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Hay quien se pone las pilas y decide apostar por una dieta más saludable para quitarse de encima esos "kilos de más", y quien apuesta por la "operación bikini" durante todo el año. Sea como sea, lo que realmente importa es priorizar siempre la salud y no dejarse llevar por dietas rápidas y milagrosas que prometen resultados instantáneos. 

Pero, como muchas veces hemos escuchado, no todo lo que brilla es oro. Si bien el agua es esencial para mantener nuestro cuerpo hidratado y funcionando correctamente, ¿puede realmente ayudarnos a perder peso? Aquí es donde entra en juego la conocida "dieta del agua", un método que se ha popularizado, pero que necesita ser comprendido correctamente para evitar caer en mitos peligrosos.

La especialista en nutrición Andrea Calderón, profesora de la Universidad Europea, desmiente uno de los mitos más comunes sobre la dieta del agua: el agua no adelgaza por sí misma. Aunque el agua es fundamental para la vida, no tiene efectos directos sobre la quema de grasa.

Es más, cuando se recomienda beber agua en grandes cantidades para "no tener hambre", el resultado podría ser contraproducente. Llenarse de agua puede generar una falsa sensación de saciedad, pero no soluciona el problema de fondo: una mala alimentación.

El agua, en realidad, tiene el poder de apoyar la pérdida de peso al mejorar los procesos digestivos y acelerar el metabolismo. No es un sustituto de una dieta equilibrada, pero sí un complemento necesario para lograr que el cuerpo funcione de manera óptima.

¿Qué es la 'dieta del agua'?

La "dieta del agua" no se trata de beber agua en exceso de forma descontrolada, como algunos creen. En realidad, esta dieta pone el foco en la importancia de mantenerse bien hidratado a lo largo del día, combinando este hábito con una alimentación equilibrada. La idea principal es optimizar los procesos naturales del cuerpo, mejorar la digestión y regular el apetito, pero siempre dentro de un contexto saludable.

Es esencial entender que el agua por sí sola no tiene propiedades mágicas para hacer que los kilos desaparezcan. No es un "quemador de grasa" ni tiene propiedades milagrosas como algunas dietas de moda sugieren.

Sin embargo, el agua juega un papel clave en cualquier régimen alimenticio, no solo para mantener la hidratación, sino para facilitar la correcta absorción de nutrientes y eliminar toxinas. De acuerdo con expertos en nutrición, el agua también es útil para controlar el hambre, ya que puede crear una sensación de saciedad.

¿Cómo hacer la 'dieta del agua' de forma efectiva?

Para seguir la "dieta del agua" correctamente, no se trata solo de beber agua en cantidades extremas, sino de incorporar el hábito de hidratarse adecuadamente a lo largo del día y combinarlo con una alimentación equilibrada. Los nutricionistas recomiendan consumir entre 1,5 y 2,5 litros de agua al día, dependiendo de tu edad, nivel de actividad física y condiciones personales.

A continuación te dejamos algunos consejos clave, más específicos, para llevar la "dieta del agua" a tu vida diaria:

  • Comienza el día con agua. Beber un vaso de agua con limón al despertar ayuda a reponer los líquidos perdidos durante la noche y a activar tu metabolismo. Esto es esencial para empezar el día con energía.
  • Mantén tu cuerpo hidratado. Asegúrate de beber agua antes de cada comida. No solo te ayudará a sentirte más lleno y evitar el exceso de comida, sino que también favorecerá la digestión.
  • Bebe agua entre comidas. Si sientes hambre entre las comidas principales, el agua es tu aliada. En lugar de optar por un snack poco saludable, prueba tomar un vaso de agua o infusiones naturales.
  • Evita las bebidas calóricas. Las bebidas azucaradas, los refrescos y el alcohol son enemigos de cualquier dieta, ya que son calorías vacías que no te aportan nutrientes. Limítalos al máximo.
  • Hidrátate con alimentos ricos en agua. Las frutas y verduras son muy hidratantes. Alimentos como el pepino, la sandía, el apio y las fresas están compuestos en su mayoría por agua y pueden ser una excelente manera de mantenerte hidratado y nutrido.
  • Controla el apetito. El agua también ayuda a reducir la sensación de hambre. Si sientes ansiedad por comer algo poco saludable, prueba beber un vaso de agua y esperar unos minutos.

Beneficios de la 'dieta del agua'

Aunque no se trata de un método milagroso, los beneficios de la dieta del agua son claros cuando se implementa de forma adecuada:

  • Mejora la digestión. El agua facilita el proceso digestivo y previene el estreñimiento. Además, ayuda a eliminar toxinas y subproductos de la grasa.
  • Controla el apetito. Beber agua antes y durante las comidas puede ayudar a reducir la cantidad de alimentos que consumes, controlando así las porciones y evitando el exceso de calorías.
  • Favorece la pérdida de peso gradualmente. La hidratación adecuada contribuye a la eliminación de líquidos retenidos, previniendo la hinchazón y la retención de agua.
  • Ayuda a mantener la piel saludable. Una buena hidratación también se refleja en la salud de la piel, mejorando su elasticidad y reduciendo la aparición de arrugas.
  • Aumenta la energía. La deshidratación puede generar fatiga y falta de concentración. Mantenerse hidratado te ayudará a sentirte más alerta y con energía a lo largo del día.

Independientemente, aunque la "dieta del agua" puede ser efectiva para perder peso de forma gradual, es crucial no caer en las trampas de las dietas extremas. Las dietas de moda, especialmente aquellas que prometen resultados rápidos sin esfuerzo, suelen ser insostenibles y peligrosas para tu salud. Siempre es preferible consultar a un nutricionista antes de embarcarte en cualquier régimen.