Mario Ortiz, nutricionista, sobre las propiedades de la soja.
Mario Ortiz, nutricionista "La soja funciona como un estrógeno natural, lo que hace falta en la menopausia"
Incorporar este superalimento, en cualquiera de sus variantes, es todo un acierto, especialmente según vamos envejeciendo.
Más información: Oro amarillo: el antioxidante natural repleto de colágeno que mejora la flora intestinal y retrasa el envejecimiento
Las mujeres, conforme vamos envejeciendo, nos acercamos a los temidos estragos que la menopausia deja en nuestra salud, física y mental. A pesar de tratarse de una etapa natural, no deja de ser un periodo complejo. Sofocos, cambios de ánimo, pérdida de memoria y alteraciones en el peso son solo algunos de los síntomas más comunes.
Diferentes campos referentes a la salud, como la ciencia o la nutrición, han conseguido significativos avances para contrarrestar estos efectos. Pero, afortunadamente, también existen soluciones naturales que pueden ayudar a aliviar estos malestares y paliar los efectos que, algunas personas, lo sufren de manera más significativamente que otras.
Como explica el nutricionista Mario Ortiz, uno de los mayores aliados naturales es la soja. "La soja o su derivado, como por ejemplo, el tofu, tiene isoflavonas que actúan como un estrógeno natural, lo que falta en la menopausia. Esto ayudará a mejorar esos niveles de estrógenos y, por lo tanto, a reducir los síntomas".
La soja y sus derivados se presentan como opciones naturales altamente eficaces para aliviar los síntomas de la menopausia. Los estudios y las declaraciones de expertos como el nutricionista Mario Ortiz respaldan su efectividad para mejorar la calidad de vida de las mujeres en esta etapa.
Incorporando la soja en nuestra dieta, se puede encontrar un gran alivio de los síntomas más bruscos de la menopausia y la premenopausia, mejorando el bienestar general. Pero, como siempre, recomendamos consultar con un profesional de la salud antes de hacer cambios significativos en la dieta o iniciar cualquier suplemento.
Un remedio natural para los síntomas de la menopausia
Según diversos estudios científicos y especialistas, la soja contiene unos compuestos llamados, las isoflavonas, que funcionan como estrógenos vegetales. Durante la menopausia, el cuerpo de la mujer experimenta una disminución significativa en la producción de estrógenos, lo que desencadena una serie de síntomas que resultan muy molestos.
Las isoflavonas de soja actúan de manera similar a los estrógenos naturales, ayudando a equilibrar los niveles hormonales y reduciendo síntomas típicos de esta etapa, como los sofocos, la irritabilidad, la sudoración excesiva y la sequedad vaginal.
Cosecha de soja entre las manos de una persona.
Un estudio reciente presentado en el Congreso Internacional de Enfermería en Barcelona, destacó los beneficios de la soja durante la menopausia. Según el informe, dos vasos de bebida de soja al día pueden mejorar significativamente la calidad de vida de las mujeres, especialmente en lo que respecta a la sintomatología climatérica y los trastornos urogenitales.
Los expertos, además, coinciden en que no es necesario esperar a la postmenopausia para incorporar la soja a la dieta. De hecho, los beneficios pueden empezar a sentirse incluso en la premenopausia, cuando los síntomas comienzan a manifestarse.
¿Cómo funciona la soja en el cuerpo?
El poder de la soja radica en sus isoflavonas, que son compuestos vegetales que se encuentran en altas concentraciones en los granos de soja. Las isoflavonas tienen una estructura química similar a los estrógenos humanos, lo que les permite unirse a los receptores de estrógeno en el cuerpo y ejercer efectos similares a los de esta hormona.
Aunque no son idénticas a los estrógenos que produce el cuerpo, su capacidad para imitar la acción de los estrógenos puede ayudar a aliviar muchos de los síntomas de la menopausia.
Además, la soja es rica en proteínas vegetales y grasas saludables, lo que la convierte en una excelente opción nutricional para las mujeres que atraviesan la menopausia. Según Mario Ortiz, este tipo de alimentos puede ser una herramienta eficaz para mejorar el bienestar general durante esta etapa, ya que ayudan a regular el metabolismo y prevenir el aumento de peso, un síntoma común de la menopausia.
La lecitina de soja: un aliado durante la menopausia
Otro derivado de la soja que está ganando popularidad por sus beneficios en la menopausia es la lecitina de soja. Aunque su papel no es tan conocido como el de las isoflavonas, la lecitina tiene propiedades únicas que también pueden ayudar a mejorar la salud durante la menopausia. Se trata de una sustancia grasa que se encuentra naturalmente en varios alimentos, pero se extrae principalmente de la soja.
La lecitina de soja tiene efectos positivos sobre el colesterol y el metabolismo de las grasas. Al ser un emulsionante natural, ayuda a diseminar las grasas en el cuerpo, evitando que se acumulen en las arterias y favoreciendo una mejor circulación sanguínea. Esto es especialmente importante durante la menopausia, ya que muchas mujeres experimentan cambios en su perfil lipídico que aumentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Además, la lecitina de soja podría contribuir a reducir la presión arterial diastólica y mejorar el vigor general de las mujeres en esta etapa. Según algunos estudios, la lecitina de soja en dosis adecuadas puede aliviar ciertos síntomas relacionados con la fatiga y la irritabilidad, comunes durante la menopausia.
Incluir la soja en tu dieta diaria
La incorporación de la soja en la dieta diaria es relativamente fácil y tienes muchas posibilidades. Existen diversas formas de consumirla, como bebida de soja, tofu, tempeh y edamame, entre otros. Para aquellas mujeres que no estén acostumbradas a consumir soja, empezar con una bebida vegetal o añadir tofu a las ensaladas y platos principales es una forma sencilla de comenzar.
Es importante destacar que, como cualquier alimento, la soja debe consumirse de manera equilibrada. Aunque los beneficios de la soja para la salud son numerosos, no debe considerarse como un remedio único.
La clave está en mantener una dieta equilibrada, rica en frutas, verduras, cereales integrales y proteínas magras, junto con hábitos de vida saludables como el ejercicio regular e intentar, aunque puede que resulte una ardua tarea, reducir el estrés todo lo posible.
