“Me quieren matar… [Pero] seguiremos con nuestra campaña. Nos nos van a detener”. Así se dirigió la activista por los derechos humanos Lilian Tintori a la prensa apenas horas después de que su compatriota opositor Luis Manuel Díaz cayera a su lado acribillado a balazos el pasado 25 de noviembre. Los dos participaban en un acto político cuando ocurrió la tragedia en Altagracia de Orituco, unas tres horas al sur de Caracas.
Para ella estaba claro: había sido obra del Gobierno a una semana de que Venezuela celebrara este domingo sus primeras elecciones parlamentarias desde que el presidente, Nicolás Maduro, ascendiera al poder en 2013. La oposición, concentrada en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), espera conquistar las urnas este fin de semana para cambiar el rumbo del país.
El Gobierno, sin embargo, ha condenado los hechos y ofrecido protección a Tintori, advirtiéndola de que el asesinato de Díaz había sido obra de criminales. Pero la activista rechazó la oferta: "Quien me acosa, me persigue y me intimida es el Sebin, la Policía del Estado", aseguró en Twitter.
La muerte de Díaz es sólo el último obstáculo en la carrera vital de Tintori. En febrero del año pasado, su esposo, Leopoldo López, líder del partido Voluntad Popular, integrado en la MUD, ingresó en la cárcel militar de Ramo Verde. Hace cosa de tres meses, la justicia venezolana condenó a López a permanecer otros 13 años entre rejas, culpado de orquestar las protestas contra el Gobierno del año pasado y la violencia que trajeron consigo.
Muchos han cuestionado la legalidad del procesamiento de López, incluido el expresidente del Gobierno español, Felipe González. Este otoño, el fiscal venezolano Franklin Nieves aseguró haber defendido pruebas falsas contra el líder opositor por presión de sus superiores. Pero López permanece privado de libertad.
Desde el encarcelamiento de su marido, Tintori, de 37 años, ha recorrido Venezuela y el mundo para lograr la liberación de López y la de los otros 74 presos políticos de su país, lo que la ha convertido en un símbolo del activismo por los derechos humanos y una de las caras más visibles de la oposición venezolana pese a no ostentar un cargo político.
Por ejemplo, ha viajado al Vaticano, ha pasado por Estados Unidos y ha hablado ante las Naciones Unidas en Ginebra para solicitar la salida de prisión de los presos. “Nosotros vamos a seguir adelante con Venezuela”, afirmó en una reciente visita a Madrid durante la que se reunió con el presidente, Mariano Rajoy, y otros líderes políticos españoles como el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, para buscar apoyos. Y junto a su labor política, Tintori desempeña el papel de madre de dos hijos, Manuela, de seis años, y Leopoldo Santiago, 'Leosan', de dos.
“Ha asumido la responsabilidad de madre, de esposa y de ser la embajadora de la venezolanidad en el mundo”, dice Alberto Pérez, representante de Voluntad Popular en la Unión Europea. “No ha sido fácil”, asegura Carlos Vecchio, opositor exiliado y número dos de López. “Toda la familia López ha estado sometida a una persecución y un linchamiento por parte del Gobierno [venezolano]”.
Tintori ha trabajado su resistencia toda su vida. Ha corrido en la maratón de Caracas, la de París, la de Nueva York y la de Londres, entre otras. En 2009, cruzó el mar en soledad desde Venezuela a la isla de Aruba haciendo kitesurf. Seis años antes, había obtenido el título de campeona nacional en ese deporte.
"Lilian Tintori es una maratonista”, dice Juan Carlos Gutiérrez, abogado de su marido. “Ella está acostumbrada a correr 42 kilómetros y apenas hemos corrido 10. Todavía falta mucho por correr. [Pero] los maratonistas están capacitados y entrenados para resistir carreras largas, con una resistencia física y también mental. Eso es Lilian”.
Natural del municipio caraqueño de Baruta, es hija de padre ingeniero y madre odontóloga y la segunda de seis hermanos. En Caracas, estudió en el colegio Medici, un centro privado, para luego formarse en Educación en la también privada Universidad Católica Andrés Bello. Más tarde, se especializó en Comunicación Política, un ámbito al que ahora dedica la mayor parte de su tiempo como portavoz de los presos políticos de Venezuela.
Tintori se encarga de difundir las palabras de su esposo a través de las redes sociales y aprovecha sus visitas a la cárcel de Ramo Verde, donde López vive aislado, para hacer llegar sus mensajes al exterior. La atleta denunció que en una reciente visita la obligaron a desnudarse. El presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Diosdado Cabello respondió a sus quejas llamándola "mentirosa".
“Ella conjuntamente con las otras esposas de los presos están luchando mucho por la liberación de los presos políticos”, afirma Timoteo Zambrano, coordinador internacional de la MUD, que explica que Tintori integra la Comisión de Derechos Humanos de la alianza, dedicada a la documentación y denuncia de torturas y otras violaciones de la integridad de las personas.
La atleta desarrolló sus dotes de comunicación cadenas de televisión como Televen, Venevisión o la desaparecida RCTV y emisoras como FM Center y Unión Radio. Durante la campaña electoral, Tintori ha llamado a la gente a acudir a las urnas y votar por el cambio. “La asistencia del pueblo de Venezuela a los actos de Lilian Tintori ha sido masiva”, asegura Gutierréz, el abogado.
El camino de la activista se cruzó con el de López gracias a un amigo común. En la primavera de 2007, se casaron en la iglesia de San José de Chacao, municipio del que López era alcalde en aquel momento.
“Recuerdo el primer día que Leopoldo me la presentó”, rememora Diana López, hermana del opositor preso y cuñada de Tintori. “Quiso presentármela a mí antes que a mis padres un poco, quizás, por hacer un ensayo. En ese momento vivíamos en el mismo edificio Leopoldo y yo. Fue muy lindo. Una muchacha con mucha energía y determinación”.
Cuando le pidió matrimonio, López le preguntó no sólo si quería casarse con él, sino si quería casarse también con su país. “Por eso nuestro compromiso y amor por Venezuela es tan grande”, dice en una biografía oficial. Los que la conocen opinan que su relación ha resultado reforzada por el encarcelamiento de López. “Yo te lo resumo en unas palabras que le dijo Leopoldo a la jueza: 'la sentencia debe ser liberarme y cuando usted me libere me iré a mi casa a ver a mis hijos y a pedirle matrimonio otra vez a Lilian”, dice Pérez-Levy, de Voluntad Popular.
Tintori, afirman los entrevistados por este diario, se ha vuelto más decidida desde que su marido se entregó a las autoridades después de las manifestaciones de 2014. "Es la misma Lilian, pero es una Lilian mucho más centrada y ha crecido en su discurso”, opina su cuñada Diana López. “Uno piensa que la gente se vuelve más dura, y se vuelve más bien sensible. [Tintori] se ha vuelto más sensible y eso le permite transmitir y sensibilizar a otros de lo que está sucediendo en Venezuela”, dice Pérez- Levy.
"Yo creo que ella nunca buscó ese rol. Pero, acá quien nos ha puesto en la vida es un rol que ninguno de nosotros buscó. En mi caso, yo jamás pensé estar en el exilio", opina Carlos Vecchio. "[Pero] ha sido en cierta forma la llave que ha abierto muchas puertas", dice sobre los esfuerzos de Tintori por lograr apoyos internacionales. "Eso ha permitido que la causa venezolana, en toda su dimensión, se vaya conociendo mucho más”.