
Boticaria García explica por qué tu cuerpo necesita azúcar frente a momentos de estrés
El aviso de Boticaria García sobre el consumo de azúcar en situaciones de estrés: "Antes era útil para sobrevivir"
La experta en nutrición explica la necesidad de ingerir alimentos ricos en glucosa y por qué ahora ha perdido el sentido.
Más información: El aviso de Boticaria García sobre no entrenar fuerza en el gimnasio: "Tendrás más riesgo de sufrir lesiones"
Es lunes, has tenido un día estresante en el trabajo, llegan las seis de la tarde y tu cuerpo lo único que te pide a gritos es que te comas ese pastel tan apetecible, media tableta de chocolate o un donut.
Y no es porque tengas hambre o tengas un antojo puntual. La explicación a esta necesidad desbordante de ingerir azúcar cuando estamos sometidas a estrés constante la tiene Boticaria García. Para tu tranquilidad te anticipo que nuestros antepasados prehistóricos también lo sufrían.
Si bien miles de millones de años atrás no existían los atascos o un Excel que se quedaba colgado en el ordenador, el estrés se debía a situaciones cotidianas como el posible ataque de un león. Entonces, "era útil que el cortisol y la adrenalina aumentasen la frecuencia cardíaca y la presión arterial, enviando la orden de aumentar el azúcar en sangre y de descomponer la grasa" explica Boticaria. Era una cuestión de supervivencia.
Responder de la misma manera ante una situación que haga peligrar nuestra vida y un proyecto de trabajo que no sale adelante, no tiene sentido. Con esto solo conseguimos vivir en un estado de estrés crónico, devaluando nuestra salud.
En palabras de Boticaria García: "Antes huíamos por la sabana, ahora aguantamos el chaparrón sentados. Sin embargo, nuestro cuerpo sigue pidiendo azúcar, por si tiene que salir corriendo".
Azúcar y estrés
El azúcar es clave en el correcto funcionamiento de nuestro organismo. Su principal función es proporcionar energía a las células, es el combustible de nuestros músculos y de nuestro cerebro.
El estrés, bajo el criterio de la OMS, es un estado de preocupación o tensión mental generado por una situación difícil. Este activa mecanismos de defensa en nuestro organismo para protegernos en forma de cortisol.
La conocida como 'hormona del estrés' es en verdad una hormona esteroida que producen las glándulas suprarrenales y es clave para la supervivencia. Nos prepara para iniciar el día, lidiar con problemas, y mantenernos con vida. Además, regula la glucemia.
Hambre emocional
Conocemos como hambre emocional la necesidad de ingerir alimentos que se desata por una compulsión y no porque, en realidad, nuestro cuerpo necesite recursos nutricionales de los que obtener la energía.
Se relaciona con la dificultad de lidiar con conflictos anímicos y de las emociones. En el mayor número de casos, el estrés es causante de esta conducta. También la tristeza, la depresión o la ansiedad. Incluso, por aburrimiento.

Boticaria García advierte sobre el consumo de azúcar en situaciones de estrés: "Nos nos persigue un león"
La comida es percibida en estas situaciones como un salvoconducto para sentirnos mejor, para distraernos. Y caer en dicho impulso puede conducirnos a un trastorno alimenticio.
A diferencia de lo que pasaba en el cerebro de nuestros antepasados neandertales, cuando su cortisol ponía a funcionar todo el organismo con el fin de huir de peligros reales, involucrando un esfuerzo físico, en la actualidad esa ingesta emocional de azúcares es un placebo de tranquilidad.
Satisfacer el hambre emocional emite una señal ficticia de "estar preparadas" para el peligro y la huida, cuando lo cierto es que la amenaza principal se encuentra en nuestros pensamientos.
Reducir el impulso emocional por el consumo de azúcar no tiene un solo camino. Conseguirlo pasa por un trabajo integral de cuerpo y mente.
Parte de una alimentación rica, equilibrada y variada donde la proteína ocupe un porcentaje protagonista en el plato y no se restrinjan grupos de alimentos; y se enriquece de terapias y prácticas como mindfulness y yoga que traen nuestros pensamientos al presente para hacernos conscientes de la realidad que vivimos, en la cual ningún león nos persigue y casi todos los problemas pueden resolverse desde la calma y la claridad mental.