
Imagen de archivo de una mujer comprando lechuga en un supermercado. IStock.
La médico Isabel Viña alerta a quienes compran lechuga en bolsa: "Aunque ponga lavada, puede tener bacterias"
La lechuga, al ser una hortaliza de hoja con una gran superficie expuesta, puede acumular sustancias no visibles a simple vista.
Más información: Soy nutricionista y así puedes saber cuantas proteínas contiene un huevo según el color de su yema
En España, la lechuga es de los alimentos más consumidos debido a nuestra gran dieta mediterránea. Su consumo por parte de los hogares españoles en 2022 fue de aproximadamente 170 millones de kilogramos, según un informe publicado en Statista. No solo es versátil y económica, sino que su ingesta conlleva una gran cantidad de beneficios.
Las grandes empresas son conocedoras de la popularidad de esta verdura y, basándose en ello, lanzaron al mercado las famosas bolsas de lechuga. Entre las razones que hacen tan atractivo a este producto están la rapidez y la comodidad, ya que al estar ya lavadas y listas para consumir ahorran tiempo tanto en la compra como en la preparación; sin embargo, no es tan ideal como parece.
Aunque la lechuga de bolsa se vende como un producto limpio y listo para consumir, un análisis realizado por la ONG Justicia Alimentaria reveló que este invento puede contener residuos químicos. Pero además, la médico y experta Isabel Vina ha confesado en su cuenta de TikTok que también pueden tener bacterias, contaminantes y microplásticos.
La importancia de lavar la ensalada
Las bolsas de lechuga, especialmente en España, son un básico en millones de hogares. Son muy fáciles de conseguir y para preparar una ensalada basta con abrirla, echarla a un recipiente y añadir otros alimentos que la complementen. O eso creíamos hasta ahora.
El etiquetado de los alimentos es opaco y difícil de descifrar para muchos consumidores; sin embargo, en las bolsas de lechuga pone, sin duda alguna, que han sido previamente lavadas. Aunque este proceso sea verídico, existe la posibilidad de que aún existan restos de bacterias como la Listeria, por lo que deberíamos lavarlas antes de consumirlas.
La Listeria es un microorganismo potencialmente peligroso para la salud, especialmente en mujeres embarazadas, personas inmunodeprimidas y ancianos. Esta bacteria es capaz de sobrevivir y proliferar en ambientes húmedos y refrigerados, lo que hace que las bolsas de ensalada sean un entorno propicio para su desarrollo si no han sido manipuladas con extrema precaución durante el procesamiento y almacenamiento.
Además de la presencia de Listeria, Viña menciona otros contaminantes que pueden encontrarse en estos productos, como residuos de pesticidas, tierra y microorganismos provenientes del cultivo, recolección y empaquetado.
La lechuga, al ser una hortaliza de hoja con una gran superficie expuesta, puede acumular sustancias no visibles a simple vista. Aunque las empresas de procesamiento aplican métodos de lavado industrial con agua clorada u ozonizada para reducir la carga microbiana, este procedimiento no garantiza la eliminación total de agentes patógenos.
Así lo confirma también el análisis de Justicia Alimentaria, donde tras analizar dos marcas de lechuga muy populares, los resultados confirmaron la presencia de residuos de diferentes pesticidas. Aunque las cantidades detectadas estaban dentro de los límites legales permitidos, la ONG advirtió sobre los posibles riesgos asociados con la combinación de estas sustancias en el organismo, explican desde Antena 3.
Además, la médico señala la posible presencia de microplásticos en estos productos. Estas partículas diminutas, procedentes de la contaminación ambiental y el uso de plásticos en la producción y empaquetado de alimentos, pueden adherirse a la superficie de las hojas y ser ingeridas involuntariamente.
La preocupación por los efectos de los microplásticos en la salud humana ha ido en aumento, ya que estudios recientes han demostrado su capacidad para infiltrarse en distintos órganos del cuerpo y generar reacciones inflamatorias.
Por todos estos motivos, la médica y otros expertos, como la Justicia Alimentaria, enfatizan la importancia de ignorar la indicación del envase que asegura que la lechuga ya está lavada y realizar un nuevo lavado en casa con agua potable.