España está intrínsecamente relacionada con mitos, leyendas y cierta "guasa" por la que a nivel mundial se nos conoce. Siestas, sevillanas, jamón y sí, también comer a horas en las que el resto de la población no prueba bocado. Más allá de que sorna con la que se trata este tema, cada vez son más los expertos en salud y nutrición que advierten de la importancia de la hora en que cenamos.
Aunque la costumbre de cenar tarde está profundamente arraigada en nuestra cultura, múltiples estudios demuestran que esta práctica podría estar pasándonos factura, afectando nuestra salud y bienestar a largo plazo.
Uno de los más recientes en alertar sobre este hábito es el neurólogo Conrado Estol, quien, en un video publicado en sus redes sociales, nos deja una recomendación clave: cenar antes de las 6 de la tarde para optimizar nuestra digestión y mejorar nuestra salud general.
Uno de estos relevantes estudios proviene de la Universidad de Harvard, cuya investigación concluyó que cenar tarde afecta negativamente a nuestro metabolismo. Y es que, cenar más cerca de la hora de acostarse, ralentiza la quema de calorías, lo que favorece la acumulación de grasa. Además, cenar tarde interfiere con las hormonas que regulan el apetito y la saciedad, como la grelina y la leptina, lo que aumenta la sensación de hambre y dificulta el control de peso.
El estudio también establece que, al cenar tarde, el cuerpo no tiene tiempo suficiente para digerir adecuadamente los alimentos antes de dormir. Esto puede desencadenar problemas digestivos, como el reflujo gastroesofágico y la gastritis, y agravar enfermedades metabólicas como la diabetes. Por el contrario, cenar temprano y con una suficiente distancia antes de dormir permite que el cuerpo realice estos procesos de manera eficiente, mejorando no solo la digestión, sino también el descanso.
El ciclo biológico de nuestro cuerpo
El primer punto que Estol destaca es la relación entre la evolución humana y nuestros hábitos alimenticios actuales. Según el médico, hace miles de años, los seres humanos no tenían acceso a luz artificial. Cuando el sol se ponía, nuestras actividades se limitaban y nos preparábamos para descansar.
Este estilo de vida dejó una huella en nuestro sistema biológico: el cuerpo humano no está diseñado para procesar alimentos durante la noche, cuando nuestros ritmos biológicos disminuyen.
En la prehistoria, el cuerpo solo recibía alimentos durante el día, lo que permitía que la digestión y otros procesos metabólicos se desarrollaran de manera óptima. De hecho, menciona que el sistema digestivo humano se encuentra mucho más preparado para funcionar durante las horas de luz, y no por la noche. Por eso, cenar tarde, especialmente en horarios como las 10 de la noche, puede generar una sensación de pesadez, interrumpir el descanso y alterar la calidad del sueño, entre otros problemas.
El impacto en la salud de cenar tarde
La doctora Odile Fernández, experta en salud y nutrición, va más allá y enfatiza que no solo el metabolismo se ve afectado por la hora de la cena. Diversos estudios han demostrado que cenar temprano también tiene otros beneficios importantes para la salud. Uno de ellos es la mejora en la calidad del descanso.
Cuando cenamos temprano, el cuerpo no tiene que hacer frente a la digestión durante el sueño, lo que permite un descanso más reparador. En cambio, cenar tarde puede alterar el ciclo del sueño, dificultando la producción de melatonina, la hormona encargada de regular el sueño. Esto puede provocar insomnio y una mala calidad de descanso.
Mujer cenando sushi en la cama.
Además, la experta señala que cenar antes de las 9 de la noche está asociado con un menor riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer, como el cáncer de mama y próstata. Según estudios recientes, cenar a una hora más temprana contribuye a la buena salud general, ya que se alinea con los ritmos circadianos del cuerpo, favoreciendo la metabolización de los alimentos y reduciendo la inflamación. También previene los picos de glucosa en sangre, lo que a su vez mejora la sensibilidad a la insulina.
¿Cuál es la mejor hora para cenar?
Los expertos sugieren que la mejor franja horaria para cenar está entre las 18:00 y las 20:00 horas. Esta ventana de tiempo permite que la digestión se complete antes de dormir, alineando nuestra alimentación con el reloj biológico natural del cuerpo. Esto no solo favorece el proceso digestivo, sino que también ayuda a mantener un metabolismo activo y eficiente.
Pero, aunque la hora de la cena es fundamental, también es importante lo que consumimos. Los expertos recomiendan una cena ligera pero equilibrada, con proteínas magras, verduras, carbohidratos saludables y grasas buenas. Además, sugiere que comas primero las verduras, seguidas de proteínas y grasas, y por último los carbohidratos. De esta forma, evitarás los picos de azúcar en sangre y facilitarás la digestión.
Consejos para adaptarte a una cena tempranahttps://app.discoversnoop.com/
Si estás acostumbrado a cenar tarde, puede ser difícil cambiar este hábito de inmediato. Aquí te dejamos algunos consejos para adaptarte a una hora de cena más temprana:
- Planifica tu día. Intenta organizar tus actividades para que puedas cenar más temprano sin interrumpir tu rutina.
- Prepara cenas rápidas y ligeras. Si la falta de tiempo es un problema, opta por cenas fáciles de preparar, como ensaladas con proteínas o sopas ligeras.
- Evita comer demasiado cerca de la hora de dormir. Si sientes hambre, opta por snacks ligeros como yogur o frutas.
- Crea una rutina. Comer a la misma hora cada día ayudará a que tu cuerpo se adapte de manera natural.
Cenar temprano puede ser uno de los cambios más simples y efectivos para mejorar nuestra salud. Es evidente que ajustar nuestra hora de la cena a un horario más temprano no solo mejora nuestra digestión y metabolismo, sino que también favorece el descanso y reduce riesgos de enfermedades graves.