El primer discurso de Henry Ramos Allup como nuevo presidente del Parlamento venezolano ha dejado claro que uno de los objetivos a corto plazo de la oposición es poner fin al gobierno de Nicolás Maduro. Para ello se han puesto como fecha límite los primeros seis meses de este año. “Buscaremos la salida constitucional, democrática, pacífica y electoral para la cesación de este Gobierno”, ha dicho el líder de la disidencia durante el acto de instalación de la Asamblea Nacional.
Los parlamentarios de la Mesa de la Unidad Democrática, que cuentan con mayoría en la Asamblea, explorarán así los distintos mecanismos previstos en la Constitución de Venezuela para poner fin anticipado al mandato de Maduro, cuyo período presidencial culmina en 2019.
La coalición opositora ha gestado desde julio del año pasado un acuerdo interno para definir los pasos a seguir, una vez conseguida la victoria en las elecciones legislativas. La “salida constitucional” de Maduro es un punto que Ramos ha calificado como “no transable” (no negociable), junto a otros temas como la promulgación de una Ley de Amnistía, que permita la libertad de los presos políticos. La autonomía del Poder Legislativo también es visto como punto de honor.
En varias ocasiones el dirigente opositor ha pedido al Presidente venezolano que renuncie por el bien del país, inmerso en una profunda crisis económica y social.
Mecanismos para salir de Maduro
La Constitución venezolana establece que algunas de las faltas absolutas del Presidente pueden ser su renuncia; su destitución decretada por sentencia del Tribunal Supremo de Justicia; el abandono del cargo, declarado como tal por la Asamblea Nacional; así como la revocación popular de su mandato.
La Carta Magna de Venezuela también establece que todos los cargos de elección popular “son revocables”, una vez transcurrida la mitad del período. En el caso de Maduro eso podría ocurrir en este año 2016.
Otra opción que maneja la oposición es la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente que destituya a todos los poderes públicos y, mediante el sufragio popular, se apruebe una nueva Constitución. Para ello la MUD necesita los dos tercios de la Asamblea que ha conseguido en la elección del 6 de diciembre, según las credenciales emitidas por el Consejo Nacional Electoral, pero tan sólo ha podido juramentar a 109 de sus diputados. Los tres restantes, que permitirían alcanzar la “súper mayoría” de 112, han sido impugnados por el Partido Socialista Unido de Venezuela ante la Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ).
El Poder Judicial ha estimado que existen suficientes elementos para impedir que estos parlamentarios sean juramentados provisionalmente. Al respecto, Ramos Allup ha advertido que el Parlamento controlará a un TSJ que considera “al servicio del Ejecutivo”.
Maduro y Ramos, viejos conocidos
En días pasados el presidente Nicolás Maduro se ha mostrado “consternado” por la elección de Henry Ramos como presidente de la Asamblea Nacional. “Yo conozco bien a Ramos Allup”, ha dicho el mandatario, que durante la legislatura que se inició en el año 2000 compartió cinco años como diputado con el veterano político socialdemócrata. “Aquí te espero”, le ha advertido.
Por su parte, Ramos ha dicho que Maduro será recibido “con respeto” cuando en los próximos días tenga que defender su informe de gestión anual frente a la Asamblea Nacional. El Presidente del Parlamento se ha referido también a la necesidad de diálogo entre los distintos sectores. “Los venezolanos quieren diálogo, pero eso no supone entrega ni transacción, ni claudicación ni cobardía; supone simplemente intercambio de opiniones”.