Despertar con energía es una tarea complicada. No importa que descansemos durante ocho horas seguidas, muchas veces nos levantamos como si tan solo hubiésemos dormido dos. Según una encuesta de la Sociedad Española de Sueño (SES), el 58% de los españoles duerme mal y hasta un 13% no descansa nada en toda la noche.
Todo esto provoca que la falta de descanso nos perjudique con el paso de las horas. No tenemos ganas de levantarnos de la cama, pero tampoco capacidad de ser productivos a lo largo del día. Pasamos la mañana y tarde con un cansancio excesivo, pero, sin embargo, llega la noche y por arte de magia no tenemos nada de sueño, por lo que se vuelve a repetir todo el proceso.
En este punto, nos centramos en buscar la solución que nos devuelva la energía que necesitamos. Por mucho que la cafeína haga su función, no podemos estar bebiendo café cada hora e incluso, en ocasiones, tampoco nos lo permitimos a nosotros mismos. Los expertos revelan que hay algo mucho más efectivo y saludable, pero que mucha gente ignora: el desayuno.
Todos sabemos que el desayuno es la comida más importante del día, además de aumentar la energía, estimula el metabolismo, equilibra el azúcar y fomenta la salud del corazón. A pesar de todas sus ventajas, constituye una de las comidas que más personas se saltan al día, bien por falta de tiempo, hambre o porque simplemente han acostumbrado a su cuerpo a no tomarla.
Y entre la población que no desayuna, también está aquella que piensa que con solo un vaso de leche es suficiente, pero es un error. Al final, de lo que comemos tenemos que obtener depende el correcto funcionamiento de los músculos, de los huesos y, en definitiva, del organismo. De hecho, una dieta deficiente a primera hora de la mañana puede tener un impacto negativo en el desempeño físico, cognitivo y anímico.
El alimento que debes incluir en tus desayunos para tener más energía
De todos los deliciosos alimentos que se nos vienen a la mente cuando pensamos en el desayuno, hay uno de ellos que ha ganado especial importancia en los últimos años. Gracias a sus beneficios, pero sobre todo, a su versatilidad, la avena ha encontrado un lugar destacado en la dieta de millones de personas, mientras que otras no saben bien cómo incluirlas en su rutina.
Cuando incluimos en nuestro desayuno la avena, estamos disminuyendo los niveles de azúcares añadidos; se ralentiza su absorción y, al mismo tiempo, se reduce el consumo de energía. Mientras que otros alimentos como los panes blancos generan un pico de ánimo que luego desaparece, la fibra y los hidratos de carbono complejos que contiene la avena aportan energía lentamente y se mantiene con el paso de las horas.
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Las propiedades de los granos de avena, que son tales como hidratos de carbono, fibra, grasas saludables (grasas insaturadas y ácido linoleico), vitaminas, minerales y oligoelementos, consiguen evitar la sensación de cansancio que en ocasiones se produce por la bajada de glucosa. Este cereal, en concreto, aporta vitaminas del complejo B, vitaminas A y E, hierro, zinc, calcio, entre otros minerales.
Añadido al gran aporte de energía que puede suponer desayunar avena habitualmente, este alimento puede ayudarnos a perder peso. Contiene betaglucanos, un tipo de fibra que promueve la saciedad al expandirse en el estómago, retrasando la aparición del hambre y contribuyendo a evitar los tentempiés poco saludables entre comidas. A la vez que nos sentimos llenos, estos granos benefician la salud intestinal al actuar como un prebiótico, mejorando la microbiota intestinal.
Cómo hacer un desayuno saludable con avena
Pero, sin embargo, si hay algo que podemos destacar de la avena es su gran versatilidad. Existen miles de recetas que podemos realizar en tan solo unos segundos en las que podemos obtener todos los beneficios de este alimento, pero también, de los otros con los que lo mezclemos.
Para conseguir energía, podemos elaborar un bol con avena y yogur griego, un alimento contundente, rico en proteína (el doble que un yogur normal) e ideal para afrontar la mañana. Lo mejor es elegir un yogur griego sin azúcar añadido. Pero además, también podemos agregar fruta o semillas de chía, las cuales también comparten la capacidad de saciedad gracias a la fibra.