Hace 30 años Massoud Khalili vivía en las montañas de Afganistán yendo en burro, caballo, a pie por todo el país para movilizar y organizar a su pueblo contra la invasión soviética. Era el asesor político de su íntimo amigo el comandante Ahmed Shah Massoud, el mismo que lideró el levantamiento armado contra la URSS con el apoyo de Estados Unidos.
Hoy Khalili es embajador de Afganistán en España, donde publica Los susurros de la guerra (Alianza Editorial). El libro recoge sus impresiones sobre aquella época, en el año 1986, cuando llevaba una suerte de diario de viaje que más tarde entregaba a su mujer. Sin teléfono, ni sistema postal que funcionara, tenía que esperar a entregarle los textos en mano cuando la visitaba una vez al año en su campamento de refugiados en Pakistán. Hoy las situaciones que vivió en aquella guerra no resultan tan lejanas como marca el calendario.
En su libro habla de cuando luchaba contra la invasión soviética, pero luego los talibanes tomaron el poder y ahora se están haciendo fuertes de nuevo después de tantos años. ¿Cómo le hace sentir eso? ¿Fue útil su lucha?
Fue una guerra diferente: convencional, de los soviéticos contra el pueblo afgano. Y nuestra guerra también era distinta en aquella época: luchar abiertamente contra los invasores [y] por la paz. Este libro es esa parte de la historia del pueblo.
Ahora es una guerra distinta. Los talibanes han comenzado un tipo de guerra terrorista en Afganistán cuando conquistaron Kabul y después nosotros -con la ayuda de las fuerzas de la OTAN, incluidos soldados españoles- derrotamos a los talibanes. Ahora han vuelto. No al poder, pero para aterrorizar y matar a la gente… junto a Al Qaeda y ahora con Daesh [el autodenominado Estado Islámico]. Juntos han creado inestabilidad hasta cierto punto, e inseguridad en algunas zonas del país. Eso ha creado: a) problemas para la gente común en esos lugares, b) hemos frenado nuestro progreso en esas áreas.
Al ser una guerra diferente, nunca sabes quién está ahí y dónde está. Por esta razón luchamos todos unidos y espero que no puedan quedarse por mucho tiempo. Primero: no serán capaces de capturar Kabul o [todo] Afganistán como hicieron anteriormente; segundo: el pueblo no está con ellos.
Actualmente se están tratando de iniciar conversaciones de paz con los talibanes, pero su Gobierno no ha aceptado las precondiciones que han puesto. ¿En qué punto se encuentran?
Aparte de la guerra, siempre hemos tenido conversaciones en paralelo. Creemos, creo personalmente que no puedes resolver un problema sólo con la guerra. Tienes que tener una línea de conversaciones. Desde hace 15 años intentamos hablar con ellos, pero ahora de nuevo lo estamos impulsando a) porque queremos hablar; b) Estados Unidos y China están muy interesados en traer paz a Afganistán, porque Estados Unidos tiene más de 14.000 militares en el país y China tiene muy buenas relaciones con nosotros y 178 kilómetros de frontera común. Están trabajando, y otros países de la OTAN también, para convencer a los talibanes de sentarse alrededor de la mesa, hablar y resolver el problema.
Ahora, algunas precondiciones… siempre dicen que primero se vayan todas las fuerzas de la OTAN. Ahora no son tan estrictos con eso, dicen que los estadounidenses pueden quedarse en las bases, como en Arabia Saudí. Y en segundo lugar, nosotros les hemos dicho que podemos hablar de cualquier cosa, pero no sobre la Constitución, no sobre los derechos de la gente, como los de la mujer.
Si se avienen a esto, será muy bueno. Pero el asunto está en que los talibanes reciben ayuda del servicio de Inteligencia de Pakistán, los financia y arma. Aunque Pakistán diga que ellos no les ayudan. Sus oficinas, campamentos o refugio está en Pakistán. Es como si usted tuviera el enemigo aquí y el enemigo fuera enviado por Francia. Puede hacer mucho, pero tendría que hablar con Francia y decirles que no animaran a los terroristas a venir a España. Están trabajando en ello. Soy optimista. Yo siempre digo que lo erróneo no puede perdurar largo tiempo.
Ha mencionado los derechos de las mujeres y su libro está dedicado a aquellas “cuyos susurros jamás fueron escuchados”. Pero ahora según la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Afganistán sigue habiendo, por ejemplo, un 80% de matrimonios forzados. ¿Qué está haciendo su Administración para luchar contra este tipo de situaciones?
Afganistán es una sociedad tradicional y 38 años de guerra aún han herido más el cuerpo de la cultura del país. Todos trabajamos. La época de los talibanes fue una época muy oscura, no hay punto de comparación. Pero ahora nos concentramos mucho en la educación de las chicas. Hemos tratado de incluir los derechos de la mujer.
