Buenos Aires

El mismo martes en que cumplía 50 años, el economista Alfonso de Prat-Gay se ha enterado de su nuevo empleo a partir del 10 de diciembre: ministro de Hacienda y Finanzas de Argentina, una auténtica silla eléctrica frente al descalabro que deja el populismo kirchnerista tras 12 años en la Casa Rosada. El presidente electo, el liberal Mauricio Macri, lo ha elegido como hombre fuerte de un gabinete de sello tecnócrata y desarrollista.

Economista con andadura en bancos internacionales -JP Morgan en Londres y Nueva York, entre otros- este bisnieto de catalanes se protagonista activo en la política de Argentina.

Presidió el Banco Central entre 2002 y 2004, inmediatamente después de la debacle del 2001 con la quiebra del Estado, las 13 monedas sustitutas - patacones- y el corralito bancario, durante las presidencias de dos peronistas: Eduardo Duhalde (2002-2003) y la primera parte del mandato de Néstor Kirchner.



Igual que Macri es hincha del Boca Juniors y egresado del instituto secundario Cardenal Newman. Sin embargo no pertenece al partido macrista Propuesta Republicana (Pro). Sino al partido Coalición Cívica, que integra el frente “Cambiemos”. De 2009 a 2013 fue diputado por esa fuerza política.

"Soy idealista, creo en la integración social"

"Soy idealista. Amo a mi país, creo firmemente en la democracia, en la igualdad de oportunidades, en la integración social, en que los cambios culturales son posibles, y en que el fin no justifica los medios” se definió alguna vez.



Y confió que “entiendo a la economía como una ciencia social en el mejor de los casos y en un arte en la mayoría de los casos. Entiendo a mi profesión como una herramienta al servicio de la gente".

A los argentinos que lo cuestionan públicamente por haber sido empleado en un banco transnacional, les contestó: “Me lo tiran (dicen) como si en el Morgan se reducían cabezas en el sótano”. “No le podes contar las costillas (sacar defectos) a los banqueros si no los conoces", se defendió.

El encumbramiento de Prat-Gay guarda relación con que él viene sugiriendo desregular ya mismo el mercado cambiario (“cepo” al dólar). Y, así, tentar a los productores rurales a vender sus stocks almacenados de granos. De esa forma, el Banco Central, casi sin reservas, ingresaría dólares frescos.

Prudente sobre las medidas a adoptar

En sus primeras declaraciones periodísticas como ministro nominado, se mostró prudente sobre las medidas a adoptar “hasta no tener una mejor comprensión de cómo están las cosas". Y se esperanzó con que el éxito del gobierno podría concretarse "si se logra reducir la pobreza a cero, ojalá podamos hacerlo en un mandato".

Para acompañar al nuevo ministro de Economía, Macri ha fichado a otras tres personas de su confianza en cargos decisivos. Federico Sturzenegger, economista graduado en el MIT, jefe de la expropiada YPF-Repsol, y director del banco municipal, irá al Banco Central.

Rogelio Frigerio, nieto homónimo del fundador del desarrollismo en Argentina y economista de profesión, ocupará el ministerio de Interior, un cargo clave para las relaciones con las provincias que tienen sus economías quebrantadas y demandan más fondos al Estado nacional.

Y en el ministerio de Relaciones Exteriores actuará Susana Malcorra, actual jefa de gabinete del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon. Ingeniera en electrónica y ex ejecutiva de IBM y Telecom en Argentina, esta mujer ingresó por oposición a la ONU en 2004 y llegó a ser ‘mano derecha’ de su titular.

La gran sorpresa ha sido un nombramiento con continuidad

El resto de los altos cargos del área económica se completará con ex ejecutivos de grandes empresas: Energía, Juan José Aranguren, ex presidente de la petrolera británico-holandesa Shell Argentina; Producción, Francisco Cabrera, ex directivo de Hewlett Packard y HSBC; Finanzas, Luis Caputo, ex ejecutivo del Deutsche Bank.

Las otras carteras serán ocupadas por Marcos Peña (jefatura de gabinete), Esteban Bullrich (Educación); Jorge Lemus (Salud); Gustavo Santos (Turismo); Ricardo Buryaile (Agricultura); Germán Garavano (Justicia y Derechos Humanos); Julio Martínez (Defensa); Patricia Bullrich (Seguridad); Carolina Stanley (Desarrollo Social); Pablo Avelluto (Cultura); Sergio Bergman (Ambiente).

La gran sorpresa ha sido un nombramiento con continuidad. El actual ministro kirchnerista de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao, seguirá en ese cargo. “Mauricio siempre ha valorado mucho su tarea”, explicó Peña, que ha adelantado este miércoles en conferencia de prensa la composición del nuevo gabinete.

Ante el desembarco de varios personajes del sector empresario y bancario en el gobierno, la presidenta saliente Cristina Fernández, viuda de Kirchner, hizo un llamado de atención. “No es lo mismo un país que una empresa. Que nadie se confunda. El balance de una empresa mide cuánto dinero ingresa y sale. El de un país, en cambio, se cierra por cuántos argentinos quedan adentro y afuera de la sociedad”, disparó.