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Liberan a dos de los periodistas españoles detenidos por cruzar a Macedonia con los refugiados

Un millar de personas intentó seguir la ruta de los Balcanes desplazándose desde el campo de Idomeni, en el norte de Grecia, a pesar del cierre del paso fronterizo.

14 marzo, 2016 19:51

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[Actualizada a las 12 del día 15 de marzo con la liberación de los periodistas]

El intento de un millar de refugiados de dejar el campo de Idomeni, en el norte de Grecia, y seguir a la desesperada su camino hacia el centro de Europa se cruzó la tarde del lunes con la reacción del Ejército y de la policía de Macedonia. Un portavoz de la policía de este país confirmó a Reuters que centenares de personas habían cruzado la frontera tras desplazarse andando desde Idomeni y que serían devueltos a Grecia. "Estamos tomando medidas para devolver este grupo a Grecia", declaró el portavoz a Reuters.

Un grupo de periodistas que acompañaba la marcha de estos refugiados fue detenido por la policía macedonia. Entre ellos había tres españoles. Se trata de Ane Irazabal, Alberto Sicilia y el cámara Mikel Konate

"Después de 12 horas retenidos en la comisaría de Gevgelija ya estamos libres", dijo Sicilia en su perfil de Twitter (@pmarsupia) para anunciar el fin de la detención. "Back in Greece", apuntó por su parte Irazabal (@AneIrazabal), de Euskal Telebista.

La reportera de La Sexta Elena Herreros ha asegurado en Twitter que se encuentra bien y que se separó del grupo de periodistas arrestados. Herreros se encontraba con los refugiados y los militares le vieron una cámara en el bolso.

"Me costó cara la broma. Probar la violencia del ejército macedonio. Y sentir lo que sienten los refugiados", ha relatado en esta red social alrededor de las 3 de la madrugada de este martes. Al grupo en el que ella viajaba los devolvieron "en caliente" a Grecia en tanques militares y tuvieron que andar 4 kilómetros para volver al campamento de Idomeni. "Les tratan cual animales salvajes. Los militares trabajan con la violencia", ha denunciado.

La presidenta de RSF España, Malén Aznárez, reclamó a Macedonia su puesta en libertad inmediata y que se deje trabajar a los informadores en libertad, "como es propio de los países democráticos", y recordó que gracias a su labor se pueden conocer "unas imágenes que avergüenzan a Europa, unas imágenes patéticas y dolorosas de una crisis humanitaria sin precedentes desde la Segunda Guerra Mundial".

Según relató a RSF el reportero Jaime Alekos, que se encontraba en el lugar y ha alertado a la organización, los periodistas detenidos iban siguiendo la marcha al lado de la concertina de un grupo de refugiados procedentes del campo de Idomeni, en la frontera de Grecia con Macedonia, hacia este último país.

Según explicó, alrededor de las 18:00 se separó de ellos para quedarse grabando a los refugiados que cruzaban un río "donde el agua les llegaba a la cintura" y, cuando retomó su marcha, se cruzó ya en territorio macedonio con varios fotógrafos, entre ellos James Natchwey, que vieron las detenciones. Según su relato, fueron alrededor de 20 los periodistas detenidos, entre ellos varios españoles.

"La marcha salió hacia las 12 de la mañana", contaba por teléfono desde la comisaria Sicilia que confirma que tras cruzar la frontera griego-macedonia el Ejército y la policía les ha parado el paso. "Los periodistas han sido llevados por un lado y los refugiados por otro. No sabemos adónde les han llevado. Estamos aquí esperando. Parece que tenemos que pagar una multa de 500 euros por cabeza", añadió.

Según medios locales, citados por EFE, la marcha empezó después de que la noche anterior circulara un papel por el campamento de Idomeni, que decía que a unos cinco kilómetros había un lugar sin valla por el que se podía cruzar a Macedonia. 

Ante las extremas condiciones de vida en el campo de Idomeni, donde miles de personas están varadas sin servicios higiénicos ni ayuda adecuada, desde hace días se temía que los refugiados intentaran seguir la llamada ruta de los Balcanes a pesar de que, desde hace una semana, está de facto cerrada.

Aunque las autoridades griegas estén intentando convencer a los miles que están allí a que accedan a ser trasladados a otros campos en el país, muchos se quedan allí en la esperanza, cada vez más remota, que la frontera vuelva a abrir.