Es habitual que nada más levantarnos de la cama tomemos un buen café, ya sea solo, largo o con leche. En cualquier caso, se trata de la bebida más popular entre los ciudadanos a primera hora del día. Si eres una de esas personas que opta por tomarlo con leche, es muy probable que conozcas que hay distintos formatos y tipos, como leche desnatada, entera, semidesnatada, con proteínas, leche enriquecida con calcio, etcétera.
En este caso nos centraremos en esta última, que es cada vez más popular, aunque al mismo tiempo hay quienes se preguntan si realmente es buena para la salud o no. Para dar respuesta a cualquier duda al respecto, la nutricionista Boticaria García ha hablado sobre esta opción cada vez más frecuente en la cesta de la compra.
A través de su cuenta de Instagram @boticariagarcia, la experta en nutrición ha querido recordar que los lácteos no son la única fuente de calcio, siendo un mineral que podemos encontrar en otros muchos alimentos de la dieta como frutos secos, pescado o legumbres.
Centrándose en la leche desnatada con calcio, ha indicado que esta tiene un coste de 9 céntimos más que el cartón de leche desnatada normal, lo que quiere decir que por cada 200 ml de producto se pagan 2 céntimos más. A cambio de este pequeño coste adicional se consiguen 320 mg de calcio por vaso de leche enriquecida, superior a los 240 mg de calcio aportados por la leche normal. Esto significa que se consigue un 33% más de calcio por tan solo un 10% más de peso.
De esta manera, ha insistido en que cada persona deberá tomar decisiones con respecto a su alimentación de acuerdo a sus características y necesidades, pero este tipo de leche enriquecida con calcio es una buena opción para todos aquellos que necesitan reforzar su ingesta de calcio.
¿Es bueno desayunar leche desnatada?
Recientemente, Boticaria García también ha hablado de las diferentes variantes de leche que podemos encontrar en el mercado (entera, desnatada o semidesnatada), indicando al respecto que tradicionalmente los lácteos enteros se han considerado la opción menos saludable porque tienen grasas saturadas, aunque hoy en día se ha podido confirmar que no todas las grasas saturadas son iguales ni afectan de la misma manera al organismo.
Asimismo, ha recalcado que las grasas saturadas de la leche "no son tan malas como se pensaba", por lo que hay que poner las calorías en su contexto. Por ejemplo, hay que tener en cuenta que la grasa de los lácteos tiene un efecto saciante que se pierde con los lácteos desnatados, haciendo que con esta última es más probable que se coma mayor cantidad de cualquier otro alimento.
¿Cuál es la mejor leche que se puede tomar?
En la actualidad podemos encontrar una amplia oferta de posibilidades entre las que elegir con respecto al tipo de leche, debiendo en cualquier caso buscar siempre una que se adapte a nuestras necesidades.
En este sentido podemos distinguir entre aquellas leches de origen animal y las de origen vegetal. Las primeras aportan proteínas, hidratos de carbono y grasa, además de ser una buena fuente de vitamina D y calcio, dos nutrientes importantes para poder disfrutar de una adecuada salud ósea.
[El condimento de las abuelas de España que reduce el azúcar en sangre después de las comidas]
Entre ellas podemos distinguir diferentes tipos, que son las siguientes:
- Leche entera: con una gran cantidad de grasa y para muchos la de mejor sabor, tiene un porcentaje de colesterol elevado, aunque no suele ser un problema. Además, es la que aporta una mayor cantidad de vitamina D.
- Leche semidesnatada: tiene como principal característica la eliminación de parte de su contenido graso, por lo que es la misma leche entera pero más ligera, con menos sabor y menos calórica, pero también menos rica en vitaminas.
- Leche desnatada: en este caso es una variedad que apenas contiene materia grasa, por lo que es interesante para todas aquellas personas que padecen de problemas gástricos o que requieren de una dieta de protección hepática. Es una leche que no tiene vitamina D por la ausencia de grasa.
- Leche sin lactosa: es un tipo de leche que está pensado para personas adultas con intolerancia a la lactosa, siendo más fácil de digerir. Sin embargo, mantiene la grasa de la leche entera.
- Leche light: en este tipo de producto se reduce la grasa en cerca de un 40%, lo que hace que tenga la mitad de calorías que la leche entera.
- Leche con Omega-3: diseñada para prevenir problemas cardiovasculares, al agregarle un ácido graso linoleico, es recomendada para quienes necesitan un alimento que favorezca el desarrollo neuronal y visual, la reducción de insulina o la regulación de la presión arterial.
Por otro lado, nos encontramos con las bebidas vegetales, una alternativa a la leche de vaca, entre las que podemos encontrar las siguientes:
- Bebida de soja: es la más popular de todas las bebidas vegetales, con un color blanco amarillento y unas propiedades que lo hacen ser perfecta para quienes no consumen productos de origen animal. Es rica en calcio y su principal inconveniente es que presentan en muchos casos una cantidad elevada de azúcares.
- Bebida de arroz: es una de las más asequibles, pero tiene pocas proteínas y tampoco contiene calcio ni vitaminas A y C. Además, aunque sus grasas son insaturadas, aporta el doble de hidratos de carbono que la leche de vaca.
- Bebida de avena: aporta una cantidad de grasa similar al de la leche desnatada, pero no contiene calcio. Sí contiene hierro, fibras y ácido fólico.