El primer ministro británico, David Cameron, ha enviado este martes su esperada carta al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, en la que detalla su lista de exigencias para frenar la salida de Reino Unido de la UE. Se trata de cuatro grandes capítulos que Cameron quiere renegociar antes del referéndum sobre el Brexit, que debe celebrarse antes de finales de 2017. En un discurso en Londres, el primer ministro británico ha sostenido que sus demandas no son “misión imposible” y ha avisado de que no descarta “nada” si el resto de estados miembros no las aceptan.
La carta de Cameron marca el pistoletazo de salida de las negociaciones con el resto de gobiernos de la UE. La cuestión británica dominará la próxima cumbre de líderes europeos del 17 y 18 de diciembre. Si allí se cierra ya un acuerdo, la consulta podría adelantarse a mediados de 2016 con el fin de reducir la incertidumbre sobre el futuro de Reino Unido, según ha publicado la prensa londinense. El primer ministro británico no ha querido dar pistas y se ha limitado a señalar que anunciará la fecha inmediatamente después de que alcance un compromiso con sus socios europeos.
“Es una enorme decisión para nuestro país, quizá la más importante que tomaremos en nuestras vidas” ha admitido Cameron. Y ha dejado claro que el resultado del referéndum será definitivo. “Si votamos dejar la UE, nos iremos. No habrá otra renegociación ni otro referéndum”, ha dicho en alusión a la tradición de la UE de repetir las consultas cuando el resultado no es el esperado, como hizo por ejemplo Irlanda con los Tratados de Niza y Lisboa.
Para el primer ministro británico, sus reivindicaciones no son “absurdas o extravagantes” sino que representan el equilibrio “razonable”. No obstante, ha reconocido los problemas que se encontrará durante en la negociación tanto en Londres como en Bruselas. “Habrá algunos en Reino Unido que digan que lo que pedimos es muy poco. Y habrá otros en las capitales europeas que dirán que lo que pedimos es demasiado”, ha afirmado.
“No niego que lograr cambios que requieren el acuerdo de otras 27 democracias, todas con sus propias preocupaciones, es una gran tarea. ¿Pero una misión imposible? No lo creo ni por un momento?”, ha asegurado Cameron. Si obtiene las garantías que busca, el primer ministro británico hará campaña para mantener a Reino Unido en una UE reformada. “Con todo mi corazón y con toda mi alma”, ha asegurado. Pero también ha avisado de que “si las preocupaciones de Reino Unido chocan con oídos sordos (…) tendremos que pensar de nuevo si esta UE es buena para nosotros”. “Y no descarto nada”, ha zanjado.
Las cuatro exigencias de Cameron
1.Recortar los beneficios sociales a los inmigrantes de la UE. Es su demanda más polémica. Cameron plantea que los ciudadanos de la UE que vivan en Reino Unido tengan que contribuir un mínimo de cuatro años antes de recibir cualquier prestación por desempleo o para vivienda social. También quiere prohibir el cobro de subsidios por hijo si éstos no viven en territorio británico. Según sus cifras, el 40% de inmigrantes comunitarios cobran alguna prestación social británica. “Tenemos que restaurar un sentido de justica y reducir este efecto llamada subvencionado por los contribuyentes”, ha alegado el primer ministro británico. Reino Unido recibe una inmigración neta de 300.000 personas al año, una cifra que a su juicio “no es sostenible”. “Tenemos que ir más lejos para reducir el número de personas que vienen aquí”, no sólo extracomunitarios sino también desde la UE, ha insistido.
2.Salvaguardas para los países que no están en el euro. Reino Unido no tiene intención de bloquear o interponerse en los acuerdos que alcancen los países de la eurozona para avanzar en su integración. Pero reclama “salvaguardas” para garantizar la protección de sus intereses y en particular los de la City de Londres como centro financiero internacional. “Porque si la UE se convierte en un club de una única moneda, en el que los que están fuera son marginados y minorizados, entonces ya no sería un club para nosotros”, ha alegado Cameron. Las principales medidas concretas incluidas en este capítulo son el reconocimiento expreso de que la UE es una Unión con más de una moneda, así como garantías de que no habrá discriminación para las empresas que no usen el euro, y de que los contribuyentes de los países de fuera del euro no tendrán que asumir ningún coste en cualquier operación para apoyar al euro como moneda.
3.No a más cesiones de soberanía. Reino Unido quiere que deje de aplicársele el compromiso recogido en los Tratados de avanzar hacia “una Unión cada vez más estrecha”. “No creemos en él. No lo suscribimos. Tenemos una visión diferente para Europa”, ha señalado el primer ministro británico, que pretende evitar así verse arrastrado contra su voluntad hacia “cualquier tipo de Estados Unidos de Europa”. Además, Cameron ha reclamado un mayor poder para los parlamentos nacionales a la hora de tumbar iniciativas legislativas que salgan de Bruselas. “No estamos sugiriendo un veto para cada parlamento nacional. Admitimos que en una UE a 28 eso significaría un bloqueo. Pero queremos una nueva disposición que permita a un grupo de parlamentos reunirse y bloquear leyes que atenten contra su interés nacional”, ha dicho.
4.Inscribir la competitividad en el ADN de Europa. Cameron quiere acelerar las negociaciones de libre comercio con Estados Unidos, China o Japón, así como reducir la carga burocrática que las normas de la UE imponen a las empresas. En este capítulo, Reino Unido quiere además impulsar iniciativas ya en marcha como la Unión de Mercados de Capital o el Mercado Único Digital.