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El cuerpo es una máquina perfecta. Funciona con rigor y exactitud, pero también se puede 'estropear' si no le damos un mantenimiento y cuidado adecuado. Según la OMS, en 2024 el sobrepeso y la obesidad han alcanzado cifras de epidemia mundial debido a su prevalencia: al menos 300 millones de personas lo padecen. Y esto preocupa, pero ¿sabemos la raíz de todo? 

La obesidad se define como una enfermedad inflamatoria, su causa es la acumulación excesiva de grasa en el tejido adiposo. Esto provoca que el adipocito aumente de volumen y también que se den en mayor cantidad, desencadenando una 'asfixia' y la incapacidad de almacenar triglicéridos. 

La nutricionista Boticaria García explica que cuando acumulamos más energía de la que gastamos, el adipocito se empieza a agobiar porque no le cabe más, y "aquí empiezan las fases de la inflamación". 

Fases de la inflamación crónica

Enter el proceso inflamatorio de nuestro cuerpo es clave para concienciarnos sobre la importancia de ponerle freno y revertir sus efectos. Boticaria García nos lo hace saber así: 

Fase 1. Hipertrofia. 

Los adipocitos se van ensanchando para poder almacenar más grasa. Al igual que un globo que se hincha, llega a alcanzar hasta 1.000 veces su tamaño natural. A este proceso de crecimiento se le conoce como hipertrofia. 

Fase 2. Hiperplasia. 

Cuando los adipocitos existentes no dan más de sí, "la familia crece" en palabras de la Boticaria. Aparecen más células grasas generando sobrepoblación. 

Fase 3. 'Asfixia'

Los adipocitos están tan espachurrados entre sí y tan asfixiados que no respiran bien. Para poder sobrevivir "piden auxilio y liberan moléculas inflamatorias que funcionan como señales de SOS para que el sistema inmunitario venga a poner orden". 

Fase 4. Inflamación

El sistema inmune, con tanto adipocito y falta de oxígeno, se confunde y "pega a los malos, ¡y a los buenos!", explica la nutricionista. 

En este momento se generan los radicales libres, "moléculas muy agresivas que dañan las células y los tejidos" incluso en aquellos lugares que están lejos del problema, lo cual genera una reacción en cadena con la proliferación de radicales libres. "Esto es la inflamación", concluye Boticaria García.

Efectos de la inflamación

La inflamación crónica de bajo grado es una condición silenciosa pero devastadora. Esta puede venir provocada por un cóctel de malos hábitos, como dietas ricas en azúcares y grasas saturadas; estrés crónico prolongado en el tiempo o factores genéticos que predisponen a la persona a estos procesos inflamatorios. 

Identificar si nos encontramos en estado inflamatorio es clave para poder revertirlo a tiempo. Algunos de los síntomas y consecuencias pasan por: 

  • Sentir fatiga y cansancio
  • Dolores musculares 
  • Problemas digestivos 
  • Dificultad para el descanso
  • Afecciones en la piel 
  • Migrañas
  • Dificultades respiratorias 
  • Enfermedades autoinmunes.

"A la larga, la inflamación crónica de bajo grado será la telonera de enfermedades como la diabetes, el hipercolesterol, enfermedades renales, cardiovasculares e incluso, cáncer" advierte Boticaria García.