Los superalimentos están a la orden del día y cada vez nos invaden más opciones nuevas que incorporar en nuestra dieta gracias a sus potentísimas propiedades: quinoa, semillas de chía, moringas, arándanos... Y ahora el mangostán, una fruta todavía poco habitual entre nuestras opciones culinarias, pero que cada vez gana más adeptos por sus múltiples beneficios. ¿Quieres saber cuáles son? Te lo contamos en magasIN.
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¿Qué es el mangostán?
El mangostán −también conocido como mangostín, mangosto o fruta de la salud− es una fruta exótica procedente de las selvas de Indonesia, Malasia y Filipinas. También se cultiva en el suroeste de la India, y en regiones latinoamericanas como Honduras, Colombia, Ecuador, Puerto Rico o Venezuela.
Zonas de origen, además, de los principales demandantes de este riquísimo superalimento en nuestro país. Tanto es así que muchos viveros investigan actualmente cómo traer y empezar a cultivar el mangostán en España para que podamos disfrutar más a menudo de sus especiales cualidades.
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Con un color blanco muy característico y un sabor agradable para el paladar, el mangostán ha sido objeto de muchos estudios en los últimos años, y la cocina moderna ha recuperado esta sabrosa fruta, utilizada desde la antigüedad por sus interesantes propiedades nutritivas y los múltiples beneficios que nos puede aportar.
Propiedades y beneficios
El mangostán destaca por su escaso aporte calórico (75 calorías por cada 100 gramos), lo que la convierte en una fruta a incluir en cualquier dieta que persiga la pérdida de peso si la incluimos en nuestras meriendas y snacks.
De paso, también es saciante. Pero ¿cómo es eso posible? Pues bien, lo cierto es que el mangostán ayuda a que nuestro cerebro reconozca la señal de la hormona leptina, que es la encargada de avisar a este cuando hemos comido suficiente y ya estamos llenos.
Más allá de eso, lo que realmente sorprende del mangostán es que más del 80% de su composición es agua, resultando igualmente eficaz para mantenernos hidratados en cualquier época del año.
Sus propiedades antioxidantes ayudan a combatir los radicales libres, moléculas que se producen día a día en nuestro organismo y que provocan el envejecimiento natural de la piel. El mangostán contribuye a retrasar estos efectos y también previene infecciones al protegernos contra virus, bacterias y hongos.
Entre sus componentes se encuentra el ácido hidroxicitrico (HCA), presente en la corteza y en su pulpa. Este ácido permite prevenir el colesterol en la sangre y la creación de grasa.
También es una fruta muy consumida entre quienes padecen problemas cardiovasculares, gracias a su elevada cantidad de potasio, uno de los minerales más importantes para regular la presión. Además, es un fantástico depurador de la sangre que nos permite reducir los niveles de azúcar y de lípidos. Por algo se llama la fruta de la salud, ¿no?
¿Cómo tomarlo y dónde conseguirlo?
Para consumir el mangostán solo debemos cortar la piel externa con ayuda de un cuchillo y disfrutar del delicioso sabor de los gajos de esta "superfruta". El mangostán, además de tomarse de forma natural o como ingrediente de ensaladas y yogures, también puede formar parte de postres más elaborados si servimos la pulpa acompañada de nata o en una copa de helado.
El mangostán no es un producto que se encuentre en todas las fruterías españolas, pero cada vez está más presente en nuestra dieta y, por tanto, también en nuestros mercados. Podemos comprar este superalimento tan sabroso en fruterías de productos orientales y comercios especializados.
Si lo que buscamos es incluir el mangostán entre nuestras bebidas habituales es mucho más fácil, y es que existen muchas opciones de zumos détox que podemos adquirir físicamente y online en tiendas biológicas.
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