Un grito de alegría que no pudo contener, acompañado de pequeños aunque no disimulados saltos de felicidad y una amplia sonrisa. Así ofreció sus brazos Virginia Mc Laurin a Barack Obama cuando el presidente la recibió en la Casa Blanca el 18 de febrero con motivo de una recepción por el "mes de la Historia negra". Su derroche de energía poco parecía tener que ver con los 106 años de la anciana.
"Es un honor, es un honor", repitió la mujer, mientras Obama la saludaba y le preguntaba: "¿Quiere saludar a Michele?". Con un entusiasmado "sí", la señora Mc Laurin se aproximó tan rápidamente a la primera dama estadounidense, que el presidente le pidió amablemente que fuera más despacio.
"Vaya más despacio, no vaya demasiado rápido. ¡Tiene 106 años!", comentó Barack Obama asombrado, mientras ambas mujeres se abrazaban. En un ambiente completamente desenfadado, la primera dama le aseguró: "Quiero ser como usted cuando sea mayor". A lo que la anciana respondió con unos pasos de baile que la pareja presidencial siguió.
Tras unos pasos de baile entre risas y comentarios sobre la manicura de la señora McLaurin, la anciana acertó a decir: "Estoy tan feliz de estar aquí. Un presidente negro (...) y una esposa negra". Michele Obama reconoció que les había alegrado el día.
Nacida en la época del Ku Klux Klan
Virginia Mc Laurin nunca pensó que viviría el día en que podría entrar en la Casa Blanca. Nació en Carolina del Sur allá por el año 1909. La esclavitud se había abolido décadas atrás (1865), pero las personas negras aún sufrían importantes desigualdades en Estados Unidos. Llegó al mundo en el conservador Sur del país en el mismo año que nació la Asociación Nacional para el Avance de las Personas de Color (NAACP, por sus siglas en inglés) mientras el xenófobo Ku Klux Clan vivía una época de apogeo, recuerda el canal Historia, incendiando cruces y manifestándose contra la población negra, judía, católica...
En diciembre de 2014 envió un mensaje en vídeo al presidente Barack Obama pidiendo conocerle a él y a toda su familia. "Me encantaría conocerle, presidente. Me encantaría conocer a toda la familia", dijo en una grabación casera. Sin grandes pompas, pero con sentida honestidad y alegría, declaró que nunca pensó que viviría el día en que un hombre de color ocuparía la Casa Blanca. "Rezo por usted todos los días de mi vida", finalizó.
Ahora ha visto cumplido su sueño y su encuentro en la Casa Blanca está dando la vuelta al mundo.