¿Cada cuánto debes reemplazar tu cepillo de dientes? El aviso de la nutricionista Boticaria García

La higiene dental constituye una de las rutinas más cruciales en nuestra vida diaria. No solo mantiene nuestros dientes sanos, sino que también evita infecciones, malas circunstancias como el mal aliento o, incluso, problemas de salud graves, como enfermedades cardíacas y diabetes.

De hecho, un estudio reciente de la Universidad de Harvard ha descubierto que una mala higiene bucal nocturna puede incrementar hasta un 27% el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. 

Además, la buena higiene bucal es algo que depende —la gran mayoría de las veces— de nosotros. Así como acudir a especialistas habitualmente, lavarnos los dientes tres veces al día es fundamental para mantener una boca sana. Así como mantener con la misma higiene el utensilio.

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Lo cierto es que cambiar el cepillo de dientes no es la pieza más importante del rompecabezas para una salud bucal excelente; sin embargo, mantener el mismo cepillo de dientes durante demasiado tiempo puede tener consecuencias.

A pesar de su importancia, es cierto que de forma habitual es algo de lo que nos olvidamos. Al estar en contacto con el agua y la pasta dental, pensamos que se limpia solo y, por tanto, se puede usar tantas veces sea posible. Pero lo cierto es que los expertos aseguran que se deben cambiar cada tres meses.

Cada cuánto cambiar los cepillos de dientes

María de los Ángeles García, más conocida como Boticaria García, es una farmacéutica y nutricionista española. A través de sus redes sociales y en diferentes medios de comunicación como colaboradora aconseja a todos sus seguidores sobre los hábitos saludables que deben seguir, pero también, los que deben tener en cuenta.

Hace tan solo unos días acudió al programa Y Ahora Sonsoles a hablar de un tema muy frecuente entre la ciudadanía española: prolongar más de lo recomendado la vida útil de los productos de la higiene personal. 

Cepillo de dientes. Istock.

A pesar de que no seamos conscientes, los cepillos de dientes se tienen que cambiar cada tres meses, tal y como indica la Asociación Dental Americana (ADA). De lo contrario, las cerdas comenzarán a deshilacharse y desgastarse, y no serán tan efectivas para eliminar la placa.

No solo eso, sino que las propias cerdas desgastadas pueden dañar las encías y provocar que se cuelen las bacterias. Unas bacterias que pueden quedarse durante meses, incluso aunque el cepillo no esté desgastado. 

Como todo en la vida, existen algunas excepciones en las que debemos cambiar el cepillo con más frecuencia, como si tenemos caries, desechando el que teníamos antes de tratarlas o si tenemos gripe, que se aconseja cambiar el cepillo una vez nos hayamos recuperado. 

Boticaria García también trató como debemos guardar este utensilio, ya que la famosa tapa o capuchón es la peor manera de hacerlo. Al tapar el cepillo de dientes, evitamos que los filamentos se sequen bien y favorece un ambiente húmedo para las bacterias, por lo que es mejor dejarlo al aire libre. 

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En el caso de que nuestro cepillo de dientes tenga poco tiempo, también podemos desinfectarlos por precaución. La mejor manera de hacerlo es la clorhexidina en forma de colutorios, debemos sumergirlo en un vaso durante una hora, enjuagarlo y después, dejarlo secar. 

Otros productos de higiene

Añadido al cepillo de dientes, hay otros productos en el baño que también necesitan cierto control, pero también tendemos a olvidarnos de ellos. Tales como la esponja de baño o las cuchillas, las cuales tienen que desecharse mucho antes o incluso, no usarse. 

Como es el caso de las esponjas de baño. La experta en farmacia y nutrición aconseja no usarlas, ya que son un "nido de porquería". Acumulan mucha suciedad y bacterias, por lo que la mejor opción es limpiar nuestra piel a mano. 

Sin embargo, si hablamos de las cuchillas, Boticaria García recomienda no superar los 5-10 usos, puesto que el propio desgaste puede dañar la piel. Lo "mejor" de este último utensilio es que nos advierte de cuándo debemos desecharlo, como por ejemplo cuando tienen marcas de óxido, restos de suciedad o sensación que corta peor.