Como ejemplos prácticos, tenemos 300.000 soldados; 4.000 mujeres están en ese Ejército, algo que yo creo que no puedes ver en otro país musulmán. 150.000 policías; 3.000 chicas tienen el uniforme de policía con su pistola y están tan guapas... Tenemos un parlamento con 250 miembros. Ahí hemos incluido en la Constitución que ahora 77 deben ser mujeres. Intentamos incluir en las leyes todo lo que podamos coger: los que abusan de las mujeres, o las queman o las apedrean hasta la muerte...
En la época de los talibanes, las niñas no iban a la escuela. Y en la época soviética no iban más de 3.000 o 4.000. Ahora van 2 millones de niñas. También trabajamos mucho en los medios, con 41 canales, todos libres.
Así que todo esto combinado es un poco mejor, pero cuando la economía no es buena y las chicas tienen que quedarse en casa y no tienen nada para plantar cara a su marido: “Yo trabajo, tú trabajas. Si me dices cualquier cosa, yo tengo mi sueldo, cojo un piso y digo adiós”. Todo esto lleva tiempo.
La dedicación del libro va a mi mujer y a los susurros de toda la gente pobre del mundo. Hace dos años, cuando puse el título [al libro], escuchaba los susurros de miles de mujeres en Siria, Irak, América Latina, África, Europa que aún sufren y no son escuchadas.
Unas semanas atrás, dos madres españolas perdieron a dos apuestos chicos en Kabul… Vas y llamas a su puerta y te quedas ahí por la noche y oyes sólo los susurros de esa mujer: “He perdido a mi hijo”. Los susurros de la esposa, de la hija…
La embajada de España estaba en la lista de ataques contra extranjeros para que abandonen el país
¿En qué punto se encuentra la investigación sobre el atentado contra la embajada de España en el que murieron esos dos policías a los que se refiere?
La investigación continúa, pero una cosa que quedó clara fue que los propios talibanes reivindicaron su responsabilidad del desafortunado ataque a la embajada de España y la pérdida de dos chicos españoles.
Lo segundo es aclarar si les interesaba específicamente la embajada española o extranjeros. Hasta ahora creemos que estaban atacando a cualquier extranjero, cualquier embajada vulnerable, cualquier individuo extranjero y vulnerable. Así que la embajada de España estaba en la lista de ataques contra extranjeros para que abandonen el país.
¿Entonces estaba en la lista porque era una infraestructura vulnerable?
Las embajadas siempre son vulnerables, porque va gente que no conoces para obtener visados… y no lo puedes parar, porque ésta es la naturaleza de la guerra: no sabes quién es tu amigo y tu enemigo. Creo que fue más fácil para ellos y trabajaron duro en el ataque a la embajada. Mientras, tanto atacaron otros cuantos lugares: el Ministerio de Defensa, el de Interior… y uno de ellos fue éste.
Los políticos sólo nos preocupamos por nuestros bolsillos, no por la paz
Su libro habla también de los refugiados de la época soviética; su propia mujer y su hijo lo eran. Tres décadas después, los afganos están realizando un largo y peligroso viaje hacia Europa. ¿Qué está haciendo su Gobierno para darles motivos para quedarse en Afganistán?
Tenemos tres problemas. El primero, la seguridad. El segundo, inestabilidad política. El tercero, crisis económica. Todo esto combinado, miles y miles de chicos y chicas sin trabajo… Dejan el país por estas tres cosas. Yo no los culpo. Como usted ha dicho, nosotros fuimos refugiados.
Y en cuarto lugar: corrupción. ¡[Hay] tanta corrupción en Afganistán! No todo el mundo, pero en el Gobierno.
Así que la gente no se encuentra a gusto, y con el terrorismo sienten miedo más que esperanza. Emprenden ese viaje, pierden a sus hijos para alcanzar Europa… Dios mío, es tan, tan trágico. El Gobierno intenta proporcionarles seguridad, trabajo… pero ellos no lo ven.
En el libro le cuento a mi mujer que la gente decía 'vamónos a otro país, [aquí] nos bombardean'. [Conocí a unos refugiados que me contaron que] habían perdido a la abuela. La encontraron en el armario. “Por favor, no me llevéis. Quiero morir en mi propio armario. El enemigo no me morirá. Lo prometo. No puedo ir. Soy vieja”...
Así que cuando oigo de Europa: sirios, iraquíes, afganos… seres humanos, tanta gente de camino a Alemania… Esos susurros vuelven a mi memoria. Son el motivo por el que habría que cuidar a los refugiados. El gobierno es estúpido. No les importa esto. Nosotros los políticos sólo nos preocupamos por nuestros bolsillos, no por la paz.
