Caracas

Nicolás Maduro mantiene su discurso, insiste con sus ideas. La crisis económica que ha golpeado a Venezuela no ha provocado que el mandatario cambie su postura y ante la Asamblea Nacional ha defendido a la “revolución bolivariana” a pesar de un 2015 “desastroso”.

Para el líder del Partido Socialista Unido de Venezuela la conspiración de los empresarios en unión con los Estados Unidos y la “guerra de los precios del petróleo” han afectado a la “revolución bolivariana”, aunque ha afirmado que se han mantenido los programas sociales “para defender al pueblo”.

Por eso ha pedido a los parlamentarios, en un discurso que ha durado casi tres horas, que apoyen el decreto de emergencia económica presentado por el ministro de Economía, Luis Salas.

“Reconociendo la existencia de los resultados electorales hemos llamado al respeto a la Constitución y a los poderes públicos y no caer en la tentación de una contrarrevolución que produzca aventuras”, ha exclamado Maduro ante los representantes de todos los poderes públicos venezolanos, congregados en el Palacio Legislativo para escuchar el discurso anual del Ejecutivo.

El Jefe de Estado suramericano ha acusado al “sector capitalista” de declarar una “huelga de inversión” para afectar al gobierno que, tras un año de silencio, ha decidido publicar la cifra de inflación (141%, hasta el tercer trimestre de 2015).

“Son cifras catastróficas de una situación que en otros tiempos tendría a nuestro pueblo sin aumentos salariales. Mucho hay que hacer en generación de empleo, en defensa del salario”, ha apuntado el líder socialista que ha insistido una y otra vez en la “guerra económica” como culpable. “Es un ataque jamás visto a la economía venezolana”.

Comisión de la verdad contra la Ley de Amnistía

Maduro ha hecho un breve recuento histórico sobre los hechos violentos que han marcado a Venezuela en las últimas décadas. Ha recordado que la izquierda venezolana, tras levantarse en armas contra los gobiernos de las décadas de 1960 y 1970, decidió abandonar la lucha armada como forma de conseguir y mantener el poder. “Nos negamos a volver por ese camino. El camino es la paz”.

En su discurso ha pedido que se cree una comisión nacional de justicia, verdad y paz, encabezada por algún personaje respetado por todos los sectores e integrada de forma paritaria por opositores y oficialistas. Esta comisión, que investigaría los hechos de violencia durante las protestas de 2014, es su respuesta a la propuesta de los diputados de la Mesa de la Unidad Democrática de elaborar una Ley de Amnistía para liberar a los presos políticos.

Según Maduro durante esas jornadas de manifestación en contra de su gobierno murieron 74 personas y más de 900 resultaron heridas. “Si se quiere la paz, busquemos la justicia, la protección de las víctimas”. El líder de la “revolución” ha pedido ir a un proceso de paz “para que no se imponga la visión de los victimarios perdonándose a ellos mismos”.

“Tendrán que derrocarme”

Maduro se ha negado a la iniciativa de la bancada opositora de crear una ley desde la Asamblea Nacional para entregar a las personas los títulos de propiedad de las viviendas populares construidas por el Estado. “Tendrán que derrocarme antes”, ha dicho con vehemencia el mandatario venezolano, que defiende el carácter social del millón de apartamentos entregados, según las cifras gubernamentales que han sido puestas en duda por sus detractores.

Desde sus asientos en el hemiciclo, los parlamentarios de la MUD han coreado “propiedad, propiedad” después de que Maduro increpara a los gobernadores opositores por no haber construido “ni una sola vivienda”. Los disidentes aseguran que el gobierno utiliza las viviendas para chantajear a los beneficiarios. “No dejaremos que privaticen las viviendas”, ha respondido Maduro.

Henry Ramos Allup toma el micrófono

Después de finalizado el mensaje presidencial, el diputado opositor Henry Ramos Allup, en su condición de presidente de la Asamblea Nacional, ha tomado el derecho de palabra para refutar algunas de las consideraciones de Maduro y pedir diálogo verdadero entre el oficialismo y la disidencia.

Ramos ha pedido al gobierno hacer un inventario de las empresas expropiadas y analizar su productividad actual, también ha catalogado como “patético” que un billete de 100 bolívares, el de más alta denominación, tenga un valor adquisitivo menor al coste de elaboración.

La intervención del experimentado parlamentario, en la que ha advertido que la oposición no apoya ningún golpe militar, ha llamado la atención en un país que por primera vez en mucho tiempo vive en directo un debate entre el Ejecutivo y el Legislativo.