Caracas

Era una lucha desigual. Para poder vencer a la maquinaria del Estado se necesitaba un resultado contundente, que la gente se pronunciara de forma clara. Y así ha sido, para lamento del presidente Nicolás Maduro, que reconocía su derrota en las urnas y la victoria "de la Constitución y la democracia".

Venezuela ha decidido cambiar el rumbo que hasta ahora había tenido su Asamblea Nacional (AN), en donde las victorias del Partido Socialista Unido (Psuv) parecían la norma. Con 99 diputados adjudicados de los 167 posibles, los candidatos de la Mesa de la Unidad Democrática han logrado una mayoría aplastante que les permitirá legislar durante los próximos cinco años. El Psuv ha logrado 46 diputados y aún quedan 22 escaños por definirse.

El presidente Nicolás Maduro tendrá que gobernar así con el Parlamento en contra, un problema más para su gestión, que se ha visto incapaz de resolver la crisis económica que agobia a los venezolanos y que ha incidido en la baja popularidad del mandatario.



Los venezolanos han tenido que esperar cinco horas y media después del cierre de las mesas para conocer los resultados oficiales divulgados por el Consejo Nacional Electoral. Una larga espera que se ha vivido con calma en las calles de la capital, que han estado vacías durante la noche y no se han reportado incidentes, pero muy agitadas en las redes sociales, donde casi se contaban los minutos hasta que apareció la representante del Consejo Nacional Electoral para dar los primeros datos.

El cambio, principal propuesta de la MUD, ha calado en la gente y la base del chavismo ha castigado a su dirigencia con el voto en una jornada en la que la participación ha sido histórica: por primera vez, el 74,25% de los electores se ha pronunciado en una elección parlamentaria en el país. El sentimiento generalizado durante la jornada es que estos comicios eran importantes.

Ahora se abre, o al menos eso espera la oposición, "el comienzo del cambio". Un cambio tranquilo en el que se fomente la "unidad" de una manera pacífica.

En un discurso televisado, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, ha admitido la derrota. "Hemos venido a reconocer estos resultados adversos y a aceptarlos. Ganó la Constitución y la Democracia", ha afirmado. "[Pero] es heroico recoger el 42% de los votos después de todo a lo que ha estado sometido nuestro pueblo".

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Aunque durante su intervención tuvo momentos para censurar los aspectos económicos del voto, fue una comparecencia más pausada de lo que presagiaban sus palabras los días previos a la elección, en los que instaba a sus seguidores a salir a las calles en caso de derrota. Por si acaso, incluso líderes opositores llamaron a la mesura y felizmente no hubo incidentes de consideración durante la noche.

Mayoría calificada de 2/3 de la AN

La proyección que hace la oposición es que pueden llegar a 113 escaños. De ser así, conseguiría una mayoría calificada que, a partir del 5 de enero de 2016, les permitiría crear o suprimir comisiones permanentes, remover a los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia, llevar a referendo proyectos de ley, someter tratados internacionales a referendo, sancionar y modificar leyes orgánicas y convocar una Asamblea Nacional Constituyente que permita redactar una nueva Constitución.

El regreso de Ramos Allup

El veterano político Henry Ramos Allup (Valencia, estado de Carabobo, 1943) regresa al hemiciclo del Parlamento y es el principal candidato a presidir la Asamblea Nacional. Ramos, secretario general de Acción Democrática, fue diputado en el antiguo Congreso y es el vicepresidente de la Internacional Socialista. Su figura es quizás la más representativa de la “Cuarta República”, nombre que el chavismo ha dado al régimen que gobernó Venezuela desde 1958 hasta 1998 y que fue suplantado por la “revolución bolivariana” comandada por el fallecido presidente Hugo Chávez Frías.

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