Controles adicionales en las calles, decenas de agentes con perros policías en el metro, en aeropuertos y en las estaciones de ferrocarril. Desde la madrugada del sábado Moscú recuerda a una ciudad asediada que se prepara para lo peor. Tras una cadena de ataques que se produjo la noche del viernes en París, el Comité Nacional Antiterrorista de Rusia, la autoridad suprema responsable de la lucha contra el terrorismo, ha puesto todos los componentes del sistema de la seguridad nacional en alerta máxima. "A causa de nuevas amenazas, todos los componentes del sistema para garantizar la seguridad se han puesto en máxima alerta.
Llamamos a los ciudadanos a vigilancia y responsabilidad", dijo un comunicado transmitido por todos los canales de la televisión rusa. Paralelamente, el Gobierno ruso se prepara a suspender los vuelos entre Moscú y París por un tiempo indefinido. “Lo estamos considerando”, dijo Alexandr Neradko, el jefe de la Agencia rusa para el Transporte Aéreo.
Desde el 6 de noviembre, las aerolíneas rusas cancelaron por decisión del Kremlin los vuelos a Egipto hasta que se aclaren las causas de la catástrofe del Airbus A321 en la península del Sinaí que se cobró 224 vidas el pasado 31 de octubre. Además, el Senado ruso ha instado a prohibir vuelos turísticos a Turquía y Túnez, según la agencia rusa Sputnik.
Moscú vive en estado de alerta desde el pasado miércoles. La policía moscovita intensificó su trabajo por amenazas extremistas que han estado en aumento desde el inicio de la operación militar rusa en Siria el pasado 30 de septiembre. "Intensificamos el trabajo al tener en cuenta las amenazas que recibimos estos días de diversas fuentes", dijo el titular de la Dirección General del Interior de Moscú, Anatoli Yakunin.
Junto con el Servicio de Migración ruso, el Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB) y el Gobierno de Moscú, los agentes de policía han lanzado la operación Migrante 2015 que pretende encontrar a los terroristas del Estado Islámico (EI) en zonas residenciales de la capital rusa.
Los policías vigilan también "las zonas industriales, mercados y otros lugares donde pueden encontrarse extranjeros, así como personas que representan interés operativo relacionado con la actividad extremista". Además, la policía moscovita intensificó las medidas de seguridad en el metro y en el transporte público. Desde la semana pasada los agentes de las fuerzas del orden en Moscú no están autorizados a ir de vacaciones.
Por otra parte, las autoridades han llamado a la población que informe sobre cualquier tipo de actividades sospechosas por parte de sus vecinos. Pero ya era innecesario, dado que las líneas calientes con las fuerzas del orden están recibiendo los últimos días miles de llamadas que informan de presuntos terroristas.
El nerviosismo y la desconfianza entre los moscovitas tocan máximos históricos por primera vez desde la toma del teatro moscovita Dubrovka por un comando de terroristas chechenos en 2002 que se saldó con 129 muertos. Más aún porque en las redes sociales circula la información sobre 18 terroristas suicidas que están preparando varios ataques en Moscú para vengar los bombardeos rusos en Siria. Esta información viral se propagó en pocos días entre millones de moscovitas provocando pánico entre padres de los escolares que dejaron a sus hijos en casa.
En octubre los servicios especiales rusos desarticularon en Moscú un comando del EI que preparaba un ataque para conseguir que Rusia se retire de Siria. El 43% de los rusos cree que el avión ruso A321 con 224 personas a bordo se estrelló en Egipto a raíz de un atentado terrorista relacionado con la operación militar rusa, según un reciente sondeo del Centro ruso de Estudio de la Opinión Pública.