaño medio. Su proteína es de una elevada calidad, destacándose por su alto valor biológico y por contener una proporción equilibrada de todos los aminoácidos esenciales.
En la clara del huevo se encuentran distintas proteínas como la ovoalbúmina, que supone el 54% de las proteínas presentes en la misma, así como ovomucina, conalbúmina y ovomucoide, entre otros. En la yema, por su parte, se encuentran las proteínas de los gránulos como las lipoproteínas LDL, la lipovitelina y la fosfovitina, además de proteínas del plasma como la livetina y la lipovitelina.
En lo que respecta a las grasas, el huevo es rico en ácidos grasos monoinsaturados, además de contener importantes cantidades de vitaminas A, D y B (B12, riboflavina, niacina y folatos), y de minerales, especialmente de fósforo, selenio y yodo. También contiene pigmentos fundamentales como los carotenoides asociados a lipoproteínas y las xantofilas (luteína y zeaxantina), que poseen propiedades antioxidantes.
Por sus excelentes propiedades, nos encontramos con que el huevo es un alimento que debería ser parte de la dieta por estar repleto de proteínas y tener una composición que favorece la salud de los ojos y del corazón, además de favorecer un embarazo sano, gracias a su contenido en ácido fólico, que es necesario para el buen desarrollo del cerebro y la médula espinal del feto. También ayuda a aumentar la masa muscular y es saciante, por lo que ayuda en las dietas para bajar de peso.
¿Cuántos huevos comer a la semana?
El huevo es un alimento muy versátil que puede solucionar más de un apuro en la cocina, pero hay quienes lo miran con cierto recelo, pues desde hace mucho tiempo arrastra cierta mala fama por su contenido en colesterol. Sin embargo, Boticaria García asegura que este es un mito superado, y destaca que no es perjudicial para el colesterol si se consume con moderación.
A pesar de que su consumo se considera saludable, hay que tener en cuenta que no debe consumirse de forma excesiva, y esto puede generar algunas dudas con respecto al número de huevos que se pueden tomar a la semana. La recomendación general de los expertos en nutrición es que se pueden consumir entre dos y cuatro huevos a la semana, aunque esto dependerá de la proteína que se consuma en el día a día. Así pues, quienes tomen muchos alimentos de origen animal, no necesitarán de tantos huevos.
En cualquier caso, debe evitarse su consumo excesivo, pues ingerir dos huevos al día, por ejemplo, supondrá un exceso en las recomendaciones actuales de salud pública, por lo que, aunque no quiere decir que sea perjudicial por sí mismo, sí que existen otras opciones más saludables y completas. De hecho, el huevo no es una fuente proteica tan saludable como el pescado o las legumbres.