Una ruptura amorosa es sin duda,una etapa complicada en la que, aunque duela, llega el momento de asimilar que ese esbozo de futuro juntos que teníais dibujado, sencillamente no será y en el que llega el momento de que cada uno siga su camino.
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Una etapa difícil, dolorosa, llena de ansiedad y con una carga negativa muchas veces difícil de gestionar, por la que casi todos en algún momento de la vida tenemos que pasar.
Y aunque hay situaciones duras, que cuando terminan pueden suponer incluso hasta un alivio, también hay otras que ni siquiera querríamos imaginar que acabaran nunca. Pero aún así, todos podemos llegar a superar y pasar página después de una ruptura amorosa por dolorosa que sea, y todos tenemos la capacidad de seguir adelante e incluso salir fortalecidos después de asimilarla.
Pero la realidad, es que en la mayor parte de las ocasiones, y más cuando la ruptura no es elegida y se dilata en el tiempo, las dudas, los miedos e incluso el dolor físico pueden llegar a ponernos en una situación especialmente complicada.
Aceptar que llega el momento de que cada uno continúe su camino y en definitiva, alejarte de ese alguien a quien sigues amando o con el que has compartido tantos momentos de tu vida, va en contra de nuestra naturaleza sentimental.
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Aún así, te encuentras en el momento de dar prioridad a tu felicidad y también de reencontrarte contigo mismo. Hay una nueva vida llena de posibilidades esperándote ahí fuera, así que es el momento de reunir toda la valentía que puedas para aceptarlo y tener en cuenta estos consejos que podrán ayudarte a superar esa ruptura.
¿Cómo superar una ruptura?
Acepta la realidad y no idealices a la pareja. Simplemente el hecho de aceptar la realidad y asumir que lo sucedido es lo que tenía que suceder, te ayudará a acelerar el proceso de pasar página después de una ruptura. En muchas ocasiones tendemos a idealizar a la pareja recordando simplemente los buenos momentos, pero la clave es que puedas centrarte en la realidad.
Esa realidad que aunque duela es la verdadera razón de que la relación haya llegado a su fin.
Un buen ejercicio para poder llevar a cabo esta parte, es el de escribir en un cuaderno o incluso en tus notas del móvil esos momentos dolorosos o difíciles que has vivido durante la relación. Sólo escribiéndolos y leyéndolos para ti podrás revivirlos haciendo que los sentimientos dolorosos disminuyan poco a poco.
Expresar y entender lo que sientes. Sobre todo, si ese dolor que te produce la ruptura amorosa se transforma también en dolor físico o simplemente volver a sentirte bien contigo te parece una tarea imposible, lo mejor es que te pongas en manos de un psicólogo o psicóloga que pueda escucharte y guiarte hacia esa recuperación.
Hablar con alguien experto o simplemente con ese amigo o amiga con el que tenemos una conexión especial y que sabemos que podrá darnos consejos constructivos de la forma más imparcial posible, te ayudará a expresar todos los sentimientos que sientes, a entenderlos y por lo tanto, también a sentirte mejor.
Deja atrás la expectativa de volver. Una de las ideas que a menudo vienen a la cabeza sobre todo cuando la ruptura no es elegida, es la constante idea de volver. Esta es una expectativa que atrasa aún más esa recuperación tras la ruptura y que deberíamos cortar cuanto antes, para poder seguir avanzando. La simple esperanza de volver dificulta mucho poder desengancharte de la persona y, no sólo puede hacer que la ruptura sea más incómoda, sino que también puede llegar a empeorar sus efectos emocionales.
Deja a un lado la ira. Sea cual sea el motivo que os haya llevado a romper la relación, lo mejor es que trates de aceptarlo dejando a un lado la ira. Y es que si ya de por sí la ruptura es algo doloroso, la ira solo conseguirá que os acabéis haciendo aún más daño el uno al otro. Trata de aceptar esta nueva situación de empatizar y de reconciliarte contigo.
Acepta esa nueva situación de soledad y aprende a disfrutarla. Muchas veces cuando nos enfrentamos a una situación de soledad no elegida, ésta nos conecta con un vacío que primeramente miramos con rechazo, sobre todo porque al principio la persona no está dispuesta a aceptar ninguna otra opción que no sea estar con la persona a la que ama o simplemente estar en pareja.
Pero el hecho de no aceptar la realidad que te rodea no ayuda, tienes que ser capaz de recordar quién eres y dónde estás, así como también reencontrarte contigo y disfrutar de las muchas posibilidades que eso te brinda. Es vital entender que sólo cuando aprendamos a querernos a nosotros mismos, podremos empezar a amar la vida que nos rodea y a disfrutar de ella.
Fortalece tu autoestima y quiérete. Esta nueva etapa de reencontrarte contigo te llevará a un proceso de reconstrucción y transformación del que también podrás aprender mucho y que te permitirá crecer e incluso salir fortalecido. Ha llegado el momento de que priorices tus necesidades, de que te des el valor y la importancia que tienes y de que priorices tu felicidad ante todo. Deja a un lado el miedo, la culpa o la lástima por la otra persona y empieza a pensar en ti.
Ponte objetivos y mira hacia delante. Establecer objetivos claros te hará sentir que avanzas en este proceso y que poco a poco tu vida va teniendo otro color. Aprovecha esta etapa para iniciar nuevas cosas como viajar, hacer deporte, llevar a cabo ese proyecto profesional que tienes en mente desde hace tiempo o simplemente disfrutar de esas actividades que te aportan energía y que te ayudan a conectar contigo.
Es momento de no mirar atrás y de dejar de pensar en lo que pasó o en lo que pudo haber sido. Es hora de comenzar a pensar en todo lo bueno que está por llegar y en todos esos planes y objetivos que estás a punto de cumplir.