¿No es desesperante ver que 30 años después de que escribiera aquellas notas que ahora publica la situación siga siendo la misma en muchos aspectos?
O incluso peor. Tiene tanta razón… No me haga llorar. Lo único que veo es: “¡oh, naciones afortunadas!”. Ustedes son afortunados. Después de 30 años aún oyes los susurros, llantos, lamentos… olvídese de Afganistán. Le digo que los gobiernos no son justos. Cuando los gobiernos no son justos, la gente no puede estar satisfecha. Por eso debemos luchar muy, muy juntos [contra los terroristas].
Los Estados Unidos son héroes mundiales
Dos días antes del 11-S en 2001 usted también sufrió un ataque en el que su comandante, Ahmed Shah Massoud, murió. ¿Cree usted que Estados Unidos hizo bien en responder al 11-S atacando en Afganistán?
Creo que lo único que hicieron bien fue eso. Porque en 1992 entramos en Kabul y ganamos la libertad. Pero como nuestros amigos nos abandonaron [y] no nos ayudaron, perdimos la paz. Antes del 11-S les estábamos diciendo: “Por favor, estad atentos, porque Al Qaeda está creciendo en Afganistán”. Cuando el comandante Massoud fue por primera y única vez a Francia advirtió: “Estados Unidos, os alcanzarán. Ayudadnos ahora, antes de que os alcancen”.
Cuando sucedió [el 11-S] y corrieron a Afganistán a ayudarnos, creo que fue lo mejor. Y aún están allí. Mi sugerencia para ellos y para las fuerzas de la OTAN es: “No dejen a su amigo a medio camino”. Porque hemos conseguido mucho en los últimos quince años, excepto la seguridad. Todas esas escuelas, universidades, medios, el Ejército, la policía, el Parlamento, la Constitución, las elecciones… Estados Unidos ha perdido 4.000 personas. Son héroes mundiales.
¿Cuánto tiempo más cree que será necesaria la presencia de tropas extranjeras en su país?
Es muy difícil [saberlo] en este tipo de guerra, porque no es predecible. No digo que se queden para prestarnos ayuda siempre para mantenernos sobre nuestros pies. Pero la seguridad e independencia económica. Afganistán es uno de los países más ricos en el mundo, pero uno de los más pobres, porque no hemos sido capaces de tomar algo de nuestra riqueza de la tierra en los últimos años. Tenemos gas, petróleo, uranio, cobre… por miles de millones. Lapislázuli, carbón, mucho agua. Y tenemos personas muy trabajadoras.
Así que si se quedan para traer seguridad y ayudar también económicamente a Afganistán, ¿qué puede hacer Afganistán por el mundo? En lugar de terrorismo, traeremos turismo [ríe]. Veo que mi nación, especialmente la generación joven, es muy buena. No son fanáticos.
Los afganos también tenemos que movernos. No vale decir “soy un niño, tú me alimentas”. ¿Cuánto tiempo? Mientras el terrorismo esté activo en Afganistán, deben quedarse ahí [las fuerzas internacionales], por Afganistán y por el mundo.
¿Cómo puede explicar lo sucedido en el hospital de Médicos Sin Fronteras en Kunduz? La ONG ha denunciado que 30 personas perdieron la vida tras un bombardeo continuado a pesar de sus avisos de que se estaban atacando instalaciones sanitarias.
Estados Unidos ha pedido disculpas, porque fue un fallo, un error de cálculo del área, tiempo y personas.
Hemos perdido a muchos civiles en los últimos quince años a causa de la definición errónea de los objetivos
¿Está de acuerdo con que una comisión independiente investigue lo sucedido, como ha pedido MSF?
Sí. Todos desde el principio dijimos que se debería llevar a cabo una investigación. Que había que hacer justicia. Porque era un hospital, eran seres humanos quienes estaban allí. La respuesta a por qué se bombardeó es que algunos talibanes estaban allí y ellos querían atacar a los talibanes.
Necesitamos tiempo. Hemos perdido a muchos civiles en los últimos quince años a causa de la definición errónea de los objetivos en el área donde están los talibanes.
¿Cómo imagina su país dentro de diez años?
Soy optimista. Hemos alcanzado muchas cosas, excepto seguridad. Estamos trabajando en la educación de la próxima generación. En los países de la región también quieren la paz, como Irán, trabajando con turismo [y con quien] tenemos 900 kilómetros de frontera común. Si el vecino no está trabajando en terrorismo, entonces el turismo será muy bueno. También espero que el pueblo paquistaní presione a su Ejército para que no ayude a los talibanes. En cinco años [la situación] será mucho, mucho mejor.