El caldo casero repleto de colágeno que potencia la memoria y fortalece los huesos: así lo preparo
- A pesar de la falsa creencia de que los platos de cuchara son difíciles de preparar, existen recetas sencillas y deliciosas que no necesitan práctica.
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Con la llegada del invierno y de los días grises, es habitual que pensemos en todos esos platos de cuchara de los que podemos disfrutar y en los que podemos reconfortarnos. Dejamos de lado los platos fríos, como la ensalada de pasta o los riquísimos gazpachos de verano, las sopas, caldos y guisos se convierten en los protagonistas de nuestras mesas.
La realidad es que esta época se convierte en una especie de pesadilla de todas esas personas que reconocen no ser especialmente buenas en la cocina. A pesar de ser recetas deliciosas, es cierto que muchas de ellas parecen requerir un máster en la materia. O eso es lo que creemos.
Muchas de estas recetas pueden realizarse con pocos conocimientos e ingredientes, como es el caso del caldo de cerdo ibérico. Una opción cargada de sabor, rica en nutrientes y fácil de preparar, ideal para disfrutarlo como base de otros platos o como un reconfortante entrante.
Ingredientes
Carne magra de cerdo ibérico.
Caldo de cerdo sin conservantes.
Cebolla.
Pimiento rojo.
Vino blanco.
Aceite de oliva virgen extra.
Pimienta.
Ajo.
Orégano.
Sal.
Pimentón dulce.
Paso 1
Hacer un sofrito con la cebolla, el pimiento rojo y el ajo en aceite de oliva.
Paso 2
Picar la carne magra de cerdo ibérico y añadirla al sofrito.
Paso 3
Sazonar con sal, orégano, pimentón dulce y un poco de vino blanco.
Paso 4
Añadir el caldo de cerdo y dejar que se reduzca.
Paso 5
Cubrir con agua y cocinar a fuego lento de 45 a 50 minutos.
Beneficios del caldo de cerdo ibérico
El caldo de cerdo ibérico combina propiedades beneficiosas para el organismo, gracias a la calidad de los ingredientes empleados. La carne magra de cerdo ibérico es una fuente excelente de proteínas de alta calidad, esenciales para el mantenimiento y la reparación de tejidos corporales, así como para la síntesis de enzimas y hormonas.
Además, el cerdo ibérico contiene una mayor proporción de grasas insaturadas en comparación con otras carnes, incluyendo ácido oleico, que contribuye a mantener niveles saludables de colesterol y promueve la salud cardiovascular. Esta carne también aporta vitaminas del grupo B, especialmente B1 (tiamina), que favorece la función del sistema nervioso y el metabolismo energético.
El uso de pimentón dulce no solo añade un toque de sabor y color al caldo, sino que también enriquece el plato con antioxidantes como los carotenoides. Estos compuestos ayudan a combatir el estrés oxidativo en las células, protegiéndolas de daños y favoreciendo la salud general. Por su parte, el ajo, conocido por sus propiedades antibacterianas y antiinflamatorias, también contribuye a mejorar la circulación y reforzar el sistema inmunológico.
El pimiento rojo y la cebolla, además de aportar textura y dulzura al caldo, son ricos en vitamina C, fibra y compuestos sulfurados que favorecen la desintoxicación del organismo. Estos ingredientes trabajan en conjunto para potenciar el sistema inmunológico y mantener una piel sana y luminosa. El orégano, con su intenso aroma y sabor, actúa como un antioxidante natural que también ayuda a reducir la inflamación y contribuye a una digestión saludable.
El vino blanco utilizado en la preparación aporta polifenoles, que tienen propiedades antioxidantes beneficiosas para la salud cardiovascular. Aunque el alcohol se evapora durante la cocción, los compuestos saludables del vino permanecen en el plato final.
El caldo de cerdo sin conservantes garantiza un plato libre de aditivos químicos, permitiendo que los nutrientes esenciales de los huesos y la carne se integren de forma natural en el caldo. Este caldo base es rico en colágeno, que promueve la salud de las articulaciones, fortalece los huesos y mejora la elasticidad de la piel.